VIERNES Ť 6 Ť ABRIL Ť 2001

Ť Se presenta en el Auditorio Nacional a partir del día 11

Muestra el Circo Imperial chino el milenario arte del malabarismo

cirqueraVerdaderas coreografías y muestras de elasticidad física dignas de cualquier espectáculo de las grandes capitales del mundo es lo que ofrece el Circo Imperial chino que se presentará en el Auditorio Nacional a partir del 11 de abril. Pero al mismo tiempo se trata de un desafío al peligro y a la vida misma, su carácter es rígido y su naturaleza religiosa. 48 jóvenes forman la compañía y su edad varía entre los 13 y 20 años.

Fundado en el año 22 a.C. al 220 d.C., el Circo Imperial chino tiene sus orígenes en la dinastía Han. Su propuesta es resultado de una mezcla de influencias provenientes de Europa, Asia y América. Su técnica es única, asombrosa y prodigiosa. La preparación y entrenamiento de los acróbatas se mezclan con el baile, deporte y gimnasia.

Atletas, bailarines, acróbatas y malabaristas forman un grupo de artífices que dejará perplejos a los espectadores. Su entrenamiento comienza desde los cinco años de edad y son escogidos en audiciones en todo el mundo. El alto grado de dificultad y el impacto visual manejado a través de coloridas escenas, permiten que este espectáculo familiar sea una inmejorable forma de entretenimiento. Fantasía y realidad se mezclan en coreografías precisas y exactas.

Esta puesta en escena se vale del milenario arte del malabarismo y contorsionismo. Su maestría está implícita en sus 13 números. La concentración y la impresionante elasticidad de sus movimientos crean una atmósfera mágica y asombrosa. Al mismo tiempo es una forma de glorificar los 5 mil años de China y a la vez una manera de abrir un nuevo camino en el arte tradicional de ese país.

Cada acto es una metáfora de las diversas formas de la creación de la tierra. El más conocido o representativo de la cultura china es el del León Danzante que muestra el significado del comienzo del año nuevo en donde el baile de ese animal trae vida y felicidad al comienzo de la primavera. Se expresan aquí conjuntamente, la salud, la fuerza y la seriedad que su realizador Han Ming ha plasmado con seductoras pinceladas.