LUNES Ť 2 Ť ABRIL Ť 2001
Ť Reducen distancias que debe haber entre los aviones
En riesgo, la seguridad en las operaciones del aeropuerto
Ť La medida, para agilizar el tráfico aéreo, dice el Sinacta
CAROLINA GOMEZ MENA
A dos semanas de haberse cerrado la pista cinco del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, las operaciones de tráfico aéreo quedaron prácticamente regularizadas, luego de demoras y cancelaciones registradas a raíz del remozamiento del área. Ayer, hasta las 16 horas no hubo patrones de espera significativos, informó de la dirección general del AICM.
No obstante, los controladores aéreos advirtieron que esto se ha logrado en gran medida vulnerando la seguridad, ya que las ocho millas (14 kilómetros) de distancia entre los aviones no serían suficientes para evitar un posible accidente.
Al respecto, José Alfredo Covarrubias Aguilar, vocero del Sindicato Nacional de Controladores de Tráfico Aéreo (Sinacta), aseguró que el Centro de Control, a cargo de César Madariaga, ha obligado a acatar esa instrucción, a fin de agilizar las operaciones y poner fin a las críticas y al descontento de los usuarios. Sin embargo, "esto pone en grave riesgo la seguridad de los pasajeros", aseguró.
Precisó que el estrecho margen de distancia entre las aeronaves, además de aumentar las posibilidades de que ocurra una colisión entre éstas, genera que los controladores estén bajo mayor presión y actúen prácticamente al límite de sus posibilidades, hecho que incrementa las posibilidades de cometer errores involuntarios.
Subrayó que están trabajando a 200 por ciento de su capacidad y que se requiere tener un margen de 10 a 15 millas entre los aviones, y agregó que la breve distancia entre las naves suscitó que en los últimos días las "idas al aire" (aviones que frustran sus aterrizajes y deben emprender nuevamente el vuelo) hayan aumentado alrededor de 300 por ciento.
Como ejemplo de lo "poco acertado" de esta medida y del incremento de las "idas la aire", Covarrubias Aguilar citó lo ocurrido el jueves pasado con una aeronave de Japan Airlines de modelo Jumbo, la cual aunque es uno de los más grandes y pesados de los que visitan el AICM se le dio el mismo margen de ocho millas para aterrizar. Esto ocasionó que el piloto, al estar próximo, notara que el espacio no era suficiente y debió levantar el vuelo nuevamente y hacer un patrón de espera en el valle de México para luego formarse a esperar un nuevo turno.
Situación similar ocurrió al día siguiente -relató el controlador- cuando al mismo avión se le obligó a cruzar la pista por órdenes de supervisores del Centro de Control, quedando varado en avenidas aledañas a las pistas por imposibilidad de maniobrar, y con ello impidió el paso a otras tres aeronaves; los cuatro permanecieron tres horas atorados hasta que fueron remolcados.
Covarrubias Aguilar consideró que estos errores son producto de la "falta de feeling" de Madariaga, así como de sus supervisores destacados en la Torre de Control, quienes tienen como misión "forzar a los controladores a que acaten las órdenes del centro". Agregó que estas decisiones en lugar de acelerar las operaciones las "entorpecen y de paso ponen en riesgo la seguridad".
Asimismo, indicó que la maquinaria utilizada en las obras de rencarpetamiento provocan interferencias esporádicas en la señal electromagnética del VOR (very high frecuency onmidirecctional radio) del aeropuerto, por lo que los pilotos al desconocer a qué distancia se encuentran de la terminal aérea deben ser guiados por los controladores.
Lo anterior, además de aumentar el trabajo y la responsabilidad de los controladores, pues deben asumir la navegación de los aviones, les quita tiempo para atender a otras naves.
Por ello, a cuatro días de que concluyan las obras de mantenimiento de la pista, los controladores solicitan que para la próxima remodelación "se tomen las precauciones indicadas para evitar problemas" y por lo pronto demandan "cesen las presiones" en su contra y se dé un margen de más de 10 millas entre los aviones.