JUEVES Ť 29 Ť MARZO Ť 2001
Ť Gabino Palomares y Oscar Chávez amenizaron el festival de la palabra

En la calle, miles apoyaron las demandas indígenas

Ť ¡Muera el PAN!, grito persistente entre los simpatizantes del EZLN en San Lázaro

BLANCHE PETRICH

El comandante Zebedeo cuenta que una de estas noches "soñé que estaba sentado en una silla del Congreso de la Unión". Y soñando llegó ayer, junto con otros 23 indígenas de la comandancia del EZLN, todos ellos con pasamontañas negro y la ropa humilde que portan siempre, a hacerse escuchar por los congresistas que quisieron hacerlo. Más de la mitad de los legisladores no quisieron estar allí. Los panistas acataron el veto del jefe Diego y los priístas prefirieron no empeñarse a fondo.

Eso fue lo que platicó Zebedeo cuando ya caía la tarde, ante las 3 mil o 4 mil personas que se sintieron convocadas a estar presentes, aunque sea en la calle, en la jornada que vivió ayer la Cámara de Diputados. Después de la sesión, como lo había anunciado el EZLN, hubo un festival de la palabra a un costado del recinto parlamentario.

Ahí fue donde Zebedeo contó que cuando en Chiapas él y miles más se alzaron en armas, nunca imaginó llegar ahí, al Palacio de San Lázaro. Ahora que ya estuvo y habló, saca una conclusión: "Es posible subir cualquier cerro por alto que sea si vamos todos juntos". Y da las gracias a las distintas formas de la sociedad civil que apoyaron este proceso y que ayer por la tarde estaban nuevamente ahí: "¿Cómo agradecerles? Arrancar nuestro corazón no podemos, porque nos marcos-comandantesmorimos. Bailar no podemos, porque no sabemos".

Los 23 comandantes y el subcomandante Marcos ?ahora sí presente? coronaron la movilización con un acto en el mismo sitio donde, apenas siete días antes ?el martes 20? habían acudido para evidenciar la cerrazón que imperaba en el Congreso. A lo largo de esa vertiginosa semana los zapatistas anunciaron que se marchaban de regreso a Chiapas sin haber obtenido una sola respuesta del gobierno de Vicente Fox a las tres señales que pedían como condición para reanudar el diálogo.

Esa decisión y las movilizaciones populares de esos días lograron dar "portazo a la historia".

¿El EZLN sin Marcos-

-¿Qué pasaría si Marcos no llega? ¿Te imaginas?

-No, cómo crees, se cae la nota.

Es un comentario en el famoso corral de la ignominia o palco de prensa del Salón de Plenos. Los periodistas, apretados como sardinas, matan el tiempo mientras dan las 11 de la mañana.

-Imposible, hay que ser serios. Esta oportunidad la tienen que aprovechar al máximo ?comenta alguien más.

-Claro, si no habla él, esto no va a tener la misma repercusión.

Pero llega la hora y las sardinas del corralón observan en el pequeño monitor que tiene instalada una de las cadenas de televisión la llegada del autobús por la avenida del Congreso de la Unión, abriéndose paso con la Bandera Nacional y con la bandera negra con la estrella roja. El autobús se detiene, los comandantes bajan en fila india e ingresan a la cámara. Y efectivamente, el subcomandante no viene cerrando la fila como suele hacerlo.

Así que hablan los indios, no el mestizo. La nota no se cae, sólo cambia. Los comandantes del EZLN se hicieron escuchar.

Maldición de Malinche

El cantautor Gabino Palomares trajo a colación una canción que compuso hace 30 años y que de pronto sonó vigente como nunca antes. Eso fue durante el breve lapso de música que cupo entre la sesión legislativa y el inicio del acto popular en plena calle. Palomares y Oscar Chávez interpretaron rolas de antes y de hoy y desde su lugar en el templete Marcos pedía más y más. Así que hubo un encore con La maldición de Malinche y los comandantes llevaron discretamente el ritmo con aquella de que "no basta rezar, hacen falta muchas cosas para conseguir la paz".

Los adioses

Las muchachas de la sociedad civil reaccionaron con un grito que se oyó por toda la Candelaria de los Patos, cuando el subcomandante Marcos anunció: "Con este acto culmina la movilización que empezamos en 1998 y 1999". La primera fecha fue cuando los mil 111 delegados de las bases de apoyo zapatistas marcharon al Distrito Federal y la segunda, cuando el EZLN hizo una consulta plebiscitaria en todo el país.

 "Ya acabamos. Mañana empacamos nuestras mochilas".

-¡Noooo! --aullaron.

Y cuando el sub remató: "¡Gracias, México! Nos vamos, de veras", le replicaron:

Marcos, no te vayas!

A lo largo del emotivo acto, los organizadores van facilitando la subida por turnos al templete a diversos grupos. Todos comparten palmas y abrazos con la comandancia. Primero los del Centro de Información Zapatista: Rosario Ibarra de Piedra, Paulina Fernández Christlieb, Luis Javier Garrido y muchos más. Después, organizadamente, representantes de los pueblos que participan en el CNI y muchos de los invitados especiales. Es finalmente cuando dos indios estadunidenses que han trotado con el EZLN a lo largo de toda la caravana aprovechan para condecorar al subcomandante Marcos con uno de sus collares rituales, esos que manufacturan con púas de puercoespín.

Parlamento callejero

Cientos de sillas, buenas bocinas, cachuchas, gorros y sombreros diversos conformaron ayer, a un lado del Palacio Legislativo, una galería alternativa que congregó a cerca de 3 mil personas que siguieron desde la calle ?por primera vez en la historia, según les consta a los entendidos? un debate parlamentario.

Desde ahí, ese gentío de seguidores del zapatismo aplaudió a la comandante Esther, aunque no la vieran, porque la pantalla gigante falló. "La palabra que trae esta nuestra voz es un clamor". Desde ahí asintieron en masa cuando el comandante Zebedeo les pidió a los legisladores responder a sus electores, pagar su deuda con el pueblo y no convertir los votos que obtuvieron en los últimos comicios "en una cruz de olvido".

Desde esta calle que casualmente se llama Emiliano Zapata surgió una porra mucho más brava que cualquier otro Bronx parlamentario que haya existido. Fue cuando, en su turno en el uso de la palabra, la diputada panista, Alva Leonila López ?originaria de la Sierra Zongolica veracruzana y emparentada con los caciques regionales? demandó a los comandantes del EZLN "que se decidan de una vez para siempre, a ganarse el voto de los mexicanos, al igual que todos los legisladores aquí presentes; que se sometan al mandato de las urnas, pues no hay otra manera de entendernos en la paz."

Una señora de sombrilla apenas alcanzó a mascullar: "Uy, qué vieja más grosera", cuando llegó en oleadas el grito: "¡Muera el PAN! ¡muera el PAN!". En medio de la gritería comentaban María de la Luz Estrada y Haidé García, de la organización Católicas por el Derecho a Decidir: "es que estos panistas no saben escuchar, estos no son mensajes de diálogo. ¿Qué no se dan cuenta que cuando piden la paz en estos términos están hablando de la paz porfiriana? El PAN se confunde. La gente votó por ellos para sacar al PRI del gobierno, pero no por su ideología".

Faltaba más. Ya casi por terminar la sesión, durante la ronda de discursos de conclusión de los diputados, otra panista, Marta Patricia Martínez Macías, subió el tono: "Esta es la palabra de Acción Nacional, sí, hoy. Y desde ella les pregunto ¿por qué no optar ya por la paz? ¿por qué no firmar la paz sin esperar más a que comiencen a cambiar las condiciones de vida de los indígenas?".

-¡Ni madres!, replicó un punketo de la banda. Y el resto de la calle se unió en un solo grito: "¡Muera el PAN!"

Adentro del recinto, en las galerías donde fueron acomodados 220 invitados del EZLN y el Congreso Nacional Indígena, se escaparon algunas rechiflas mal contenidas, ya que pesaba como una recomendación muy sentida lo dicho por Esther: "No recibirán de nosotros ni un insulto ni una grosería".

Eso no valió en la calle. Todos los matices del lenguaje de carretoneros se valieron para canturrear porras, consignas y estrofas que le cobraron al PAN la posición que mandató a sus 207 diputados ?excepto los que participan en las comisiones de Asuntos Indígenas y de Puntos Constitucionales? a hacer el vacío en la sesión de trabajo de ayer.

La potosina Beatriz Grandes, que se define como "la zapatista" de la bancada panista y que el martes pasado tuvo las agallas de salir a la manifestación del EZLN a un costado del recinto, se paseaba preocupada por el vestíbulo. "Nos van a hacer picadillo ¿verdad?, pero es que tienen que entendernos. Nosotros somos los más interesados en que todo esto salga bien, tenemos la mejor intención de sacar las cosas adelante, pero la verdad es que nos tienen muy ciscados".

Preguntas y respuestas

Buena parte de la sesión fue dedicada a las preguntas de los diputados y a las respuestas de los delegados del Congreso Nacional Indígena. María de Jesús Patricio y Adelfo Regino salen al paso a las dudas planteadas: que si el EZLN estaría dispuesto a aceptar que la ley Cocopa puede ser "mejorada", que si la aplicación de los usos y costumbres indígenas no lesionan los derechos humanos y los derechos de las mujeres en los pueblos indios, que si no hay riesgo de "fragmentar" la unidad nacional con el reconocimiento de las autonomías, que si no se afectaría el aprovechamiento y las formas de propiedad de la nación sobre los recursos naturales en los territorios indios.

En la calle hay quienes se acomodan al lado de las bocinas y sacan sus libretas para llevar el apunte de lo que se dice. Para Gregorio Zúñiga, estudiante de sexto de la Prepa Cuatro esta es la parte más interesante: "Es muy ilustrativa, es buenísimo que les hicieran preguntas con los principales argumentos que se oyen todo el día en contra de la ley de derecho indígena. En la medida en que la delegación respondió y explicó, mucha gente se enteró de su verdadero significado. Lo malo es que aquí los legisladores oyen pero ¿escuchan?".

De los pueblos, ida y vuelta

En la cadena humana se encuentra el ódame Tiburcio Quiñones. En la última semana él ya fue y regresó a su tierra, Baborigame, la Baja Tarahumara chihuahuense. En varias comunidades, como Mala Noche y Las Fresas, se realizaron asambleas informativas sobre el curso de la caravana, el tercer Congreso Nacional Indígena y la estadía en el Distrito Federal. Para su viaje de regreso Tiburcio trajo una carta para el EZLN suscrita por varios gobernadores tepehuanes: le enviaron a la comandancia una carta de regreso: "Más o menos lo que dicen es que sí, que estamos recibiendo la información de lo que pasa aquí y estamos de acuerdo", según la versión sintetizada de Tiburcio.

Del contingente de Guerrero, por cierto, es el "bebé de la caravana", un chamaquito que tuvo a bien nacer cuando su madre, integrante del Consejo Guerrerense 500 Años, iba llegando de Iguala a Cuernavaca. Lo bautizaron Tacho-Germán.

A ellos, los del CNI que marcharon durante 32 días junto con la caravana zapatista, Marcos les agradece: "Ya pueden regresar, hermanos del CNI. No llevan las manos vacías. Todos llevamos las manos llenas de sus manos".