MIERCOLES Ť 11 Ť ABRIL Ť 2001

Ť Prevén ingobernabilidad si no se aprueba la propuesta hacendaria

La reforma fiscal elevaría la inflación a 10.5%, pero la regresaría a 4.02 en el 2004: consultoras

Ť Subestiman analistas del sector privado el fracaso de la iniciativa en el Congreso

ANTONIO CASTELLANOS

Una reforma estructural que en el terreno fiscal elimine subsidios, tratamientos sectoriales preferentes y establezca un alza homogénea a 15 por ciento de Impuesto al Valor Agregado (IVA), llevará la inflación a 10.56 en diciembre próximo, pero la retrocederá a 4.20 en el siguiente año, señalaron las consultoras Standard and Poor's y Bursamétrica. Advirtieron: "Si no hay reforma fiscal, habrá una situación de ingobernabilidad y la inflación se dispararía a 11.91 por ciento al cierre y en 2002 llegaría a 14.83 por ciento".

En su reporte sobre la economía mexicana, destacan que los analistas del sector privado encuestados por el Banco de México "están subestimando las consecuencias del fracaso de una reforma hacendaria. En un escenario tal, las corredurías y bancos de inversión modificarían la recomendación a favor de México y las calificadoras de riesgo castigarían al país".

Así, Standard and Poor's y Fitch-Ibca colocarían al país en perspectiva negativa, mientras que Moody's le quitaría a México el grado de inversión. El efecto en el tipo de cambio sería drástico a pesar de una mayor restricción monetaria, con la subsecuente repercusión inflacionaria.

Los expertos de Bursamétrica estiman que se aprobará una reforma fiscal parcial; esto se daría en un periodo extraordinario a efectuarse en mayo, dado que se trata de una reforma global bastante extensa, e insisten: "Una reforma fiscal y estructural más a fondo, puede tener un impacto más inflacionario en el corto plazo, pero en el mediano y largo plazos, generaría inflación más reducida por el menor impacto del déficit público.

Un cambio estructural completo que elimine los subsidios, los tratamientos sectoriales preferentes y establezca un alza homogénea de 15 por ciento del IVA, provocaría una inflación de 10.56 por ciento este año y de 4.20 en el siguiente.

Un cambio estructural parcial, implica una reforma tributaria gradual, con tasa cero en alimentos frescos, tortilla y leche; fijando una tasa de 6 por ciento en alimentos procesados y medicinas, y llevando a 15 por ciento de IVA a los demás bienes. También podría considerarse una tasa homogénea de 12 por ciento y tasa cero solamente para alimentos frescos, leche y tortilla. En este escenario la inflación sería de 8.20 por ciento en el 2001 y de 5.99 en el 2002.

En caso de que no se apruebe la reforma fiscal, se contemplan dos posibilidades, señalan los analistas de las consultoras: 1. Una situación de ingobernabilidad con inflación de 11.91 por ciento en diciembre, pero con crecimiento de precios de 14.83 por ciento en 2002. Y, 2. Un escenario inercial que llevaría a una inflación de 6.56 por ciento a finales del año, pero que resulta casi imposible y que se considera improbable.