DOMINGO Ť 15 Ť ABRIL Ť 2001

SEMANA POLITICA EN ESTADOS UNIDOS

Ť El asesinato de un negro en Cincinnati, una vuelta atrás

Ť La discriminación racial, el principal problema en el país
 

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington, 14 de abril. "Cincinnati es un microcosmo, la panza de la ballena. Es importante que la nación se enfoque aquí. Si lo podemos arreglar aquí, lo podemos hacer en otros lados. Pero si no se arregla aquí, se convierte en anarquía y todos nos quedamos preguntando si la justicia es ciega", advirtió Kweisi Mfume, presidente de la organización nacional de derechos civiles NAACP.

Cincinnati se está convirtiendo en la primera gran prueba sobre derechos civiles, brutalidad policiaca y relaciones raciales para el gobierno del republicano George W. Bush. Esta semana, el alcalde declaró un "estado de emergencia" con lo que impuso un toque de queda, restricciones de movimiento de los ciudadanos en ciertas zonas, y la posibilidad de llamar a la Guardia Na-cional después de cinco días de disturbios tras la muerte de un joven negro desarmado de 19 años de edad perseguido por un agente de la policía.

SHOOTING_PROTEST_O65Este sábado por la tarde cientos de personas de luto participaron en el funeral del joven Timothy Thomas, entre el creciente resentimiento contra la policía por la comunidad negra de esa ciudad. Manifestantes en las afueras de la iglesia donde se realizó la ceremonia del funeral portaban pancartas declarando que "es hora de disparar de respuesta" y "es hora de rebelarse", pero líderes de la comunidad apelaron por la calma. Por tercera noche consecutiva, se mantuvo el toque de queda desde las 20 horas hasta las 6 de la mañana.

El alcalde Charlie Luken declaró el estado de emergencia el jueves al considerar "que la violencia en nuestras calles está descontrolada", pero al mismo tiempo re-conoció que podría haber validez en las quejas de años por negros de que la policía abusa de su autoridad en su tratamiento con esa comunidad en una ciudad en donde 43 por ciento de la población es negra. Desde el domingo, la policía había arrestado a más de cien personas por los disturbios, y la primera noche del toque de queda establecido el jueves desde las 20 horas hasta el viernes a las 6 de la mañana, se arrestaron a 153 por violarla; la noche del viernes se arrestaron a otras 218 personas.

Durante los primeros cinco días de los disturbios más de 40 personas acudieron a hospitales, incluyendo heridos de bala de goma y gas lacrimógeno utilizado por la policía local. Por lo tanto, esto se ha convertido en la protesta racial más intensa en esa ciudad desde los disturbios que brotaron después del asesinato de Martin Luther King en 1968.

El caso particular que provocó la ira de la comunidad negra, y que ha resultado en tres noches de violencia, con grupos de jó-venes negros que destruyen propiedad, robando y enfrentando a la policía, se dio el sábado pasado cuando un agente de policía blanco perseguía a Timothy Thomas, de 19 años de edad, quien tenía en su contra 14 ordenes de detención. El policía ha declarado que disparó porque creyó que el joven estaba a punto de sacar una pistola, pero no se le encontró ningún arma. Todas las 14 acusaciones contra el joven eran por infracciones menores, incluyendo cinco por no usar cinturón de seguridad al conducir.

La comunidad negra ha protestado contra la brutalidad policiaca durante años en esta ciudad en Ohio. De hecho, Thomas fue el decimoquinto joven negro muerto a manos de la policía en los últimos seis años, y el cuarto desde noviembre pasado.

El caso de Thomas, para muchos, no es la excepción, sino más bien es resultado de una constante agresión contra la comunidad negra por la policía. El mes pasado, la Unión Americana de Derechos Civiles (ACLU) y líderes de la comunidad negra habían presentado una demanda legal contra la ciudad acusando a la policía de violar sistemáticamente los derechos de los re-sidentes negros durante los últimos 30 años con arrestos sin mérito y abuso de fuerza.

El Departamento de Justicia en Washington envió a dos mediadores a Cincinnati para investigar el problema, anunció la Ca-sa Blanca esta semana al informar que el presidente Bush había solicitado a su procurador general, John Ashcroft, "ayudar a calmar y resolver la situación".

"Este lugar se ha convertido en el epicentro de relaciones raciales en Estados Unidos", declaró Mfume. Pero Cincinnati ha estado en el centro de la división racial en este país durante más de un siglo. Durante la primera mitad del siglo 19, Cincinnati en el estado norteño de Ohio fue un destino para los miles de esclavos que lograban escaparse del sistema de esclavitud de los estados sureños.

Esa "frontera" con el sur estaba ahí mismo, al otro lado del río Cincinnati en el estado de Kentucky. Pero aún en esos tiempos había tensiones raciales con partes de la comunidad blanca que resentía la llegada de numerosos negros que empezaron a vi-vir en las secciones pobres de la ciudad.

Hoy, las divisiones permanecen visibles. Un nuevo estadio de beisbol con un costo multimillonario se está construyendo cerca de un nuevo estadio de futbol americano y un centro comercial de lujo en el centro de la ciudad, pero a sólo unos kilómetros al norte las zonas negras están llenas de cientos de edificios abandonados, servicios pú-blicos pésimos y calles que no han sido re-paradas en años. El Ku Klux Klan ha celebrado una manifestación en pleno centro de la ciudad cada diciembre durante los últimos cinco años.

Residentes negros han observado la renovación de la sección blanca de su ciudad mientras sus propias colonias continúan en el deterioro. "Uno no condona la violencia", comentó al diario Los Angeles Times Ken Lawson, un abogado que batalla contra la brutalidad policiaca en la ciudad. "Pero fue la violencia lo que se necesitó para atraer la atención de la ciudad. Espero que ahora escuchen el grito".

Pero ésta no es una ciudad excepcional. Nueva York, Los Angeles,Washington, De-troit, entre tantas urbes más, continúan su-friendo estas tensiones raciales, y en particular el abuso policiaco contra los negros. Cabe señalar que uno de cada ocho hombres negros entre las edades de 20 y 28 años están encarcelados, que hay casos in-contables de abuso policiaco de minorías. El caso de Amadou Diallo en Nueva York, joven negro inmigrante desarmado asesinado por 41 balas de policías, sigue fresco en la memoria de este país.

La respuesta del gobierno de Bush a los incidentes en Cincinnati enviará un mensaje a la comunidad negra, a todas las minorías, y a los defensores y preocupados por los derechos civiles del país de su compromiso para enfrentar estos problemas, y qué se podrá esperar de las autoridades federales ante un patrón de injusticia que sigue afectando la vida cotidiana de ciudadanos negros, latinos y otras "minorías" que vi-ven el el país más poderoso del mundo.