JUEVES Ť 12 Ť ABRIL Ť 2001

Ť Organizaciones indígenas les declaran la guerra

Piden en Chiapas desaparecer los programas electoreros

Ť El verdadero objetivo: esconder el conflicto armado, dicen

Ť Fomentan la división entre los pueblos de la región

JUAN BALBOA CORRESPONSAL

Ocosingo, Chis., 11 de abril. En los municipios de La Independencia y Ocosingo, en La Trinitaria y Las Margaritas, en la mayoría de más de 2 mil comunidades tojolabales, tzeltales, tzotziles y choles de la región del conflicto hay una sola demanda: desaparecer los programas asistencialistas, electoreros y de control político del gobierno federal y estatal hacia las comunidades de Las Cañadas.

La mayoría de las organizaciones con presencia en la región, incluidas algunas comunidades habitadas por simpatizantes del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), han iniciado una guerra contra los programas sociales diseñados por el gobierno del ex presidente Ernesto Zedillo para la zona de conflicto, pues aseguran que fomentó la división entre pueblos y desmembró las relaciones de trabajo colectivo y comunitario.

Las organizaciones como la Aric-Independiente, la Coalición de Organizaciones Autónomas de Ocosingo (COAO), la Orcao la CNPI y comunidades bases del EZLN consideran que los programas sociales aplicados en la región de Las Cañadas "atentan contra el derecho fundamental de los pueblos indios" para lograr su desarrollo sustentable.

"Lejos de fomentar la unidad y armonía de las comunidades, éstas se han visto fraccionadas con una multiplicidad de pequeños grupos beneficiarios de los proyectos debilitados en su capacidad de autogestión y participación social", aseguran en una documento enviado al presidente Vicente Fox y al gobernador de Chiapas, Pablo Salazar.

Proponen acciones inmediatas para evaluar y frenar el impacto negativo que ha tenido el programa de Las Cañadas en las comunidades. Exigen conformar una comisión integrada por los gobiernos federal y estatal, las organizaciones indígenas y organizaciones civiles expertas en la materia para el diseño, monitoreo y evaluación de los programas que se propongan para la región.

Todas las organizaciones con presencia en Las Cañadas coinciden en la eliminación inmediata de los Centros de Atención Social (CAS), debido a la imagen asistencialista negativa que han generado y proponen, en su lugar, formar consejos de vigilancia a nivel municipal, pero sobre todo se manifestaron por cambiar el sentido de los programas sociales, los cuales son considerados como asistencialistas, divisionistas, electoreros y de control político.

Una larga historia de lucha en Las Cañadas

La región de Las Cañadas, habitada por unas 385 mil personas, la integran 2 mil 349 comunidades de los municipios de Altamirano, La Trinitaria, Las Margaritas, La Independencia y Ocosingo, principalmente de los grupos étnicos tzeltales, tzotziles, tojolabales y choles. Todas ellas tienen una larga historia de luchas.

Para la Coalición de Organizaciones Autónomas de Ocosingo, existe en la región un problema agrario rezagado, que no acabó con las medidas tomadas por el gobierno después de 1994.

"Los conflictos por la tierra siguen vigentes y se han agravado por la falta de alternativas de producción y opciones de trabajo para los jóvenes. Esta ha sido una de las causas de conflictos intercomunitarios.

"Desde la colonización de la selva hemos tenido una rica experiencia de organización y autogestión comunitaria, que nos permitió sobrevivir y superar las adversidades. En 1975 nace la Quiptic ta Lecubtesel, madre de todas las organizaciones y uniones de ejidos que posteriormente surgirían. La pobreza, marginación, falta de políticas de desarrollo y participación fueron las causas del levantamiento armado del EZLN. Estas aún persisten", explican dirigentes de la COAO.

Los programas, apoyados por el Banco Mundial

Los programas de la región de Las Cañadas fueron desarrollados con fondos del Banco Mundial a partir de 1995, como reacción gubernamental a las demandas indígenas. Se había programando una inversión de 384 millones 200 mil pesos para un periodo de seis años, que beneficiaría a 382 mil 907 habitantes de Las Cañadas.

El objetivo del programa, aseguran dirigentes de la COAO, Aric-Independiente y la Orcao, era supuestamente mejorar el bienestar y el ingreso de los pequeños propietarios de la región, pero el verdadero propósito, aseguran, era el de esconder un conflicto armado que se "había generado por la pobreza" y la inconformidad de los habitantes de la región.

Programa de control político y electorero

De acuerdo con un análisis de las propias organizaciones que tienen injerencia en la zona de Las Cañadas -incluidas simpatizantes del EZLN-, en los seis años de operación el programa "fomentó la división entre los pueblos y comunidades indígenas", sirvió como un control político-social y electorero, que fomentó la división de las comunidades hacia el gobierno y pulverizó los recursos.

El análisis realizado por la COAO, la Aric-Independiente y la Orcao entregado a los gobiernos estatal y federal señala puntualmente que el Programa de Las Cañadas del gobierno de Ernesto Zedillo "desmembró las relaciones de trabajo colectivo y comunitario" y, principalmente, atentó contra el "derecho fundamental de los pueblos indios", de lograr un desarrollo sustentable.

La COAO, la Aric-Independiente, la ORCAO y comunidades de bases zapatistas exigieron a los gobiernos de Fox y Salazar Mendiguchía rediseñar las estrategias y políticas de acción del programa cambiándole el sentido asistencialista, divisionista, electorero y de control político que ha mantenido.

Además demandan concretar la participación de los pueblos indios en la definición de las estrategias de desarrollo, "tal como lo establece" el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y los acuerdos de San Andrés firmado en febrero de 1996.