VIERNES Ť 6 Ť ABRIL Ť 2001
Luisa Josefina Hernández y Emilio Carballido
ƑQué leerán las personas?
ƑCuántas campañas alfabetizadoras hemos visto en una vida larga?
Tanta Educación, de Vasconcelos para acá, con tanto énfasis, tanto esfuerzo nacional, Ƒadónde iban?
En primer lugar, a que la gente lea, obviamente. ƑPero qué va a leer la gente?
La Educación es la raíz y el tronco del que la Cultura será las ramas y las hojas, el nivel superior que purifica y da oxígeno a los valores nacionales.
No tiene caso alfabetizar en un país donde se imposibilita leer por el costo de los libros y donde se favorece a las trasnacionales con los impuestos y trabas que agobian al editor casero. Nuestros productores de libros han cerrado en gran parte o han sido tragados por empresas que vienen a adueñarse de nuestro mercado y que tienen por meta los best-seller. La gran trasnacional no publica la obra literaria normal, la que se venderá con constancia a nivel casero.
El presidente Fox ha hablado de la protección al pequeño comercio, al changarro, al tallercito familiar. ƑY la pequeña industria qué? Donde se da trabajo a un cierto número mayor de personas. ƑLos editores que resisten con heroísmo las alzas de precios del papel, de la tinta, de los salarios y que nos dan colecciones baratas y astutas en las que viene todo lo que un estudiante necesita? O lo que busca un buen lector.
Ya no pueden hacer libros tan baratos como hace unos años. Su mercado va de la clase media hacia abajo. Con un poco más de alza en los precios, Ƒcómo van a leer los estudiantes?
Como maestros vemos que para un grupo de 30 alumnos no hay 30 libros en la biblioteca. Se arrebatan los ejemplares, se los circulan, pero no alcanzan: bastantes muchachos deberán comprar.
Elevar el precio de los libros, cargar de impuestos a la cultura, ya es como tasar las alcancías de los cieguitos. Y tal vez deje menos. Hay fuertes zonas millonarias que sí merecen las obliguen a contribuir con altos impuestos: la publicidad, el tabaco, el alcohol.
Setenta años de intentar educar mexicanos, para que acabemos leyendo anuncios y nombres de comercios es un retroceso muy grave en nuestra cultural. ƑO es ésta la ciudadanización misteriosa prometida por el nuevo Conaculta?
Cuando hubo Subsecretaría de Cultura, se crearon las colecciones de Lecturas Mexicanas, excelentes libros baratos con altos tirajes. Agotados todos, muy pronto. Colecciones, publicaciones accesibles abundaron por cuenta de Conaculta; no sólo continuaron las colecciones dichas, aumentaron otras. Coeditando, ayudaron al desarrollo de pequeñas empresas editoriales, que es lo que esperábamos ocurriera dada las palabras presidenciales.
No sabemos aún los planes culturales para el sexenio: acabar con los lectores y las editoriales no puede ser el primero de ellos.