LUNES Ť 9 Ť ABRIL Ť 2001

Ť Rechazan la intención oficial de gravar los libros

Piratería, la opción de compra para los pobres: alumnos de la UNAM

KARINA AVILES

El incremento del IVA a los libros fomentaría aún más la industria de las fotocopias y, con ello, la piratería de los textos, cuestión que a decir de estudiantes universitarios no les produce ningún daño moral. ''La piratería es el lugar en donde compran los pobres'', expresaron.

Estas son algunas voces de alumnos de la UNAM, que hablan sobre la intención de gravar libros:

Amor y utopía

Mayeli Corona es una enamorada de los libros y no puede adquirirlos. Para ella, que estudia letras clásicas en la Facultad de Filosofía, es doloroso ver cómo cada día se hace más grande la montaña de fotocopias que es su acervo bibliográfico, en vez de que en su librero estén los tomos que tanto quiere.

Para Mayeli, el derecho a la lectura se transforma en una verdadera carrera de obstáculos: ''La universidad tiene pocos libros para esta licenciatura. Si encuentras el que solicitas, porque muchos se los han robado, no te los prestan porque nada más hay uno del título que quieres. Eso te obliga a que los busques afuera''.

Al ir a librerías se encuentra con que tiene que hacer un pedido especial, ya que muchos de los textos que le piden son de importación y ''los más baratos -que son los que se editan en España- salen en 400 pesos''. Por si fuera poco, tiene que padecer ''la traducción de la traducción de la traducción'', al no haber en español. ''Del alemán al francés, del francés al italiano y en México acabas leyendo la traducción del inglés sobre el italiano''. La otra opción es ''ir a sacar copias a una traducción chafa de Porrúa''.

Mayeli pregunta: ''ƑSi no puedes sacar copias qué haces cuando la Poética de Aristóteles cuesta 800 pesos y en oferta?''. Con cierta impotencia lamenta que a veces no ''hay ni para las fotocopias y tienes que dejar de leer, porque en mi carrera se leen tres libros por semana''.

Los padres de Mayeli son trabajadores sociales. Le dan para gastar 30 pesos diarios y ella a veces paga 40 pesos al día en copias. ''De pronto te dicen que vas en contra de los derechos de autor, pero si un libro cuesta 600 pesos que chinguen a su madre los derechos de autor. De 40 a 600 pesos me quedo con los 40, aunque esté en contra de la ley''. En una carrera como la mía, dice Mayeli, ''sacar copias es algo muy mala onda para los estudiantes, porque para nosotros tener un libro es algo adorado, es algo muy importante''.

Sólo ''de viejo''

Cristian Angeles no tiene libros nuevos. Todos ''son de viejo''. Por eso se le ve preocupado: desconoce si también van a gravar esos textos. En este primer semestre que lleva en la carrera de Sociología ha comprado diez libros usados por cerca de 500 pesos.

Viaja todos los días de Ecatepec a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Los 13 pesos diarios que gasta de pasaje significan ya lo suficiente para su economía familiar. Su padre es operador de un autobús de Estrella Blanca y su madre se dedica al hogar. Uno de los gastos que reducen significativamente el ingreso de la familia es precisamente el de los libros, no los de Cristian, sino los de su hermana Ariana, quien forzosamente tiene que comprar textos nuevos porque los de administración que le piden no se encuentran en las librerías de viejo.

''En Ariana gastaron unos 2 mil pesos en este semestre y mi papá gana como 4 mil pesos mensuales'', expone Cristian. Incrementar el IVA a los libros conduce a los estudiantes a que no tengan otra salida más que la de sacar fotocopias, que ya de por sí lo hacen. Nos veríamos obligados a fomentar la piratería y realmente no me causa un daño moral.

''Todo lo que sea piratería yo lo apoyo por ser más barato y porque es el lugar en donde compramos la gente que no tenemos dinero para acceder a lo original. Es donde compramos los pobres''.

Medida depresiva

Andrés Calero, estudiante de la Facultad de Medicina, hace de inmediato el diagnóstico médico: ''Varios de mis compañeros trabajan y estudian, su estado anímico es malo y varios están en la depresión. Con un aumento a los libros sería peor''.

Definitivamente, afirma, la medida de aumentar el IVA a los libros ''es una porquería. Los libros son el medio más importante para acceder a la educación y si reducen nuestra posibilidad de acceder a ellos repercutirá en la calidad del país''.

Si se encarecen los libros ''nos afectaría muchísimo''. Los libros de un estudiante de primer año de Medicina cuestan entre ''300 y mil 500 pesos'', apunta. Llevamos seis materias, lo que significa un libro por cada una. Calero sólo pudo comprar tres libros y en ellos se gastó cerca de mil 700 pesos. Si gravan los textos dice que nada más podría adquirir uno o dos a lo mucho. Por lo pronto, está feliz de que en su facultad exista un programa donde "por mil pesos te prestan los libros de cada materia, los más elementales. Esa sí es una buena ayuda, de otra manera se gastarían como 2 mil 500 pesos''. Y eso es nada más en libros, porque aparte están los otros gastos del material que se requiere.