SABADO Ť 14 Ť ABRIL Ť 2001
Ť El espectáculo se presentará en el Cenart y el Chopo en abril, y en el Teatro de la Danza en mayo
A raz de tierra muestra que el flamenco puede evolucionar: Adriana del Castillo
Ť La bailaora incorporó el sonido del chelo y la flauta sin mermar la pasión y fuerza del baile
Ť El público español le aplaude todo a Joaquín Cortez porque realmente no conoce, lamenta
JUAN JOSE OLIVARES
El flamenco es una expresión artística de pasión y fuerza. Y esto es lo que reflejará la bailaora Adriana del Castillo junto con la compañía Palo Santo al representar el espectáculo de flamenco A raz de tierra. Adriana del Castillo, bailarina de este arte jondo que vivió en España cuatro años y que estudió y trabajó en la compañía de Mercedes Amaya -de la familia de Carmen Amaya-, considera que este espectáculo es una especie de progreso en el flamenco, ya que está aderezado con otros aspectos finos como el sonido de un chelo y una flauta.
"Creo que en México se ha hecho demasiado tablado, y la gente ya está acostumbrada a ver sólo a una compañía de España. Este es un trabajo muy serio con la fusión de otros instrumentos, los cuales no le hacen perder la esencia del flamenco, su fuerza, su pasión; todo es original".
Agrega: ''En España, el progreso está sucediendo. No es la danza la única protagonista, cada parte tiene su lugar sobresaliente en el show. Mientras no pongas un chelo por ponerlo, sino buscar el hilo que te de algo musical sin perder la fuerza del flamenco. El cante para mí es gitano, entonces hay que amarrar tus modificaciones con el cante, con percusiones, con zapateados. Si lo evolucionas debes tener cuidado en equilibrarlo".
Adriana estudió en España y en México aprendió a actuar en el escenario; estuvo cinco años con Mercedes Amaya y su compañía en tablados. "Me separé de la compañía porque me cansé un poco; todo era ella, siempre Mercedes Amaya, de hecho esté espectáculo está dedicado a ella, porque es una gran bailaora, pero quería algo mío. Ahora tenemos a una buena compañía que se formó en Chile cuando fui para allá; nos fusionamos y ahora son los que formamos Palo Santo (dos guitarristas, Jorge Bravo y Juan Antonio Sánchez; Jaime Laval, en la percusión; Christian Gutiérrez, en el chelo; y Natalia García Huidobro en el baile).
-ƑHay suficiente público para un espectáculo como este?
-Es curioso porque cuando vi un show de Joaquín Cortez (que no me gustó por cierto; se me hizo como uno de Las Vegas) pregunté a un profesor mío de España que cómo era posible que el público ibérico le aplaudiera, y me contestó: el público español realmente no conoce de flamenco. Entonces hay que decir que sí hay que ser conocedor porque hay demasiadas cosas, cantes, raíces. En México pasa lo que en todo el mundo: viene Joaquín Cortez (que también hay que decir que desde que salió hay más trabajo en el flamenco) y todo le aplauden. Pero hay que decir que sí hay público en México; hace poco vino Niña Pastori y la gente se le entregó y mira que es pop-flamenco.
-ƑCómo se desarrolla el espectáculo?
-En la cadencia de la musicalidad creo que está el espectáculo; es como un concierto en el que los bailaores son percusionistas antes que bailarines, porque trabajo con los pies, siempre haciendo percusión con ellos. Si no voy dentro de la música. En ocasiones manda el cante, y en otras los que bailan, o el guitarrista. Es el trabajo que me da la pauta para decidir donde meter una pieza musical".
Indica: ''En el principio del show hay una cosa que se llama el presagio: la espera de algo, luego llega una bulería que sube, un cante más puro, regresa la cadencia, un tango y la solea (baile pausado). Logramos una cadencia y ritmo dentro de la obra pensando en los palos".
-ƑEs un coito sonoro entre la danza y la música?
-Finalmente eso es. Puedo esperar uno o dos compaces más del guitarrista, depende cómo lo sienta en el momento, es muy espontáneo.
"Pocas veces llegas a tener todo el conjunto, pero creo que siempre es lo que buscas. Pero en el momento que tengas una expresión corporal, sepas manejar la energía captando al público y te pares bien sin exagerar el movimiento, es cuando la gente te aplaudirá. La verdad esto lo he logrado plenamente cinco o seis veces en mi vida".
Adriana reconoce que la gente más efusiva es la que asiste a los tablados, o sea en bares, pero dice que es interesante que personas que están fuera de este medio le den su punto de vista porque puede explicarse desde otra perspectiva. "Hay dos tipos de audiencia: la que quiere ver lo que le gusta y la que ve lo que realmente está pasando. Muchas veces conocedores son demasiado críticos, por eso es mejor que otra persona te diga: eso estuvo complicado. Son cosas diferentes el teatro y el tablado. Este trabajo es ex profeso para teatro, porque es más fino".
La bailaora dice que prefiere seguir haciendo teatro luego de realizar mucho tiempo tablado, ya que éste siempre es de noche y con gente que bebe alcohol, además de que no hay un buen nivel en México, además de que desea pasar a otra etapa. De hecho planea pedir una beca al Fonca que le dé la posibilidad de seguir haciendo este trabajo para perfeccionarlo.
-ƑHay suficiente enseñanza en nuestro país?
-Si quieres estudiar en México la hay. Está Mercedes Amaya. Desde Carmen Amaya y toda su familia, han formado a muchas bailaoras. Ahora hay cosas que te pueden ayudar: discos, videos, etcétera. Aunque si te vas a dedicar al flamenco tienes que ir a España; tienes que verlo desde la raíz, a conocer a la gente que canta en la calle, que baila, a vivirlo, ver como es de verdad para captar su esencia.
Para Adriana, Antonio Canales es uno de los grandes bailaores porque ha trabajado con gente de teatro. "Es un artista grande que no ha parado. Aunque a mí me gusta mucho Joaquín Grilo, bailaor de Paco de Lucía, así como Belen Maya.
A raz de tierra, se presentara en el Foro Experimental del Cenart (Churubusco y Tlalpan) los días 20, 21 y 22 de abril, a las 18, 19 y 20 horas respectivamente. En el Museo del Chopo los dias 21 y 28 de abril a las 13 horas y el 7 de mayo en el Teatro de la Danza.