SABADO Ť 7 Ť ABRIL Ť 2001
Ť El comandante zapatista agradeció a la sociedad civil su apoyo; "los queremos mucho"
Ya ganamos, y vamos a volver a ganar, dice Tacho
Ť Nuestra apuesta era a los tiros, pero no fue necesario, señaló en la despedida de caravaneros
JESUS RAMIREZ CUEVAS ENVIADO
La Realidad, Chis., 6 de abril. Con la marcha por la dignidad indígena "hemos hecho algo grande, inmenso, y lo hemos hecho con ustedes", dijo el comandante Tacho al despedirse de decenas de personas que acompañaron a los delegados del EZLN de regreso a casa, después de su periplo que duró 40 días y 40 noches. "Ya ganamos, y vamos a volver a ganar", precisó.
Con la sencillez profunda del campesino, el comandante tojolabal les habló del tiempo nuevo que comienza con la marcha del EZLN, que terminó, ahora sí, justo en el momento en que los indígenas inician la siembra de sus milpas. "Este año va a llover temprano, los compas están contentos porque va a haber cosecha, va a haber comida, no va a haber hambre en estas tierras. Entonces, hay una esperanza desde ahora. El tiempo está de nuestro lado, y cuando hablamos de ese tiempo, estamos diciendo que nosotros somos ese tiempo. Vemos que ahora estamos al comienzo de un nuevo tiempo".
Ataviado con su uniforme de miliciano, con un pantalón verde y su camisola café, una gorra militar y escudo con la bandera de México en el pecho, Tacho les habló del pasado y del presente de su lucha utilizando imágenes del campo: "En otros tiempos, estamos hablando por allá del año 1961, si no sembrábamos para marzo, se venían las aguas y ya no podíamos sembrar. Después, por mucho tiempo se fueron nuestras aguas. Luego vinieron otros tiempos, regresó la lluvia y volvimos a sembrar en nuevos tiempos.
"Ahora, como entonces -continuó-, encontramos otro nuevo tiempo. Anoche, mirando el tiempo cuando entramos a La Realidad, vimos que el mundo había dado un giro de sus 24 horas. Y justo los primeros 15 minutos de otro nuevo día, amanecimos con ustedes. Eso nos está diciendo que el tiempo, nuestro tiempo, el de los indígenas y el de todo el pueblo de México, está entrando a un nuevo tiempo".
Hablando de tiempos, como si rubricara el fin de un ciclo, una estampa: el comandante Tacho, montado en su caballo, levanta la mano en señal de adiós, mientras sostiene con la otra la rienda. Al fondo van pasando varios vehículos cargados de gente. Así despidió el dirigente zapatista a los integrantes de la caravana de la sociedad civil y del Congreso Nacional Indígena (CNI) que acompañaron a los delegados rebeldes durante su recorrido por 12 estados, la ciudad de México y de regreso a sus comunidades.
Los caravaneros ven alejarse al comandante tojolabal y alegres agitan sus brazos y gritan consignas; se despiden con un "hasta pronto". Poco antes habían estado con él cuando apareció por el Aguascalientes de La Realidad montado en su corcel. Los caravaneros se sentaron en las bancas de tronco que tiene este centro cultural zapatista mientras Tacho bajaba del bello animal. Después de estrechar algunas manos improvisó un breve discurso para agradecerles su apoyo y explicarles cómo ven los zapatistas los resultados de la marcha.
"Después de estos tiempos que hemos vivido, así estamos ahorita. Durante todo este tiempo con ustedes, hemos hecho algo grande, inmenso. Y no hemos sido nosotros solamente, sino que hemos sido todos", les dijo.
El cambio de ciclo es como el día y la noche, dice Tacho cuando compara lo que sucede con el movimiento del planeta: "Así como se ha dado un giro a partir de la hora llegada de la delegación, con la rotación de la tierra que marca la medianoche. Así ha llegado a un límite en el tiempo que vamos a vivir y entramos ahora sí a otros tiempos que ya pasaron y otros que vinieron. Estamos en eso. Estamos llegando a algo, estamos iniciando algo nuevo. Queremos decirles que estén pendientes de ese nuestro tiempo, para que igual tengamos esas mismas esperanzas, tengamos esa confianza de seguir luchando, de seguir juntos".
Impactado todavía por la cálida bienvenida que les dieron las comunidades de las Cañadas, el comandante Tacho afirmó: "ayer topamos algo raro en todo el camino. Ustedes pueden creer que son zapatistas todos los que vimos, pero resulta que no es así, que algo ha pasado y que los ha conmovido y estuvieron juntos en esos pueblos donde pasamos ayer. Todas esas cosas son nuevas, apenas se están dando porque de por sí esos pueblos estaban muy peleados, muy divididos por partidos, por ideas, por creencias, por lo que sea. Hubo un tiempo que dejó de llover como decimos y ahora hay una lluvia de ideas, esa lluvia parece que ya vino.
"Todas estas cosas son muy importantes en nuestro caminar. Es verdad lo que estamos diciendo. A ustedes les pedimos igual: júntense con otros y platiquen; vienen otras cosas para que nos juntemos, nos unamos".
La unión es importante, insistió Tacho, "eso es lo que nos piden que hagamos, ya lo demostramos. Cuando nos dejaron lejos, cuando estábamos divididos, separados, sin comunicarnos entre nosotros, luchaba el norte del país y lo amenazaban. Había alguna organización en cualquier estado, igual le tocaba la represión. Queríamos luchar y no podíamos porque el objetivo del sistema había penetrado las ideas, ya había sido fuerte porque su principal trabajo era que nos desentendiéramos entre nosotros. Eramos el individualismo. A veces nos preguntábamos por qué no conocemos al vecino que está al lado, por ejemplo, en la ciudad de México, ahí de plano cada quien ve lo que ve y nunca se han podido juntar para luchar juntos. Pero se aprende con la práctica".
Todo comenzó con siete zapatistas que tenían muchas esperanzas
Cuando la organización de los indígenas apenas comenzaba, dijo Tacho, "hace 14 años, nosotros imaginamos de por sí que nos íbamos a juntar con ustedes, lo que pasaba es que no sabíamos cómo. Pero nuestros compañeros insurgentes sí sabían, sólo eran siete compañeros, y ellos decían que nos juntaríamos con el pueblo de México y que íbamos a hacer un ejército y que íbamos a tener regimientos y batallones. Pero sólo eran siete y ya tenían esperanzas de que iban a ser muy grandes.
"Ese tiempo pasó, hicimos la guerra y nos empezamos a juntar y a hablar entre nosotros, y como ustedes ven, pudimos cumplir lo que en la montaña se dijo, que nos íbamos a juntar. Además de eso, logramos que los indígenas pudiéramos llegar a la tribuna más alta de la nación. En ese entonces pensamos: 'a lo mejor vamos a llegar a la tribuna más alta', y ya subimos, estuvimos y hablamos. Ya tenemos esa experiencia".
Sobre el significado de la lucha zapatista, abundó el dirigente rebelde: "nosotros somos un tiempo. Somos una nueva generación del mundo, estamos empezando, son los primeros 15 minutos que llevamos aquí. Esto va a ser grande y esa es la esperanza que tenemos todos. Por que algo está pasando, algo se está moviendo y va a llegar el día que va a dejar de moverse y se va a acomodar. Y es cuando todos tengamos derecho a lo que nos corresponde, que no haya injusticia, que realmente haya democracia, libertad y justicia. Cuando se logre eso va a dejar de moverse, se van cumplir las 24 horas como decimos. Y vamos a tener un tiempo nuevo. Tenemos que estar pensando que va a volver a amanecer, y que en ese amanecer vamos a amanecer todos".
Tacho presentó sus respetos para la sociedad civil, fiel a la dialéctica zapatista de reconocer al otro: "los queremos mucho porque sólo con ustedes fue posible hacer todo lo que hicimos. Nuestra apuesta era otra, que lo lograríamos a tiros, pero no fue así, no fue necesario. Está bueno, porque no queremos morir, tampoco queremos seguir así, y si así se puede, pues ustedes nos han enseñado mucho. Deben creernos que vamos a aprender más de ustedes, que sí saben organizarse en la ciudad, saben moverse en la ciudad, nosotros no sabemos ni a una cuadra. Todavía vamos a aprender mucho de ustedes y vamos a seguir juntos. Les agradecemos profundamente a todos ustedes, hicieron muy bien su trabajo y cumplió cada uno con su responsabilidad".
Después de intercambiar palabras con integrantes del CNI, Tacho montó en su caballo y salió del Aguascalientes. Luego despidió a la caravana para perderse en las calles de este pueblo tojolabal. Niños y mujeres de la comunidad dicen adiós a los visitantes y les desean buen camino.