sabado Ť 7 Ť abril Ť 2001

Enrique Calderón A

Por qué es lo justo

Ante el bombardeo sistemático de slogans para promover y convencer a la sociedad de la conveniencia y necesidad de aplicar el IVA en forma indiscriminada a medicinas, alimentos, educación y libros, hasta conformar una campaña mediática más de las que empiezan a delinear el nuevo estilo de gobierno, surge de inmediato un duda: Ƒpues qué acaso los mexicanos no pagamos impuestos? Porque en los conmovedores mensajes de radio y televisión, se habla de aplicar los recursos fiscales que ahora se pretende obtener, para tareas tan importantes como construir escuelas, abrir caminos, generar empleos, atender a los más pobres, proporcionar servicios médicos a la población marginada y otras nobles causas. ƑPero no es todo eso, precisamente, la razón por la que hemos venido pagando impuestos, IVA incluido? ƑQué no se nos dijo alguna vez que los enormes recursos del petróleo servirían para apoyar esos programas? ƑQué no la venta de paraestatales, aeropuertos, teléfonos y líneas aéreas servirían para esos mismos fines? ƑCómo puede salirnos ahora el Presidente con que si estos nuevos impuestos no se aplican, no habrá recursos para atender programas sociales? ƑAcaso los impuestos que pagamos no valen?

La realidad es que en la campaña de medios, estas preguntas no tienen ni pueden tener respuesta, porque ello generaría un altísimo grado de enojo por parte de la sociedad, porque mientras una parte de los recursos fiscales actuales es utilizada para pagar los gastos y compromisos más básicos del gobierno, otra parte, seguramente mayor, se utiliza para pagar un buen número de tonterías, actos de corrupción y compromisos contraídos por los diversos gobiernos para reparar daños realizados por ellos y sus antecesores. El gobierno de Fox no es ajeno a todo esto.

En mayo de 1999, unos meses antes del inicio de las campañas políticas nacionales con miras a lograr la Presidencia de la República, las fuerzas activas del PAN estaban divididas en tres segmentos importantes. Un segmento era el tradicional, representado por Felipe Calderón y Diego Fernández de Cevallos. Un segundo grupo muy inquieto por esos días era el de Vicente Fox, con un alto grado de simpatía en el Bajío (Jalisco, Guanajuato, Aguascalientes y Querétaro) pero sin apoyos apreciables en el resto del país. Un tercer segmento tenía su sede en Monterrey, contaba con simpatías en todo el norte y estaba íntimamente ligado a los banqueros de Monterrey y a través de ellos a todo el sector financiero del país.

En los meses siguientes la dirección del PAN estableció una clara posición de rechazo a que el Congreso aprobara la transferencia de la deuda de los bancos (Fobaproa) a la deuda pública y su correspondiente pago con impuestos. Fue entonces cuando los banqueros del norte se acercaron a Fox y sus amigos, para proponerles un trato: si Fox apoyaba Fobaproa, el grupo panista del norte respaldaría su candidatura, abriéndole el camino a la Presidencia. La dirección del PAN perdió la batalla, hizo el ridículo y su presidente renunció unos días después; lo que siguió es historia conocida.

Al ganar la Presidencia, Fox se sacó la rifa del tigre, un tigre que él mismo había ayudado a crecer, sus costos de varias decenas de miles de millones de pesos a pagar cada año, es la razón principal y no otra por la que el gobierno requiere hoy de más impuestos; y como esos recursos no pueden salir de los banqueros ni de los amigos de Fox, el camino a seguir es el mismo de siempre, el ya conocido de incrementar impuestos y enajenar el patrimonio nacional. A diferencia de su antecesor, que no contaba con más recursos que su terquedad, Fox tiene en cambio un excelente manejo publicitario, para convencernos de que lo que se pretende hacer "es lo justo".

Con una gran ingenuidad, que podría confundirse fácilmente con falta de oficio político, el Presidente y su grupo cercano de colaboradores se han lanzado por el arriesgado camino de querer imponer impuestos de muy difícil manejo algunos, de escasos resultados otros, de dudosa justificación otros más, y para colmo con algunas exenciones francamente cómicas. Las estadísticas dicen que los mexicanos leen en promedio un libro cada dos años y también que cada libro comprado es leído en promedio por dos personas, por lo que el mercado total de libros no debe exceder los mil 250 millones de pesos, lo cual implica un total de IVA de 187 millones. ƑCuánto pretende cobrar de impuestos reales a Televisa y a Tv Azteca por toda la basura que generan? También sería interesante conocer la razón por la que los autos blindados no paguen impuestos. ƑDe veras pensará Fox que lo que propone es lo justo?