DOMINGO Ť 8 Ť ABRIL Ť 2001

Ť Tania Fonseca competirá en el Mundial Juvenil de Polonia

La nueva camada de esgrimistas se dio cita en el torneo nacional

ROSALIA A. VILLANUEVA

Nutrida fue la participación de los niños esgrimistas en el segundo torneo nacional en la sala de armas del Centro Deportivo Olímpico Mexicano, con miras a la Olimpiada de Mérida, Yucatán, del 3 al 9 de mayo.

A decir de Georgina Zerón, tesorera de la federación, esta es la nueva camada de los esgrimistas mexicanos, ya que la mayoría de los competidores son hijos o hermanos de destacados espadachines.

El gimnasio lució lleno con los más de 100 niños que además de soportar el intenso calor con sus trajes blancos y el rostro cubierto con la careta reglamentaria, estuvieron apoyados por sus papás desde las tribuna; los menos afortunados se llevaban una palmadita o un llamada de atención por haberse descuidado frente a su adversario.

La final de florete en la categoría mixta doble A (nacidos en 93-95) correspondió a la capitalina Xóchitl González, quien necesitó de siete toques sobre cuatro para imponerse al niño mexiquense Carlos Castilla. "Se lo comió'', dijo la madre de la triunfadora, que orgullosa decía que otra de sus hijas, Tania Fonseca, competirá del 9 al 16 del presente mes, en el Mundial Juvenil de Polonia, y Karla, era cadete. Las tres provienen de la delegación Benito Juárez.

A la espadista Josefa Zapata el corazón se le salía de la emoción, pues además de meter a 15 niños del estado de México que asesora desde hace buen tiempo, entre ellos se encontraba su pequeña Frida Wellburg, que ganó bronce en la categoría A (90-92) dominada por la morelense Cristina García, seguida de Mirsha Acosta, del DF, y de su compañera Adriana Nabor.

Empero, quien estaba más feliz era la doctora Zerón, con el desempeño de su hijo Gustavo Simont, quien la semana pasada obtuvo bronce en la Copa del Mundo, en Colombia, y ahora se prepara a otra serie mundial en Argentina, pese a la promesa incumplida de Lourdes Lozano, presidenta de la federación, de enviarlo a Europa por cuatro años, con el argumento de que no hay recursos, por lo que el espadista prefirió terminar su especialidad de médico internista en el ISSSTE de Puebla.