Ť Sortea el presidente George W. Bush su primera crisis en política exterior
Libera China a los 24 tripulantes del avión espía de Estados Unidos
Ť Asegura el mandatario Jiang Zemin que el incidente todavía "no está totalmente superado"
Ť Afirma el gubernamental Diario del Pueblo que la Casa Blanca sí se disculpó ante Pekín
AFP, AP Y REUTERS
Washington, 12 de abril. El presidente George W. Bush salió relativamente indemne en su primera crisis po-lítica exterior, luego de que Pekín liberó hoy a la tripulación del avión espía estadunidense retenido du-rante 12 días en China, donde aterrizó de emergencia tras colisionar con un caza chino.
En la sala de conferencias de la Casa Blanca, Bush declaró que el pueblo estadunidense se encuentra "orgulloso de nuestra tripulación y ansioso de darles la bienvenida a casa", y "se une a mí para expresar que siente mucho la pérdida de la vida del piloto chino".
Más tarde, cuando la tripulación ya había despegado de China, Bush felicitó a sus colaboradores, particularmente a su consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, por no dejar que "el primer incidente degenerara en crisis".
Pero el presidente chino, Jiang Zemin, quien hoy llegó a Brasil procedente de Uruguay, declaró que el incidente "todavía no está totalmente solucionado. Deseamos que la parte estadunidense adopte una actitud seria frente a la posición china".
Un Boeing 737 de la compañía estadunidense Continental Airlines despegó esta mañana del aeropuerto de Haiku, la capital de la isla de Hainan, donde estaban re-tenidos los pilotos, con destino a la base estadunidense de Guam.
A bordo se encontraban los 21 hombres y tres mujeres que integraban la tripulación del avión es-pía, que tuvo que aterrizar de emergencia después de chocar con un avión de combate chino, cuando cumplía una misión de "reconocimiento" en el Mar de China.
Los aviadores --retenidos en China durante la mayor parte del tiempo en una casa para invitados, donde fueron visitados por diplomáticos estadunidenses-- comenzaron a elaborar ya su informe so-bre el incidente.
Razones humanitarias
Poco antes de la liberación de la tripulación, China y Estados Unidos informaron sobre un acuerdo. China precisó que actuaría por "razones humanitarias", pero que conservaría el aparato hasta celebrar conversaciones con Estados Unidos sobre el incidente.
El canciller chino, Tang Jiaxun, hizo el anuncio tras recibir lo que la prensa estatal china describió como una carta de disculpa.
En la misiva, presentada al canciller por el embajador estadunidense en Pekín, Joseph Prueher, Washington declaró que "lamenta mucho" que su aparato haya in-gresado luego de la colisión en el espació aéreo chino "sin autoriz ación verbal", y que también "la-menta mucho" la desaparición del piloto Wang Wei, que iba a bordo del caza que chocó con el avión espía y que cayó al mar.
"Tanto el presidente Bush como el secretario de Estado Colin Po-well han expresado su sincero pe-sar por su piloto y su avión desaparecidos. Por favor, transmita al pueblo chino y a la familia del pi-loto Wang Wei que lamentamos mucho su pérdida", señala la carta.
Estados Unidos evitó tener que presentar "excusas" formales, que Pekín reclamaba para solucionar la crisis que se inició el domingo primero de abril.
La carta estadunidense no menciona las circunstancias de la colisión, y sostiene que son "todavía confusas", y que siguen siendo in-terpretadas de forma diferente por cada una de las partes.
En este sentido, Powell dijo en París que "no tenemos por qué excusarnos. Excusarnos sería su-gerir que hicimos algo malo y que aceptamos la responsabilidad".
Para los estadunidenses, su avión realizaba una tarea rutinaria de reconocimiento y el caza chino realizó una acción casi suicida.
Según el Pentágono, Wang Wie en el pasado, en dos ocasiones, es-tuvo a punto de provocar accidentes por volar muy cerca de las ae-ronaves estadunidenses.
Sin embargo, el Diario del Pueblo, órgano del gobernante Partido Comunista, afirmó en su edición de este jueves que Estados Unidos se disculpó ante China.
"Nuestra lucha --dijo-- pulverizó la arrogancia del hegemonismo y permitió defender nuestra soberanía y nuestra dignidad nacionales, y mostró que nuestro país defiende la paz mundial y no teme a la política del más fuerte conducida por una gran potencia".
Al comienzo de la crisis, Bush exigía la liberación inmediata de la tripulación y la restitución del avión espía, prohibiendo además a los chinos que "manipulen" la na-ve, repleta de aparatos, pero el go-bierno estadunidense debió resignarse a presentar su "pesar", y fi-nalmente "lamentar" lo sucedido.
No obstante, Pekín aclaró que el caso aún no está cerrado. Al recibir la carta del embajador estadunidense, el canciller chino señaló que deben "seguir las pláticas sobre el incidente y sobre los problemas que se vinculan al mismo".
La carta de Washington precisa que las dos partes se reunirán el 18 de abril, en un lugar no precisado, para discutir las causas del incidente, los medios para evitar que se repitan colisiones similares y elaborar un plan para el pronto regreso del avión retenido.
El Pentágono ha asegurado que continuará con sus vuelos de "re-conocimiento y de rutina" a lo largo de la costa china.
Fisura en el gobierno
Para algunos analistas estadunidenses, el incidente dejó al descubierto una fisura en la administración Bush, entre la estrategia di-plomática de los moderados y las duras facciones antichinas, como la representada por el republicano Phyllis Schlafly, quien opinó que el mandatario "debería ser más duro", pues "no tengo nada contra los mensajes que manda a China, pero la única arma que tenemos es el comercio y no estamos amenazando con retirar eso".
Gary Bauer, otro republicano, djo que Bush debería haber exigido una disculpa por la colisión y retirar a su embajador en Pekín.
En China, el incidente llevó a buena parte de la opinión pública a considerar a Bush como el malo de la historia, mientras la prensa aprovechaba para resucitar la retórica antimperialista.
"No llega (Bush) a los cien días de estar en el poder, y miren como se comporta", dijo Wang Gangt, un desempleado de 31 años.
"Lo que China quería no era que se le sermoneara, sino ser tratada como un igual en la región", reconoció John Gershman, del equipo de política exterior estadunidense.
En este contexto, Estados Unidos presentó ante la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas en Ginebra una resolución condenando a China por "las me-didas cada vez más severas contra adeptos de movimientos (religiosos) como Falungong".
Pide además a la "liberación de los presos políticos y de las personas encarceladas por la expresión no violenta de sus opiniones políticas, religiosas y sociales", y que proteja "la identidad cultural y étnica, lingüística y religiosa de los tibetanos y otros".