MIERCOLES Ť 11 Ť ABRIL Ť 2001

José Steinsleger

Memoria para saber

Existen varias formas de procesar la memoria histórica. Una de ella figura en el libro In retrospect (1995), de Robert McNamara, ex secretario de Estado y uno de los responsables directos de la guerra de Vietnam. En su memoria, no se lamenta de la crueldad intrínseca a toda guerra. Le duele el hecho de que su país no pudo ganar la guerra. Le duele la derrota y no el desenlace de una contienda en la que murieron 50 mil soldados estadunidenses y 3 millones de vietnamitas.

Otra forma de ordenar la historia y la memoria figura en el libro Operación Cóndor, pacto criminal (La Jornada Ediciones, México, 2001), de la escritora y periodista Stella Calloni, corresponsal de este diario en Buenos Aires.

En esta obra, Calloni nos ofrece los antecedentes, hechos y consecuencias del terrorismo de Estado, demostrando que de 1970 a 1980, en lugar de "excesos de uno y otro bando", hubo un plan minucioso de exterminio, apoyado por la CIA y ejecutado por las fuerzas armadas del Cono Sur.

Luego de la guerra de las Malvinas (1982), en una entrevista de la periodista italiana Oriana Fallacci, el general Leopoldo F. Galtieri justificó la aventura bélica en el Atlántico sur diciendo que la "guerra contra la subversión" le había dado "gran experiencia de combate" al ejército argentino. Fallacci replicó: "ƑCuál guerra? šLo de ustedes fue una cacería!".

Operación Cóndor, pacto criminal, prueba que las víctimas de aquella cacería fueron todos y cada uno de los ciudadanos que se opusieron a la instauración pacífica del neoliberalismo, modelo económico que hoy rige la postración social de América Latina: obreros, sindicalistas, estudiantes, políticos, militares, periodistas, intelectuales, religiosos, militares patriotas.

Indiferentes a los efectos que perduran en la memoria de la sociedad, los gobiernos neoliberales de hoy fomentan la cultura de la impunidad. "Borrón y cuenta nueva". Si el pasado con memoria les inquieta, el futuro sin historia les conmueve. "El futuro" embelesa a gobernantes amnésicos y a empresarios corruptos, a intelectuales marketineros y a políticos sin destino.

En 1997, la oficina de prensa de la firma Hugo Boss respondió a un reportero que investigaba el origen de su fortuna cuando vestía al ejército de los nazis: "No nos ocupamos de la historia porque somos una empresa dinámica y orientada hacia el futuro". Igual que la empresa HDS-Talsud que en México dirigía el genocida Cavallo, director del Renave: "Crear soluciones en el presente para un futuro mejor".

Con sus complacencias previas y sus cobardías posteriores, el lenguaje de algunos intelectuales y gobernantes hace gala del fetichismo futurista: "Las investigaciones (sobre el pasado de la represión)... alientan el resentimiento y la venganza antes que la intención de reconstruir un tejido social profundamente dañado por los conflictos del pasado", escribe una reputada politóloga.

"Para lograr la justicia y la reconciliación --añade-- es preciso encontrar la justa medida para uno y para otro... el 'justo medio' para que la memoria no anule nuestra existencia en el presente... la historia debe ser comprendida y juzgada".

El "justo medio"... En Guatemala, la Misión de Verificación de Naciones Unidas (Mingua) responsabilizó al ejército de la mayoría de las masacres cometidas durante la guerra interna (1960-1990). En 80 por ciento de los casos se acusa al ejército como responsable de las matanzas y a los paramilitares de las Patrullas de Autodefensa Civil. De 669 masacres en total, Mingua atribuye 628 al ejército y 32 a la antigua guerrilla...

"Conflictos" del pasado... En Tucumán, el general (R) y genocida Domingo T. Bussi, que en los años de plomo arrasó con la provincia argentina y solía disparar su fusil introduciéndolo en la vagina de las detenidas, manifestó ante un grupo de jóvenes que lo repudiaron: "Tal vez estos jóvenes viven en el pasado... A esos jóvenes vamos a brindarles fuentes de trabajo para que en lugar de crecer en el odio puedan trabajar, vivir, vestirse, bañarse y afeitarse mejor" (Página 12, Buenos Aires, 24/11/95). Beneficiado con las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, Bussi fue elegido gobernador de la provincia en elecciones "democráticas".

En el Olimpo, Mnemosine fue madre de las nueve musas que presiden las artes, las letras y el pensamiento en todas sus formas y Némesis era la diosa griega de la venganza divina. Mnemosine representaba a la memoria o fuerza mental de retener y recordar lo pasado y Némesis guardaba una lista de mortales perversos a los cuales había que perseguir y castigar.

Guiada por ambas deidades, el libro de Stella Calloni representa una contribución extraordinaria. La memoria Operación Cóndor, pacto criminal ya es parte constitutiva de la problemática de la democracia latinoamericana.