VIERNES Ť 6 Ť ABRIL Ť 2001
Ť Esfuerzos para reclutar
A la baja, el interés de los jóvenes por ingresar al Ejército
MARIA ESTHER IBARRA
Fotografías de vigorosos cuerpos, enfundados en el uniforme verde olivo en que relucen las doradas barras e insignias, por ejemplo, de la Fuerza Aérea, de los "aguiluchos" del Heroico Colegio Militar o del cuerpo de Guardias Presidenciales; de los impenetrables inmuebles militares, o escenas idílicas semejantes a aquella que protagonizó el cantante Luis Miguel, en su video La incondicional --ataviado con el traje de piloto y bajando de un avión militar--, atrapan la mirada de los jóvenes usuarios del Metro.
No se trata de una exposición fotográfica. Es una nueva modalidad de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) en su objetivo de reclutar jóvenes para ingresar a las filas de las escuelas militares o al cuerpo de Guardias Presidenciales. Y es que de acuerdo con fuentes castrenses, en los últimos años ha decaído el número de aspirantes a ingresar al Ejército Mexicano, incluido su principal orgullo: el Heroico Colegio Militar.
En los pasillos de acceso a la estación Tasqueña, como en otras del Sistema de Transporte Colectivo-Metro, a través de grandes cartulinas efectivos militares buscan convencer a los jóvenes de las ventajas de ingresar al Ejército Mexicano: empleo inmediato, servicio médico, capacitación gratuita, alimentos, en algunos casos, y vestimenta.
A cambio, los requisitos son mínimos: certificado de estudios (secundaria y preparatoria), cartilla militar, carta de antecedentes no penales; y en algunos casos, examen del VIH, y para las mujeres el de no gravidez. Varones con tatuajes, aretes o piercing, son inaceptables.
Jóvenes, hombres en su mayoría, contemplan las estampas de una parte del mundo del Ejército Mexicano como una opción de vida profesional, una visión idílica donde se excluye un asunto que la propia Sedena admite: la vida militar de tensión, con consecuencias sicológicas y desajustes emocionales.