SABADO Ť 31 Ť MARZO Ť 2001

Ť Cuatro grupos ambientalistas califican las declaraciones de la SCT de poco claras

El gobierno desdeña el daño ecológico que causaría el aeropuerto en Texcoco

Ť Exigen al presidente Fox una investigación científica sobre la repercusión de la terminal alterna en los sistemas naturales Ť Aves y cenizas volcánicas, principales riesgos de esa sede

TRIUNFO ELIZALDE

La Secretaría de Comunicaciones y Transportes está actuando de forma tendenciosa y poco clara, al dar a conocer un adelanto de la propuesta oficial respecto del sitio en que debe erigirse el aeropuerto alterno de la ciudad de México; da la impresión de que se está inclinando políticamente porque quede ubicado en Texcoco, sin importar la destrucción a la ecología, denunciaron cuatro organismos defensores del medio ambiente al fijar ayer su posición sobre ese proyecto.

Luis Manuel Guerra, del Instituto Autónomo de Investigaciones Ecológicas; Enrique Beltrán, del Instituto Mexicano de Recursos Naturales Renovables; Mar-tha Delgado, de la Unión de Grupos Ambientalistas, y Gustavo Alanís, del Centro Mexicano de neblina-aeropuertoDerecho Ambiental, exigieron en conferencia con la prensa que el presidente Fox, antes de que dé a conocer la propuesta de su gobierno, fijada para junio, "primero lleve a cabo una investigación seria, científica, que tome en cuenta, por lo menos, el impacto del proyecto en los sistemas ecológicos y de medio ambiente, de desarrollo urbano y de seguridad".

En opinión de los conferenciantes, el Ejecutivo debe garantizar la continuidad del proyecto de rescate del lago de Texcoco, proteger el hábitat para las aves migratorias y residentes, asegurar la integridad de las personas y aeronaves que hagan uso del nuevo aeropuerto, analizar con el máximo rigor el posible riesgo por cenizas volcánicas, y tomar la decisión con base en criterios ambientales.

Mientras Gustavo Alanís y Martha Delgado manifestaron desconfianza por la determinación del gobierno, "porque es claro que mediante la SCT ya se inclinó por Texcoco", Luis Manuel Guerra y Enrique Beltrán opinaron que ''antes de desconfiar habrá que esperar a que el gobierno se decida por llevar a cabo una investigación ecológica de fondo, determinación de la que debe estar ausente la presión política de unos cuantos, que se ciegan ante la posibilidad de que en el futuro inmediato haya un desarrollo económico y social de grandes alcances, impulsado por el nuevo aeropuerto internacional".

Criticaron a quienes han venido dando a conocer supuestas resoluciones para que la terminal aérea se construya en Texcoco; sin embargo, reconocieron no estar seguros de que las aves migratorias, que cíclicamente llegan a los lagos de Texcoco, puedan ser una real amenaza para la aviación, y destacaron que en los aeropuertos de Acapulco y Campeche, rodeados de lagunas donde anidan diversas aves, nunca han tenido problemas al respecto.

Sin embargo, sugieren que antes de tomar cualquier determinación, se haga una evaluación ambiental basada en estudios que lleven a cabo instituciones serias, independientes, y que garanticen con sus conocimientos que lo que opinen será lo adecuado a seguir.

Aunque hubo de parte de los cuatro conferenciantes manifestaciones en favor de que el próximo campo aéreo internacional se construya en Tizayuca, aclararon que mientras no se conozca la repercusión ambiental en ese entorno, como en el de Texcoco, "todo debe ser resultado de una evaluación ecológica profesional".

Recomendaron rechazar cualquier opinión proveniente de supuestos ambientalistas del exterior, sobre todo de Estados Unidos, ''porque es claro que obedecen a intereses ajenos a los mexicanos" .

Cuando se les cuestionó si en lugar de que se construya un gran aeropuerto alterno se aprovechara la red que existe en torno de la ciudad de México, por ejemplo, las terminales de Cuernavaca, Puebla, Toluca y Querétaro, manifestaron: "la idea no es mala; quizá debiera ser considerada por el gobierno foxista".

Comentaron que han invitado a los gobernadores de Hidalgo y estado de México a una reunión para que den a conocer cuáles son sus proyectos y en qué se basan científicamente para proponerlos como solución a la problemática del aeropuerto de la ciudad de México.