REPORTAJE
Comienza a circular el tomo IV de la saga
¿Quién rayos es Harry Potter?
CESAR GÜEMES
La primera pregunta válida y necesaria que plantea la existencia literaria de un fenómeno mundial de ventas que ha llegado esta primavera a los 80 millones de ejemplares es, justamente, ¿quién rayos es Harry Potter?
Para ello existen varias respuestas. La primera, sin necesidad de darle más vueltas de las necesarias es: Harry Potter es un niño maltratado. Y de esa línea pueden derivarse varios renglones de indagación que van de lo estrictamente literario a lo social, del fenómeno de ventas y lectura que abarca tres decenas de países a la realidad que en el sentido del maltrato vive la niñez en México.
Los festejos escolares que se avecinan, al lado de las ofertas de regalos para menores de edad incluirán, casi con toda seguridad, numerosos ejemplares de las aventuras de Potter, quien justamente este miércoles aparece en nuestro país con su cuarto libro, Harry Potter y el cáliz de fuego, por cierto el primero bajo el sello de Salamandra y distribuido, como el resto de las novelas del personaje, por Océano.
La suerte, valor no mensurable
El maltrato infantil, sin embargo, es sólo la columna vertebral para entender el mundo que plantea J.K. Rowling a lo largo de su obra que, además de los libros de la saga, incorpora ya otro par de textos que no protagoniza el joven mago con lo cual hablamos ya de seis títulos en su haber.
Vayamos con calma. El éxito en la aceptación de los libros de Rowling, cuyos primeros nombres son Joanne Kathleen, parte del maltrato infantil, se apoya en la información social que sobre los mitos celtas perviven en el mundo anglosajón, se extiende con gran sabiduría a países de habla inglesa y no inglesa mediante la estructura narrativa de los juegos de video, crece y se multiplica con la compra de los derechos del personaje por parte de la Warner Brothers y se establece por un cuarto valor no mensurable: la suerte.
Nacida en Bristol, Inglaterra, a mitad de los años sesenta, J.K. Rowling decidió escribir desde que recuerda. Así lo hizo saber en una de las escasas entrevistas concedidas, en este caso a la sede en el Reino Unido de la casa Amazon: ''Quise ser escritora desde que tengo uso de memoria. La lengua nacional fue siempre mi materia favorita, aunque posteriormente estudiaría también francés. El primer texto que recuerdo haber trabajado fue sobre un conejo que tenía precisamente el nombre de Conejo. Es algo que considero aún hoy muy imaginativo. Hablo de cuando tenía seis años de edad".
Después de los conejos vinieron las lechuzas, personajes de singular importancia a lo largo de la saga de Harry toda vez que mediante estos seres se da buena parte de la comunicación entre los personajes del mundo de Rowling, dividido en un par de sociedades cerradas, las de los magos y las de los muggles, seres éstos que habitan en la tierra común, que viven y mueren de igual forma.
En su primera aparición, Potter entonces de 11 años, no sabe que es un mago y sólo se distingue del resto de sus vecinos por una cicatriz en la frente en forma de rayo. Padece, a su pesar y sin forma para defenderse, del maltrato que le infligen sus tíos, Petunia y Vernon, al cuidado de quienes quedó a la muerte de sus padres. Un deceso, por cierto, relacionado con la mágica sociedad secreta. A la tiranía de sus tíos se suma la intransigencia del hijo de éstos, Dudley, un pobre de espíritu que basa su dominio en Harry en la fuerza bruta.
El Centro Internacional de la Infancia, con sede en París, establece una definición clara de lo que entendemos por maltrato infantil: ''Cualquier acto por acción u omisión realizado por individuos, por instituciones o por la sociedad en su conjunto y todos los estados derivados de estos actos o de su ausencia que priven a los niños de su libertad o de sus derechos correspondientes y que dificulten su óptimo desarrollo".
Maltrato físico, quizá el más socorrido
Existen diversas modalidades del maltrato a los menores de edad. Uno de ellos, quizá el más socorrido, es el físico, que por su definición equivale a: ''Una acción no accidental de algún adulto que provoca daño físico o enfermedad en el niño, o que coloca en grave riesgo de padecerlo como consecuencia de alguna negligencia intencionada". En el capítulo dos de la obra inicial de la saga que nos ocupa, Harry Potter y la piedra filosofal, se narra la siguiente escena que ocurre en la casa de los tíos del mago en ciernes: ''En una ocasión, tía Petunia, cansada de que Harry volviera de la peluquería como si no hubiera ido, cogió unas tijeras de la cocina y le cortó el pelo casi a rape, exceptuando el flequillo, que le dejó 'para ocultar la horrible cicatriz'. Dudley se rió como un tonto, burlándose de Harry, que pasó la noche sin dormir imaginando lo que pasaría en el colegio al día siguiente, donde ya se reían de su ropa holgada y sus gafas remendadas. Sin embargo, a la mañana siguiente, descubrió al levantarse que su pelo estaba exactamente igual que antes de que su tía lo cortara. Como castigo, lo encerraron en la alacena durante una semana, aunque intentó decirles que no podía explicar cómo le había crecido tan de prisa el pelo".
No es nada extraño, vista la forma en que es tratado por sus familiares más cercanos, que el personaje tome el camino que lo lleva directamente a su interior: la magia. De esta suerte, al propio tiempo que evade la realidad, una de las características de los menores maltratados al reconcentrarse en su mundo privado, construye gracias a su autora un mundo en donde no es la fuerza sino la habilidad, la astucia e incluso el estudio en el colegio de magos al que asiste, Hogwarts, lo que le permitirá desarrollarse como niño y como ser social. Esto es, el mundo digamos mágico en que se sumerge es producto a partes iguales de la situación adversa que padece en su entorno inmediato y cotidiano, y también lo es como parte de la trama. La identificación entre Harry Potter y sus lectores, tanto menores de edad como adultos de muy diversas edades, no podría darse de manera más natural.
La influencia de los videojuegos
En cuanto al tratamiento literario, sostenemos que J.K. Rowling se ha basado o se ha visto altamente influida por la estructura de los juegos de video en boga desde poco antes de que se iniciara en la literatura. Las variantes de los videojuegos, así sean los de última generación, son mínimas con respecto al modelo original: un personaje debe llegar a una meta, para ello atraviesa por una serie de vicisitudes cada una de las cuales, al superarla, lo provee de nuevos poderes o de un mayor tiempo para cumplir con su cometido. Entre más ''mundos" y retos ofrece un juego de video, mayor es su precio y más se valora al participante que consigue llegar al final, así sea una sola vez. Potter, por su lado, acumula habilidades y conocimientos para avanzar en los diversos ámbitos que le plantea el convertirse en un mago, desde adversarios dentro del colegio de magos hasta ''maldiciones" y vendettas que provienen del pasado, cuando sus padres vivían y él ha de saldar. Prácticamente cada capítulo de los cuatro libros que conforman la saga le plantea al personaje un nuevo reto a vencer y del cual saldrá siempre fortalecido.
El dato de la estructura, con todo y su sencillez, no es más que el armado. Dentro de las novelas se da un desarrollo muy amplio de relación social entre sus habitantes: grupos, amistades, enemigos acérrimos, misterios y altas dosis de lo que resta de las consejas de la hechicería celta.
Otra de las características del maltrato infantil es la que se refiere al abandono emocional, por el cual entendemos aquella ''situación en la que el niño no recibe el afecto, la estimulación, el apoyo y protección necesarios en cada estadio de su evolución y que inhibe su desarrollo óptimo. Existe una falta de respuesta por parte de los padres o cuidadores a las expresiones emocionales del niño o a sus intentos de aproximación o interacción". En el segundo volumen de la saga, Harry Potter y la cámara secreta, el personaje padece abandono emocional, desde luego. Leemos: ''No había recibido postales ni regalos y tendría que pasar la noche fingiendo que no existía. Abatido, fijó la vista en el seto. Nunca se había sentido tan solo. Antes que ninguna otra cosa de Hogwarts, antes incluso que jugar al quidditch, lo que de verdad echaba de menos era a sus mejores amigos, Ron Weasley y Hermione Granger. Pero ellos no parecían acordarse de él. Ninguno de los dos le había escrito en todo el verano, a pesar de que Ron le había dicho que lo invitaría a pasar unos días en su casa". No basta con padecer abandono por parte de sus cuidadores, sino que a ello es preciso agregar la incomunicación a que lo someten puesto que, como se verá adelante en la trama, los únicos que jamás abandonarían a Harry serían justamente sus amigos, su verdadera familia.
Los niños, más agredidos que las niñas
El maltrato emocional al menor implica aquellas ''conductas de los padres o tutores tales como insultos, rechazos, amenazas, humillaciones, desprecios, burlas, críticas, aislamiento o atemorización que causen o puedan causar deterioro en el desarrollo emocional, social o intelectual del niño". En Harry Potter y el prisionero de Azkaban, el ya no tan pequeño Harry pasa por la prueba a continuación y con la respuesta que vemos: ''Soportó los tres días siguientes obligándose a pensar en el Manual de mantenimiento de la escoba voladora cada vez que tía Marge se metía con él. El truco funcionó bastante bien, aunque debía de darle aspecto de atontado y tía Marge había empezado a decir que era subnormal".
Finalmente, antes de pasar a las cifras concretas en cuando al maltrato infantil en México, observemos que el abandono físico está catalogado como la ''situación en que las necesidades físicas básicas del menor (alimentación, higiene, seguridad, atención médica, vestido, educación y vigilancia), no son atendidas adecuadamente por ningún adulto del grupo que convive con él". En la nueva novela de Rowling, que justamente hoy entra oficialmente en circulación en nuestro país, Harry Potter y el cáliz de fuego, reaparece el inefable tío Vernon, al que a estas alturas ya odian justificadamente los lectores, y ocurre la siguiente escena: ''Un ligero espasmo cruzó el rostro de tío Vernon, grande y colorado. Se le erizó el bigote. Harry creía saber lo que tenía lugar detrás de aquel mostacho: una furiosa batalla en la que entraban en conflicto dos de los instintos más básicos en tío Vernon. Permitirle marchar haría feliz a Harry, algo contra lo que tío Vernon había luchado durante trece años. Pero, por otro lado, dejar que se fuera con los Weasley lo que quedaba del verano equivalía a deshacerse de él dos semanas antes de lo esperado, y tío Vernon aborrecía tener a Harry en casa". Una definición para una circunstancia concreta, como si la autora hubiera estudiado las características del maltrato infantil con enorme cuidado antes de establecer el sustrato de su obra.
Según datos obtenidos para este trabajo, en la ciudad de México, sintomática de lo que ocurre en el resto del país, el maltrato infantil se encuentra lejos de ser un problema menor. De enero a marzo de este año, de acuerdo con las cifras proporcionadas por el DIF-DF, se registraron 401 denuncias, de las cuales fueron comprobadas 219 y 11 de ellas se turnaron al Ministerio Público. El número de varones agredido es apenas superior al de niñas. Según el tipo de maltrato se determinó que 247 menores padecieron maltrato físico, 231 abuso emocional, se dieron 216 omisiones de cuidados, se vieron abandonados 29 menores y dos fueron reportados por explotación laboral. Los agresores resultaron ser, de mayor a menor grado: madres, padres, abuelos, padrastros, tíos, madrastras y hermanos.
De modo tal que mientras Harry Potter y el cáliz de fuego, que parte del maltrato infantil para plantear una salida imaginaria y en cierto sentido mágica al problema, en México en el teléfono de Locatel (5658 1111, extensión Niñotel), se recibirán hoy, tan sólo en el Distrito Federal, un promedio de cuatro llamadas para denunciar maltrato a menores de edad, cuatro llamadas de las cuales muy probablemente dos sean corroboradas sin magia de por medio.
Harry Potter viene a ocupar un vacío que pronunciadamente se había establecido en la literatura dirigida a primeros lectores. La peripecia, los actos de arrojo personal y social del personaje, son los elementos fundamentales que permiten a la autora identificarse rápidamente con sus asiduos. En la literatura contemporánea con un público de edad específica, que va de los 10 a los 15 años, mayoritariamente, no había personajes similares a Potter, salvo sus claros antecedentes, para el caso castellano, la saga de Flanagan, del escritor catalán Andreu Martín, quien lleva con él ocho novelas publicadas, la más reciente de ellas Flanagan sólo Flanagan, a punto de llevarse cine en Europa.
Las ventas de Potter
Estados Unidos: 42 milllones
Reino Unido: 12 millones
Alemania: 10 milllones
Francia: 1 millón 500 mil
España y Latinoamérica: 1 millón 150 mil
Japón: 950 mil
China: 550 mil
Italia: 500 mil
Portugal: 250 mil