Ť Libreros ya preparan estrategias para amortiguar una probable caída en las ventas
Gravamen a libros, nueva amenaza a la industria tras la crisis del 95
Ť La leve recuperación editorial, en peligro por la reforma fiscal foxista, advierte un funcionario de Gandhi Ť El gobierno recaudaría $500 millones por IVA a volúmenes; el EMP gasta 800
MONICA MATEOS-VEGA Y ANGEL VARGAS
El efecto inmediato de un posible gravamen a libros sería "una baja en las ventas", advierten libreros consultados por este diario. Algunos de ellos, sin esperar la discusión de la iniciativa de reforma fiscal en el Congreso de la Unión, comienzan a plantearse ya medidas para contrarrestar la posible aprobación de ese impuesto.
"Inicialmente, podríamos absorber ese 15 por ciento, aunque sería por tiempo limitado, porque a la larga resultaría una medida imposible", señaló Jacobo Asse, directivo de la Asociación Cafebrería El Péndulo SA de CV.
Mientras el departamento de comercialización de Librerías de Cristal podría reunirse en breve, a fin de planear estrategias para revertir la imposición fiscal del gobierno foxista, el vicepresidente de Librerías Gandhi, Ricardo Nudelman, afirmó que de aprobarse el impuesto la situación comercial de la industria sería similar a la de la crisis de 1994, cuando "el golpe fue terrible por la devaluación de 120 por ciento".
Agregó que si bien el gravamen a los libros no afecta directamente a los libreros, "porque sólo seríamos intermediarios del Estado, el impuesto se lo daríamos íntegro, pero tendríamos menos consumidores, menos ventas. Lo más grave, sin embargo, es que se afectaría el nivel cultural de los ciudadanos, porque su acceso a los libros, mediante bibliotecas y librerías, les costaría más".
Jacobo Asse aseguró que tras el llamado error de diciembre y la severa crisis de 1995, la industria librera no se ha recuperado; sin embargo, se ha mantenido sumamente estable, "y ahora casi cualquier editorial extranjera tiene distribución en México, situación que hace cinco años resultaba insostenible; era muy difícil conseguir libros importados, por ejemplo".
La buena salud del comercio librero se refleja, incluso, en que algunas librerías, como Gandhi, se han podido "dar el lujo", en beneficio de los lectores, "de trasladar parte del descuento de los proveedores a los clientes", explicó Nudelman.
Dijo que la suma que se recaudaría por concepto de impuesto al libro sería de 500 millones de pesos anuales, que podrían obtenerse si se disminuyeran recursos a algunas dependencias u organismos federales, como al Estado Mayor Presidencial, que gasta al año 800 millones de pesos.
"Es una incongruencia que el gobierno pretenda obtener recursos aplicando indiscriminadamente gravámenes y afectando tan severamente a los productores de cultura", subrayó el vicepresidente de Gandhi.
Octavio Ogarrio Jardón, subgerente de la sucursal Polanco de Librerías de Cristal, apuntó que en caso de aplicarse el impuesto la venta de libros bajaría drásticamente, pero asegura que su empresa diseñaría mecanismos para compensar las pérdidas, sobre todo "mediante el sistema de comercialización, buscando hacer ventas a escuelas, empresas y oficinas".
Rubricó: "Sin duda (la aprobación de la iniciativa) significaría más trabajo en el sentido de buscar estrategias para defendernos de la baja de ventas".