MIERCOLES Ť 11 Ť ABRIL Ť 2001
Ť El programa busca combatir el narcotráfico, detalla un informe del Pentágono
Capacitará EU este año a mil 363 militares mexicanos, más del doble que en 2000
Ť La mayoría de los estudiantes tomará cursos vinculados con la contrainsurgencia
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington, 10 de abril. El número de oficiales militares mexicanos que recibirá capacitación en Estados Unidos este año es más del doble del que participó en estos cursos el año pasado o antepasado, indicó el Pentágono en un informe enviado esta semana al Congreso de Estados Unidos.
"Hoy día, las fuerzas armadas mexicanas están enfocadas principalmente a atender la seguridad interna (incluyendo la contención de la insurgencia de Chiapas), pero juegan un papel significativo en actividades antinarcóticos", señaló el Pentágono, al justificar la existencia del programa de capacitación castrense.
El informe, preparado conjuntamente con el Departamento de Estado, agrega que estas acciones "ayudan a mantener el profesionalismo de los militares mexicanos", ofrece conocimiento sobre los "principios de los derechos humanos", y brinda asistencia técnica en rubros como mantenimiento de helicópteros, que "mejoran la habilidad de México para combatir a narcotraficantes y continuar cooperando en los esfuerzos antidrogas que realiza Estados Unidos".
El Informe de capacitación de militares extranjeros (Foreign Military Training Report), documento público que por ley debe ser presentado al Congreso, declara que Estados Unidos espera otorgar preparación militar a mil 363 estudiantes en el año fiscal 2001 (que comenzó en octubre pasado y concluye en septiembre próximo). Estados Unidos otorgó, según el mismo reporte, capacitación militar a 564 estudiantes mexicanos en el año fiscal 2000, y a 622 en el de 1999.
Estos proyectos se ampliaron en 1997 y 1998, cuando el gobierno de Bill Clinton habilitó a varios miles de oficiales mexicanos integrantes de las fuerzas antinarcóticos GAFE. Pero la mayoría de estos programas, según funcionarios del Pentágono consultados entonces, fueron descontinuados a raíz de una serie de desacuerdos sobre la estructura de la capacitación, entre otros, que surgieron entre los militares mexicanos y el Pentágono.
No obstante, el Pentágono ha buscado restablecer un plan ampliado en ese rubro con México. De acuerdo con funcionarios estadunidenses, los programas ayudarán a mejorar la capacidad antinarcóticos de los militares mexicanos, pero también para que los estadunidenses establezcan mayores relaciones con sus contrapartes mexicanas, y así profundizar la relación de "militar a militar" entre los dos países.
A diferencia de la preparación en 1997 y 1998, gran parte del entrenamiento ofrecido este año se centra en asuntos técnicos, como el mantenimiento de motores de jet, radiocomunicación, así como de helicópteros UH-1H Huey e investigaciones de policía castrense. Pero la lista detallada de cursos, en el informe de este año, indica que el número más grande de estudiantes participará en aspectos vinculados con la contrainsurgencia. Además, destaca que 340 estudiantes recibirán capacitación en "tácticas de infantería" y otros 60 en "operación de río".
Los programas de habilitación militar estadunidenses para latinoamericanos continúan siendo objeto de críticas de ONG y grupos de derechos humanos de este país, preocupados porque Washington carece de medidas para asegurar que esa preparación no sea utilizada por gente implicada en violaciones a las garantías individuales en sus países de origen.
"La capacitación produce un traslado de habilidades, y sería ingenuo suponer que éstas serán utilizadas sólo para el bien", explicó Joy Olson, analista del Latin America Working Group, con sede en Washington. "Si (estas habilidades) son mal utilizadas después, Estados Unidos comparte la culpa. El programa de capacitación de Estados Unidos debe ser evaluado en este contexto". El Working Group es una coalición de ONG religiosas y de análisis político y ha sido uno de los principales críticos de los programas castrenses estadunidenses en América Latina.