DOMINGO Ť 15 Ť ABRIL Ť 2001
EL ECO Y LA SOMBRA
Ricardo Yáñez
Los libros, los denarios
QUE EL ESPIRITU sopla en todo rumbo no soy quién para ponerlo en duda, que el demonio no duerme tampoco. Pero que alguien que dice interesarse por el espíritu se duerma para que el demonio ocupe su aparente vigilia es algo que no acabo de entender. Aunque a la tentación no hay que ceder ocurre que me siento tentado en ocasiones a mirar que no, no es que ese alguien cabecee, dormite, duerma y el malo se aproveche, sino que finalmente el espíritu no era su interés y que no pocas veces el espíritu le sirve de carnada provechosa al inframundo.
EN TODO MORALISTA, prosigo dejándome llevar por pensamiento tal, existe acaso un resentido contra Dios que ocultando el sentir que origina su actuar dice ponerse de su santo lado en tanto acciona contra sus semejantes, entre ellos no dudaré sus propios y obsecuentes moralizados. Entonces me detengo, pues me entero de que incurro en escándalo y que, así suene a bobo, nada más escandaloso que el escándalo o, dicho mejor, más escandaloso que el escándalo sólo el escandalizado.
Y SIN EMBARGO no me aquieto, no me deja la desazón de observar contradicciones en el sujeto referido. Y ansioso vuelvo al batallar tratando de sacar en claro algo al respecto. Y pienso entonces que el sujeto no es malo, sino ingenuo, no engañador sino engañado, así sea autoengañado. Y el que sea un engañado, por sí mismo o por otros incluso pero de manera asumida, militante -en suma acrítica-, tomando y pregonando como real lo que irreal es, sin necesariamente calificarlo como mala persona, Ƒno lo descalifica en tanto hacedor de lo que desde ese engaño hace? Porque, me figuro, lo que desde engaño se hace no puede hacer otra cosa que engañar.
NO NEGARÉ LA posibilidad de que en ese engaño de algún modo aliente el espíritu (las apariencias, lo he dicho en otra parte, no engañan, muestran, aunque indirectamente), mas de no mostrar el sujeto iniciativa crítica de dejar pasar a través del suyo propio el aliento del espíritu, con o contra voluntad se ocupará más de lo opuesto: atajarlo, usurparlo.
ENGAÑADO O AUTOENGAÑADO se le descubre al fin (inútil discernir si hablamos en símbolos o precisamos realidades) tentado, seducido, poseso del demonio del engaño, y no hay otro sino ése, que el arte del demonio, el principal, consiste en engañarnos.
VERDAD SEGURA AQUÉLLA según la cual característica del lenguaje es que hace posible la mentira; no menos cierto, y tal vez más, resulta lo contrario: hace posible la comunicación de la verdad.
COMUNICAR UNA VERDAD es por lo menos asunto de dos, y hacer de una verdad asunto de por lo menos dos conlleva su principio de hacer comunidad. Evidencia sin más, los mejores libros.
QUIEN DICE INTERESARSE por lo esencial, que llamaremos espíritu, no veo cómo pueda al mismo tiempo y con mayor intensidad mostrarse interesado en hacer del espíritu (que aquí ejemplificaremos con los libros) mercancía, inversión, valor de cambio, tintineo de denarios.