SABADO Ť 7 Ť ABRIL Ť 2001

Ť Cuestiona gravar medicinas, alimentos y cultura; injusto, eximir al gran capital

Critica el Episcopado el proyecto fiscal foxista

Ť La deuda externa e interna, verdadera causa de la escasez de recursos para el gobierno

ALMA E. MUÑOZ

La jerarquía católica advirtió que la pretensión de aplicar el impuesto al valor agregado (IVA) a medicinas y alimentos afectará a las familias de más bajos ingresos, y que "gravar educación y libros en un país como México, con tan baja y mediocre escolaridad, es contribuir a mantener el rezago cultural".

En una declaración de la Conferencia del Episcopado Mexicano, firmada por los seis integrantes del Consejo de Presidencia -que encabeza el arzobispo de San Luis Potosí, Luis Morales Reyes-, se manifiesta que el problema de la deuda es "la verdadera causa de que el gobierno carezca de fondos para el gasto público y de que el pueblo pague los abusos y el mal manejo de la economía en los últimos decenios". Como ejemplos de esto último cita "las recurrentes devaluaciones de nuestra moneda", así como los rescates bancarios y carreteros, que son "otras cargas injustas que indebidamente ha tenido que pagar nuestro pueblo".

Por todo ello, los obispos llaman a diputados y senadores a revisar el problema de la deuda tanto externa como interna.

La CEM advierte que una sana política fiscal aconseja equilibrar las fuentes de ingresos, aplicando impuestos no sólo al consumo o los salarios, sino también a los ingresos y el capital. Específicamente considera necesario suprimir "las excepciones que dejan sin gravar a los grandes capitales".

Agrega que los programas compensatorios con los que el gobierno asegura que devolverá a las familias lo que pagarían parecen "una medida justa, aunque tal vez insuficiente, incierta y de no fácil aplicación". Señala riesgos y limitaciones como "el carácter asistencialista y paternalista de los programas en los que se entrega dinero en efectivo a las familias", así como "el peligro de que los fondos no lleguen a sus verdaderos destinatarios, el que se utilicen como recursos electoreros y, en todo caso, que constituyen ayudas emergentes que no van a las causas estructurales de la pobreza".

Entre las políticas a corto y mediano plazo para abatir las causas estructurales de la pobreza, el documento eclesiástico cita "atender más y mejor la educación, impulsar la capacitación para el trabajo, incrementar los salarios y promover proyectos productivos, especialmente en las regiones más deprimidas", en todo lo cual resalta "el gran compromiso y la grave responsabilidad" del sector empresarial.

La reforma no complacerá a nadie, advierte Abelardo Alvarado

El secretario general de la CEM, Abelardo Alvarado -quien presentó el documento episcopal-, expresó: "No quisiera estar en las botas del Presidente porque es un asunto tan complejo, tan difícil. Estoy convencido que no va a complacer a nadie y tendrá que asumir la responsabilidad por ello". En su opinión "esta iniciativa, en los puntos más concretos, va a resultar impopular. Va a despertar una especie de frustración en algunas personas que pensarían que Fox no está respondiendo a sus promesas de campaña".

Agregó que entregar 110 pesos mensuales a los más pobres es "miseria y no pensamos que puedan mejorar la situación de pobreza en que viven".

No obstante, subrayó la importancia de que, por primera vez, como dijo Fox en alguna ocasión, "se esté intentando entrar a fondo a un problema vital para el país. De entrada las medidas pueden parecer amargas y difíciles para la mayoría, pero posiblemente en un plazo corto cambie la situación y se valoren las medidas". Nosotros, añadió, dejamos en manos de los legisladores el análisis profundo para ver si las propuestas presentadas "son adecuadas o no. La ley que resulte será lo que parezca a la mayoría lo más viable".

Como obispos, puntualizó, "reconocemos que es necesaria esta reforma, orientada a distribuir el ingreso, combatir la pobreza, impulsar el desarrollo económico y abatir los rezagos", pero también creemos que los programas compensatorios son como "ponerse una hoja de ruda para quitarse el dolor de cabeza".

Hoy, dijo, hablamos "a favor de los más pobres, de los más necesitados, de aquellos que necesitan ser defendidos por nosotros y pensamos que lo ideal sería encontrar otras alternativas". Sabemos, sin embargo, que el "señor Presidente está actuando de buena fe. Lo está haciendo pensando en no golpear a los pobres. Lo reconocemos y señalamos como forma positiva".

-A usted como ciudadano, dejando a un lado que es un representante de la Iglesia, Ƒno le preocupa el alza de impuestos? -le preguntó un reportero.

-Personalmente no me preocupa porque estoy en posibilidad de hacerlo, pero a otros sí les afecta que se les reduzca su capacidad de compra, de adquirir sus alimentos y medicinas por no estar dentro del Progresa.