DOMINGO Ť 8 Ť ABRIL Ť 2001

Miguel León-Portilla

México, Ƒtierra de libros?

La pregunta que encabeza estas líneas podrá parecer a algunos una ironía. Sin embargo, a riesgo de disgustar a Aristóteles, diré que tiene a la vez respuesta positiva y negativa. Aludiré primero a la respuesta positiva.

En el México prehispánico hubo libros de pinturas y caracteres que hoy llamamos códices. Fuera del Viejo Mundo, en México y regiones colindantes de Centroamérica estuvo el único ámbito que puede calificarse de tierra de libros. Hay muchos testimonios en apoyo de la existencia de amoxcalli, "casas de libros", de las que habló, entre otros, Bernal Díaz del Castillo. Tanto aprecio tuvieron por el libro los pueblos de lengua náhuatl que expresaron acerca de ellos palabras como estas:

In amuxtli in tlacuilolli, in tlilli in tlapalli, in machiotl, in octacatl, im xiotl, in cuatzontli, in nezcayotl.

El libro, la pintura, la tinta negra, la tinta roja, el ejemplo, la medida, el modelo, lo que embellece, lo que da significación. (Libro de los Huehuehtlahtolli.)

Y así como entonces México fue tierra de libros, lo volvió a ser, de modo distinto, en el siglo XVI, consumada la invasión de los hombres de Castilla. Fue en 1536 cuando, por primera vez en el continente americano, empezó a funcionar una imprenta. De ella, como lo mostró admirablemente Joaquín García Icazbalceta en su Bibliografía mexicana del siglo XVI, salieron más de doscientos libros sobre una gran variedad de materias: lingüísticas, gramáticas y vocabularios, construcción de barcos, compilaciones jurídicas, medicina, arquitectura y asuntos religiosos. Gracias a esa imprenta y a otras que muy pronto se instalaron, México volvió a ser tierra de libros.

Y ahora, Ƒsigue siendo México tierra de libros? No atenderé ya a los tiempos en que la Inquisición perseguía a los que llamaba libros prohibidos. Me fijaré sólo en el presente. De los cien millones de mexicanos que somos, Ƒcuántos leen un libro al año? Somos el país con el mayor número de hablantes de la lengua de Castilla pero muy lejos estamos de ser el país que más libros publica. España nos sobrepasa muchísimo. Las editoriales mexicanas tienen que vencer grandes dificultades para subsisitir. No pocas de ellas han quedado subsumidas por editoriales transnacionales. Hoy México no es tierra de libros.

Reconocer esto es muy doloroso pero todavía lo es más percatarse de que hoy, con una serie de argumentos que han sido rebatidos, se pretenda gravar a los libros y todavía más a los lectores, que serían los que al fin habrían de pagar el dichoso IVA. ƑEs posible que alguien defienda que crear un nuevo impuesto sobre eso que los pueblos nahuas llamaron "el ejemplo, la medida, el modelo, lo que embellece, lo que da significación", o sea el libro, reciba un duro golpe que dificulte su circulación, porque cada vez serán menos quienes puedan adquirirlo? ƑQué es lo que pretende el Ejecutivo con esta propuesta? Desde estas líneas a él me dirijo solicitándole recapacite y retire su propuesta. Pero también desde estas lí-neas me dirijo a los legisladores para que, si la propuesta no se retira, la rechacen.

México, para su desarrollo integral, requiere que se prepare de la mejor manera posible a su pueblo. El libro ha sido y siempre será uno de los grandes instrumentos de la educación. šSólo faltaría que al libro de texto gratuito se le quisiera imponer alguna extraña forma de IVA!

Los códices, portadores de la antigua sabiduría indígena, y luego la temprana introducción de la imprenta en México, deberán ser incentivo para propiciar de nuevo la difusión del libro y su lectura. Poner obstáculos a ello, incrementando costos, es agredir a quienes en esta tierra hemos nacido. Ojalá que los poderes Ejecutivo y Legislativo, que democráticamente fueron elegidos el 2 de julio del año pasado, tomen honda conciencia de todo esto y trabajen, en cambio, para que verdaderamente podamos decir que México vuelve a ser tierra de libros.