DOMINGO Ť 15 Ť ABRIL Ť 2001

Gabriela Rodríguez

De sexo, Semana Santa e IVA

Por más santas que puedan ser las semanas, y pese a la cantidad de jóvenes que participan en los rituales del Jueves y Viernes santos, no hay duda de que los discursos de la jerarquía eclesiástica y organizaciones que la acompañan cada vez se alejan más de su vida sexual y reproductiva.

En el Domingo de Ramos nos enteramos de que Pro Vida y los jerarcas de la Iglesia católica organizaron un congreso para jóvenes titulado Desenmascarando los nuevos abortivos, en referencia a la llamada "píldora del día siguiente" o "píldora de emergencia". Se trata de una dosis especial de las pastillas anticonceptivas accesibles en cualquier farmacia que evitan un embarazo, pero no lo interrumpen, si se toman dentro de los primeros tres días (72 horas) después de una relación sexual no protegida (pues logran alterar las condiciones del moco cervical o del endometrio para evitar la anidación o implantación del óvulo). Es una tecnología bien conocida y utilizada desde hace más de 30 años entre los jóvenes de los países del norte, cuya acción es similar a la de algunas pastillas anticonceptivas e inyectables de uso regular, así como a la de los dispositivos intrauterinos, métodos a los que recurren actualmente 35 por ciento de las mujeres mexicanas en edad reproductiva, aunque son moralmente reprobables dentro de la doctrina católica.

En el citado congreso se presentó a Rocío Gálvez como nueva presidenta de Pro Vida y se informó del ascenso del único y original defensor del antimasculinista Abascal: Jorge Serrano Limón, como dirigente de la Federación Cultura de la Vida, que es una red que agrupa a muchos de los enemigos de los derechos sexuales. En su oportunidad, Norberto Rivera hizo una crítica implacable a lo que considera "engañosas campañas del sexo libre y del sexo seguro para los jóvenes" (El Universal, 8/IV/01; La Jornada, 13/IV/01). Se refiere a las campañas que han logrado estabilizar la fecundidad de las adolescentes mexicanas y desacelerar la epidemia del VIH/sida en la última década.

Y es que según una amplia y reciente encuesta, las creencias religiosas no influyen en las actitudes sexuales de 79 por ciento de los jóvenes, entre los cuales, 42 por ciento se considera católico practicante y 45 católico no practicante. El estudio revela que 55 por ciento ya ha tenido relaciones sexuales, 68 las inició antes de los 19 años, 57 no platica nunca con su padre de política ni de sexo, 56 utiliza el condón, 21 el dispositivo intrauterino, 16 píldoras anticonceptivas y 1 por ciento ha empleado la píldora de emergencia. Contrariamente a la visión de los sectores conservadores, en el sentido de que entre las nuevas generaciones hay una pérdida de los valores, 60 por ciento de los y las jóvenes lo que buscan en el noviazgo es tener alguien a quien amar y compartir sentimientos, 83 por ciento ha tenido una sola pareja sexual en el último año, y 78 confiesa haber estado enamorado(a) alguna vez (Encuesta Nacional de Juventud 2000, que incluyó a 54 mil 500 viviendas, elaborada por el Instituto Mexicano de la Juventud /INEGI).

La encuesta muestra, en términos generales, que en las nuevas generaciones hay una visión mucho más preventiva y responsable en las prácticas sexuales que en años anteriores, cuando se recurría principalmente al ritmo, al retiro y al aborto, prácticas que hoy se reducen a 5, 9 y 10 por ciento, respectivamente. Hoy domina una actitud pragmática frente a las regulaciones religiosas, las cuales quedan subordinadas al ejercicio de los derechos sexuales; más de la mitad de los jóvenes de hoy prefiere aplicar la información científica que manejan gracias a la escuela y a los medios de comunicación.

Pero frente a un gabinete cuyos miembros, en su mayoría -incluyendo al jefe del Ejecutivo- se declaran católicos confesos y practicantes, los emisarios de la nueva evangelización de América abrigan más que nunca la esperanza de influir en los programas educativos y de salud. Mal harían los nuevos funcionarios en dar entrada a esos intentos retrógradas que se oponen a los avances ejemplares de las nuevas generaciones y que pueden violar la saludable superación de la Iglesia y el Estado. La laicidad parece estar en riesgo cuando en el presente mes, el secretario de Gobernación autoriza a la actual directora del DIF nacional a dar facilidades a instituciones religiosas para ofrecer "servicios espirituales" en los centros de asistencia social del país. Sólo falta que el nuevo gobierno permita a "las iglesias" descalificar las campañas de salud reproductiva dentro de los recintos oficiales o que agreguen el 15 por ciento de IVA a los anticonceptivos y a los condones, dispositivos que, por cierto, en 86 por ciento de los casos son comprados por los jóvenes en las farmacias, y no se utilizan consistentemente, entre otras razones, por su alto costo y falta de acceso (Mexfam, Encuesta Gente Joven 2000). ƑPensarán utilizar la nueva hacienda pública para darles 108 pesos mensuales a las 400 mil jóvenes que mínimamente resultarían embarazadas al convencerlas de que los anticonceptivos "actúan contra la vida", o por no alcanzar su precio en las farmacias? ƑPensarán invertir lo recaudado en cuentas que extiendan el dinero mágicamente, como para cubrir 4 mil nuevos casos anuales de VIH/sida, y cuyo gasto en medicamentos es de 7 mil pesos mensuales, estos sí, exentos de IVA?