Manuel Angel Núñez Soto, gobernador de Hidalgo
Joya codiciable, el aeropuerto alterno
ENRIQUE MENDEZ
En junio próximo, el gobierno federal emitiría su fallo sobre el sitio donde se construirá un nuevo aeropuerto: Texcoco o Tizayuca, Hidalgo.
El gobernador de Hidalgo, Manuel Angel Núñez Soto, advierte que a nadie le convendría que la decisión sea cuestionada por no haber tomado en cuenta las posibilidades técnicas reales de cada región, y que la obra se decida "no con razones, sino con pasión".
"¿Por qué? -se pregunta-, porque puede generar todo tipo de suspicacias innecesarias. Hoy hay una identidad ideológica de mexiquenses que han trabajado en ese proyecto desde el gobierno federal".
El martes, el gobernador de Arturo Montiel Rojas, ofreció la posibilidad de que se abra el catastro de la entidad para verificar que no hay especulación de terrenos y que personajes como Carlos Hank González estén presionando para que el aeropuerto se construya en Texcoco.
Núñez Soto le toma la palabra a Montiel y lo invita a que presente públicamente los registros catastrales. "Sería sano. Las reglas deben ser iguales para todos, y sería igualmente sano que el gobernador Montiel muestre públicamente esos documentos, tal vez en una reunión en la que estemos ambos", sostiene.
Niega que en el caso de Tizayuca el ex gobernador y ex secretario técnico del Consejo Político Nacional del PRI, Jesús Murillo Karam, haya comprado terrenos en esa zona, en una operación que le redundaría una ganancia millonaria si la terminal se construye en ese municipio hidalguense.
"Eso se ha dicho, que Murillo ha comprado tierras ahí, pero la realidad es que no está", ataja.
-Pero también hay prestanombres, ¿no podría ser este el caso? "Por eso es que pido que se verifique todo esto. Yo he leído también comentarios de que Carlos Hank compró tierras en Texcoco, pero no tengo elementos para confirmarlo. Pero sí creo sano que en esta decisión de Estado se incluya absolutamente todo, para que todo mundo esté tranquilo".
El gobierno mexiquense ha dicho abiertamente que el de Hidalgo es su "competidor" y la semana pasada Montiel y su equipo de colaboradores fueron desgranando las desventajas que tendría construir un aeropuerto en Tizayuca, y de hecho, nunca mencionaron el nombre de ese municipio, sino el de Zapotlán.
Guerra o desacuerdos
-¿Hay una guerra, una pelea, de los dos gobiernos por ver cual gana la construcción del aeropuerto?
-No hay conflicto. Hay una buena relación, que es espléndida, entre ambos gobiernos. Pero lo que sí nos preocupa es el impacto de la decisión, que a nuestro juicio debe ponderar los dos sitios, que incluya criterios de evaluación.
"Por ejemplo, si la decisión fuese por Texcoco, la mancha urbana se desarrollará con mucho más rapidez, y lo que queremos es que sea de forma ordenada.
"Y si la decisión es por Tizayuca -que creemos es lo más sensato-, trabajaremos por ese desarrollo ordenado. Aquí no puede haber pasión de por medio, sino razones. Una de nuestras preocupaciones, por citar algo, es el riesgo que existe por la cercanía del aeropuerto en las zonas habitadas; que éste se revierta y se convierta en una oportunidad es lo que buscamos".
-Es, por decir lo menos, muy curioso que ambos gobiernos esgriman los mismos argumentos uno contra el otro. ¿Quién tiene la razón o quién miente?
-Por eso insisto: debe decidirse con criterios de evaluación. Hace poco en la Cámara de Diputados se presentó sólo el análisis del espacio aéreo de Texcoco para un solo aeropuerto, y otro, el de Tizayuca, como un aeropuerto complementario. ¡No podemos comparar peras con manzanas! Hay que comparar peras con peras o manzanas con manzanas.
"Y si analizamos el espacio aéreo de los dos sitios para un solo aeropuerto, indudablemente el de Tizayuca es infinitamente mejor".
El Ejecutivo hidalguense cita que en Texcoco es prácticamente imposible construir las pistas para el aterrizaje de aviones. Y dice por qué: "Para construir una casa de interés social se requiere de una resistencia de suelo de 10 toneladas por metro cuadrado. El sitio de Texcoco sólo tiene una tonelada por metro cuadrado. ¡Y ahí hay complicaciones!"
El subsuelo texcocano, insiste, es fangoso, y antes de encontrar terreno firme hay de por medio 40 metros de lodo.
Se sigue con la explicación de que la ciudad de México está en riesgo de inundarse si se obstruye el vaso hidráulico regulador del ex lago de Texcoco.
Y luego se va en contra del argumento del gobierno mexiquense respecto de que si el aeropuerto no se instala en Texcoco habría una invasión en los próximos años de cuando menos tres millones de personas que requerirían de servicios públicos.
"Yo le digo, con toda sinceridad, que cuando visitamos esas zonas no encontramos un cordón de granaderos o de soldados resguardando el sitio. Y, sin embargo, en su entorno hay municipios como Ecatepec, Nezahualcóyotl y Chimalhuacán, donde sí hay asentamientos irregulares.
"Entonces uno se pregunta: '¿y por qué no se han metido a esas otras tierras que no están resguardadas?'. La razón es que el ser humano es un animal racional y la gente que se llegó a meter o se le hundió la casa o la salinidad creó una corrosión tal que se fracturó cualquier intento de vivienda. La gente ahí no se va a meter, no hay forma. Los terrenos no lo permiten".
-Pero, por ejemplo, Montiel argumenta que para Tizayuca sólo hay una salida de la ciudad de México, la de Indios Verdes...
-Bueno, hoy a Texcoco sólo existe la ruta Peñón-Texcoco. El problema de la zona de Indios Verdes hay que resolverlo con o sin aeropuerto, que además comenzaría a construirse hasta dentro de cinco años. Lo que debemos ver no es cómo llegamos hoy, sino cómo llegamos dentro de cinco años.
En este debate, subraya, no se dice cuánto le costaría al país cerrar el aeropuerto internacional Benito Juárez de la ciudad de México, si la nueva terminal se construye en Texcoco en lugar de establecer un sistema aeroportuario entre la capital del país y Tizayuca.
"Costaría -precisa- 2 mil 500 millones de dólares. ¿Y usted cree que el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, lo va a permitir? ¡De inmediato tendríamos un amparo en la Corte!".
Se refiere en este punto a la "alternativa" de derribar esta terminal y abrir "un gran Chapultepec", idea que de inmediato refuta: "Habría que ver si la condición económica del país lo permitiría. Quizás el ejemplo menos estimulante sea el de la refinería 18 de Marzo (en Azcapotzalco), donde hoy viven paracaidistas.
Núñez Soto no descarta el riesgo de un desastre aéreo si las aves que se pretenden "reubicar" a tres kilómetros del aeropuerto son ingeridas por las turbinas de alguna nave.
-Entonces, ¿el que no dice la verdad es el gobierno del estado de México?
-¿Por qué razón?
-Pues él dice que no hay peligro con las aves y que si el aeropuerto no se construye en Texcoco es ahí donde tendrán una invasión de paracaidistas...
-No, yo lo que digo es que son puntos a valorar. Y en esta evaluación habrá puntos a favor y en contra de Texcoco y de Tizayuca. De lo que estamos convencidos es que el puntaje mayor favorecerá inmensamente a Tizayuca, porque es lo que conviene a la nación.
Tierra de caciques
Núñez Soto refiere que hace dos semanas se entrevistó con el secretario de Comunicaciones y Transportes, Pedro Cerisola, quien le aseguró que la decisión sería imparcial.
"Es claro que al gobierno de la República le interesa que sea una decisión legitimada. Nosotros reiteramos que no es tan importante que ésta se tome en junio, como el hecho de que se tome una buena decisión con la cual todos estemos de acuerdo", expresa el gobernador de Hidalgo.
-Pero con lo que se dijo en la comparecencia de Cerisola ante la Cámara de Diputados, ¿no siente usted que ya hay una decisión a favor de Texcoco?
-Debe valorarse todo, y se lo dijimos al secretario, y creo que esa es su convicción: que se tome una decisión transparente, legitimada, no cuestionada. A nadie le interesa que sea así.
-A Montiel se le preguntó el martes pasado si estaba dispuesto a abrir el catastro. ¿Pero no haría falta que,en verdad lo hiciera y presentara los documentos?
-Sería sano. Nosotros lo hemos hecho. El viernes ejidatarios, pequeños propietarios, comisariados y dueños de terrenos le piden en un desplegado al Presidente y al secretario de la Contraloría que verifiquen que quienes firman son los auténticos propietarios y quede claro que las especulaciones nos hacen daño y que hay difamaciones con muy mala intención.
"En Hidalgo está abierto el catastro. Uno que es de pueblo sabe que hay cosas inocultables. Si usted tiene un pedazo de tierra, el vecino lo sabe. Si hay especulación, la gente lo sabe".
Para acabar con estas dudas es que propone que ambos gobiernos muestren públicamente los registros del catastro de cada entidad, para confirmar que una sola persona Hank en el estado de México y Murillo en Hidalgo no ha comprado terrenos para especular con la construcción del aeropuerto.
-¿Y qué sabe de una intención de abrir casinos en la zona? Ahí también se cita insistentemente el apellido Murillo Karam.
-No tengo información en ese sentido. Hablar de casinos es muy aventurado en este momento, porque ni siquiera es posible legalmente. La discusión de la Cámara de qué tan conveniente podría ser para el país y dónde pudieran ubicarse, si procede, continúa. Pero lo de Murillo es algo que no está sustentado.
Proyecto con "identidad ideológica"
-¿No le mueve a suspicacia que el proyecto que presentó Montiel es el mismo del gobierno federal? Al menos a él no le costó un centavo, ¿no?
-En el caso del proyecto de Texcoco ha habido un trabajo importante por parte del gobierno federal, y hay una identidad ideológica de personas que han trabajado en se plan que lo visualizaron desde hace cuando menos 20 años. Pero hoy este país es otro. Tenemos que ver hacia el futuro, no voltear al pasado, sino para aprender de la historia.
-¿Qué tan grave sería que la decisión se tomara por esa "identidad ideológica" que trasciende a este gobierno?
-No creo que sea así. Hoy todas las decisiones que se toman son consultadas y ésta, que es de gran trascendencia, debe ser transparente.
-Un aeropuerto es entonces una joya codiciable, ¿no?
-Para nosotros es un proyecto en el que hemos trabajado mucho y del que hemos cuidado todos los detalles.
-Si la decisión es como usted la plantea, ¿la aceptaría?. "Sí, claro".
-¿Y si no es como usted lo expone?
-No es una decisión del gobernador, sino de muchas personas. Tal vez el gobierno no haga nada.