Ť Encuesta de Unicef revela pesimismo sobre el futuro regional
Niños mexicanos, los que peor opinión de su país tienen en América Latina y el Caribe
CLAUDIA HERRERA BELTRAN
Entre los niños de América Latina y el Caribe, los mexicanos son los que tienen la opinión más negativa de su país, pues muchos creen que es el peor lugar para vivir en el futuro. Además sobresalen de otros por sus experiencias personales de asaltos y son los que en mayor proporción ?40 por ciento frente a una media de 25 por ciento? no mencionan nombres de líderes.
Este es el retrato de los niños mexicanos que reflejan los resultados de la encuesta de opinión La voz de los niños, niñas y adolescentes de América Latina y el Caribe que el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) aplicó el año pasado a más de 11 mil 800 menores de la región.
En las conclusiones del estudio que se hizo para conocer cómo viven 100 millones de niños y adolescentes, los entrevistados expresan bajo nivel de confianza en los gobernantes y no se sienten importantes para ellos. Su desconfianza en la política es evidente. Sólo un 2 por ciento admira a los políticos, para el resto sus líderes son cantantes, músicos o ídolos deportivos, o bien no identifican a nadie.
Los resultados refieren también que existe gran pesimismo en cuanto al futuro de sus países. El 67 por ciento ?que representa 70 millones de niños? piensa que su país va a ser igual o peor en el futuro.
Los mexicanos son los que demuestran más descontento con su país. Las razones que da 30 por ciento de los encuestados son que hay mucha delincuencia (50 por ciento), desempleo y crisis económica (8 por ciento) y que el gobierno y los políticos no han cumplido (8 por ciento).
En cambio, los niños de la región son optimistas en cuanto a la posibilidad de tener una vida mejor que la de sus padres. Para el Unicef esta visión tiene un signicado: "La falta de atención de las autoridades públicas con relación a los derechos y necesidades de niños y adolescentes los está conduciendo a disociar sus destinos personales del destino colectivo de sus países. Esta tendencia tiende a generar sociedades muy poco solidarias, cuyos ciudadanos difícilmente se movilizarán para emprender acciones conjuntas a favor del bien común".
El sentimiento de inseguridad en el lugar donde viven los pequeños es muy alto (43 por ciento lo dice así). Esta cifra refiere que casi la mitad de la población infantil es víctima permanente del miedo a la violencia delictiva.
Para entender las respuestas basta mencionar otra cifra. Cerca de la mitad de los entrevistados ya tuvo una experiencia cercana de robo y un tercio de asalto (familia, amigos o experiencia directa).
En mayor proporción, los mexicanos, brasileños y centroamericanos declaran haber sido víctima de robos. Por ejemplo, 63 por ciento de los niños de México declaran que ellos o algún familiar han sufrido de robo, mientras los de Guatemala representan 48 por ciento.
Los niños también declaran estar desinformados. El 35 por ciento de los encuestados, equivalente a cerca de 36 millones, declara no tener mayor información sobre sus derechos.
Este problema tiene otro rostro. Una tercera parte de los entrevistados se sienten desinformados sobre educación sexual, sida y prevención del consumo de drogas.
Incluso con este panorama enfrente, la mayoría de los niños tienen un impulso natural hacia el bienestar, la alegría y la felicidad, aunque hay una parte que no piensa así. Para un tercio es poco frecuente el sentimiento de felicidad.
¿Qué provoca la infelicidad de los pequeños? Contestan que cuando están lejos de los padres o desatendidos en sus necesidades básicas de habitación, alimento, amor y protección, o cuando son víctimas de malos tratos, falta de respeto, negligencia, explotación, opresión y abusos de diferentes tipos.
De esta manera, un niño infeliz indica generalmente que la familia, la sociedad o el Estado no están cumpliendo con sus deberes de protección y cuidado de la infancia.