VIERNES Ť 30 Ť MARZO Ť 2001
Ť La gavilla delinquía también en Aguascalientes, Jalisco y San Luis Potosí
Zacatecas: dirigía banda de robacoches desde su celda
ALFREDO VALADEZ Y MARTA PATRICIA CASTRO CORRESPONSALES
La Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) de Zacatecas, informó que elementos de la dependencia desmembraron a una banda robacoches, cuyo cabecilla Miguel Angel Cuevas operaba desde su celda en el Centro de Readaptación Social de Cieneguillas, ubicado en la capital zacatecana. Además, indicó que en conjunto con sus homólogas de Aguascalientes, Jalisco y San Luis Potosí, recuperó 32 vehículos que la gavilla hurtó en dichas entidades.
En conferencia de prensa, el procurador de Zacatecas, Aquiles González Navarro, dio a conocer que a partir de diversos operativos implementados durante este mes, agentes a su cargo arrestaron a siete integrantes de la banda de ladrones, quienes señalaron como "cerebro" de la organización a Cuevas Hernández, preso por los delitos de robo, lesiones y homicidio.
Abundó que desde su prisión, a través de un teléfono celular, el reo comandaba las acciones delictivas de sus secuaces en las cuatro entidades mencionadas. Además, Cuevas Hernández se coordinaba con su concubina Rosa Ivonne Pérez Esparza, de 28 años, para mantener el control absoluto de los robos y posterior venta de los vehículos.
Según González Navarro, Pérez Esparza ya está presa, lo mismo que su cómplice Emanuel Ruiz Hernández, de 16 años de edad. En calidad de prófugo se encuentra otro miembro de la banda, Edgar Arturo Rangel Salcido, de 18 años.
El procurador zacatecano omitió mencionar los nombres del resto de los detenidos, que se encuentran en calidad de arraigados en un hotel de la capital de Zacatecas, "para evitar entorpecer las investigaciones".
Mientras tanto, fue aprehendido en Tampico, Tamaulipas, el policía municipal José Gaspar Esteban García, acusado de ayudar a Horacio Linares a fugarse del penal Andonegui de Tampico, Tamaulipas.
Durante el escape, el ahora evadido hirió con arma de fuego a uno de sus custodios, Rogelio Bazaldúa.