COMBATE A LA INSEGURIDAD EN EL DF
El jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel
López Obrador, presentó el Programa Integral de Seguridad
Pública y Procuración de Justicia, con el que su administración
pretende, mediante un trabajo coordinado entre la Secretaría de
Seguridad Pública local y la Procuraduría General de Justicia
del DF, combatir con mayor eficacia la delincuencia en la capital del país.
De acuerdo con cifras oficiales del gobierno capitalino,
de 1997 a enero del año en curso se logró una disminución
del orden de 30 por ciento en la incidencia delictiva, no obstante que
el DF mantenga el mayor índice de criminalidad de todo el país.
Según datos de la PGJDF, en 1993 había un promedio diario
de 66 delitos, para 1997 la cifra mediaba en las 700 faltas al día
(PGJDF, 2000). Aun con la reducción anunciada de casi 30 por ciento,
no se ha logrado alcanzar los niveles anteriores a 1994.
Con base en esos datos, es posible afirmar que efectivamente
ha disminuido la delincuencia en la capital. Pero también es cierto
que la información vertida por los canales oficiales se encuentra
en una crisis de credibilidad. El jefe de gobierno parece atribuir parte
de este descrédito al tratamiento de dicha información por
parte de los medios, acusándolos de desdeñar las cifras,
menospreciar las acciones y presentar las noticias delictivas con fines
mercantilistas. Su posición puede ser correcta en algunos casos,
pero más allá de los medios y sus maneras de informar, la
inseguridad es una realidad inocultable en el DF. La percepción
general de los capitalinos es que la delincuencia y su red de complicidades
sigue creciendo, sobre todo en los últimos meses, y que las autoridades
no han hecho lo suficiente para combatirla. La percepción que se
tiene de la capital es la de una ciudad insegura.
El programa presenta series de datos que por momentos
lo hacen parecer más un informe de resultados que un proyecto. Y,
tanto hay desconfianza de la ciudadanía en la información,
como en las instancias policiacas y de justicia. La reducción en
el número de denuncias presentadas bien puede estar ligada a la
desconfianza social en las instituciones y a la falta de resultados en
la materia. Además, las víctimas, trátese de un delito
grave o menor, pero delito al fin, piensan dos veces antes de pararse en
una agencia del Ministerio Público, donde abundan las trabas burocráticas
y la pérdida de tiempo.
Ante esta crisis de credibilidad y la reciente escalada
de hechos violentos, el programa presentado ayer por el GDF es un aliciente
para los capitalinos. El incremento anunciado al presupuesto destinado
al combate a la delincuencia es una señal de que se trata de un
tema prioritario para las autoridades, y tiene razón el jefe de
gobierno al solicitar la confianza y apoyo de la ciudadanía. Reiteramos
que es un acierto involucrar a la población en acciones preventivas.
La delincuencia, criminalidad y violencia que se viven
cada día en la ciudad de México son problemas sumamente complejos,
cuya solución requiere de una visión a largo plazo. Combatir
agrupaciones que van desde el narcotráfico, secuestro y robo a gran
escala de autos, hasta el robo a transeúntes, demanda mucho más
que voluntad política, y el gobierno capitalino ha dado una importante
señal en este sentido con la presentación del programa. Pero,
más que cifras oficiales y series de datos, los capitalinos esperan
resultados palpables, esperan poder salir a la calle sin el temor de ser
atracados, que les roben el auto, el bolso, la cartera o, en el peor de
los casos, de ser secuestrados o no regresar a casa con vida. El reto es
tan grande como el problema que lo origina.
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