SABADO Ť 14 Ť ABRIL Ť 2001

Ť Auténtico progreso social y verdadera libertad religiosa, otras peticiones del cardenal

Ora Rivera por luz a gobernantes para una paz genuina

JOSE ANTONIO ROMAN

En la celebración de la Pasión de Jesucristo, la Iglesia católica oró por que Dios ilumine a los gobernantes y les ayude a evitar las guerras, a remediar el hambre y a ser verdaderos promotores de la paz y el progreso social, así como de la libertad religiosa.

En la ceremonia encabezada por el arzobispo primado de México, cardenal Norberto Rivera Carrera, cientos de feligreses que asistieron a la Catedral Metropolitana rezaron por la unidad de la Iglesia católica y porque la pasión de Jesucristo sea entendida por el hombre, para que sirva en la construcción de una sociedad más justa, solidaria y fraterna.

En la liturgia -no misa, porque la Iglesia está de luto-, el cardenal Rivera explicó que nadie podrá quitar a la cruz y al dolor su trágica dimensión, y que la cruz está presente en la vida de todos los cristianos.

Sin embargo, dijo, mal entenderíamos el mensaje de este Viernes Santo si los hombres se quedaran únicamente en el escándalo de la cruz. "La cruz no es el final, sino un paso necesario para la exaltación del Hijo y glorificación del Padre."

Rivera Carrera señaló que pese a todo lo que se diga, "el drama de la cruz sigue siendo motivo de escándalo para los judíos y locura para los gentiles. Desde siempre ha existido la tentación de suprimirla".

En un acto donde el cardenal evadió a la prensa, como ha sido su costumbre en estos días de la Semana Santa desde que llegó a la arquidiócesis de México, oró también por la Iglesia católica, por que se fortalezca la fe cristiana en el pueblo mexicano y por que "Dios todopoderoso y eterno, en cuyas manos está mover el corazón de los hombres y defender los derechos de los pueblos, mire con bondad a nuestros gobernantes para que con su ayuda promuevan una paz verdadera, un auténtico progreso social y una verdadera libertad religiosa".

Poco antes, también en la Catedral Metropolitana, el canónigo Abel Escalona Sánchez encabezó el sermón de las Siete Palabras. Dijo que éstas siguen presentes en el mundo, que con toda su modernidad y avances tecnológicos necesita perdón y misericordia, tiene sed de justicia y de verdad, necesidad de lograr una meta, el amor de una madre, la esperanza y el arrepentimiento. Señaló que aun cuando la reacción natural del ser humano frente a la maldad de sus semejantes es la venganza, el odio y el rencor, estos sentimientos sólo corrompen el alma y no conducen a nada bueno, por lo que exhortó a los fieles católicos a seguir las enseñanzas del Evangelio y el ejemplo de Cristo, que antes de morir pidió perdón para sus victimarios.