VIERNES Ť 30 Ť MARZO Ť 2001
Ť Insuficiente, deslindarse de lo dicho por Abascal
Repudian en la Asamblea actitudes de panistas respecto de la mujer
GABRIELA ROMERO Y ELIA BALTAZAR
Si no es el secretario del Trabajo, Carlos Abascal, son los panistas del Congreso de Veracruz. El caso es que una vez más sus opiniones respecto de las mujeres llevaron a la tribuna de la Asamblea Legislativa del DF a diputadas de PRI, PRD y Democracia Social, y obligaron a las del PAN a deslindarse de las posiciones de sus correligionarios.
La pauta la dio la legisladora del Partido del Trabajo Eugenia Flores, al llevar al pleno el tema de la mujer y su queja por un foro sobre el tema al que nadie acudió. Y ya abierto el camino, faltaba más, pidió la palabra por el PRI el diputado Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre.
Como si él mismo fuera el afectado, y puesta la camiseta de la causa, reclamó al PAN las declaraciones del secretario del Trabajo. Abierto el fuego contra el blanco panista y en son de burla advirtió: los blanquiazules quieren volver a los tiempos en que se cobraba derecho de pernada.
De la bancada panista comenzaban las sonrisas, las expresiones de "eso ya pasó". Y así subió la legisladora blanquiazul Lorena Ríos, para deslindar otra vez a su fracción de las expresiones de Abascal, "el diputado", dijo en un lapsus que no rectificó.
Pero ya no es sólo Abascal, recordaría la diputada priísta Margarita González Gamio, pues allí están las "desafortunadas" declaraciones de los panistas en el Congreso de Veracruz, quienes se habían referido a las mujeres como la encarnación de Lilith: embusteras, manipuladoras, dipuestas a despojar a sus maridos de sus bienes en los juicios de divorcio. Unas joyitas, pues.
Frente a tales afirmaciones, González Gamio encendió la alarma, que no es la primera ni la segunda vez que los del PAN salen con esos comentarios. Así que no basta, dijo, con deslindarse de lo dicho por Salvador Abascal, que otros han dicho más.
Nadie supo si fue el hambre o el malestar causado por el comentario, pero en la bancada del PAN ya quedaban para entonces apenas tres o cuatro diputados, entre ellos su coordinadora de bancada, Patricia Garduño.
La estafeta la tomó después la diputada de Democracia Social Enohé Uranga, que en pocas palabras recomendó a sus compañeras: a palabras necias, oídos sordos. "Aquí debemos venir a tratar los asuntos de la reforma política, de los ciudadanos. Y advirtió: "aquí nadie nos va a venir a decir qué somos las mujeres".