Ť Mensaje pascual del arzobispo primado de México ayer, en la Catedral Metropolitana
Que las políticas económicas tengan por referencia a los más pobres: Rivera
Ť La Iglesia debe colaborar para facilitar la aceptación social de los indígenas, dijo el prelado
JOSE ANTONIO ROMAN
La nueva vida, inaugurada por la resurrección de Cristo, exige a los mexicanos buscar que las decisiones de política económica, en coherencia con la democracia que se consolida en el país, sean abordadas por los gobernantes teniendo por punto de referencia a los más pobres y desfavorecidos, señala el cardenal Norberto Rivera Carrera en su mensaje de Pascua.
Suscrito también por sus cinco obispos auxiliares y sus siete vicarios generales, el mensaje del arzobispo primado de México señala que todos los ciudadanos son corresponsables y han de fortalecer la solidaridad a favor de la patria común mediante los valores de la austeridad y del ahorro.
"Queremos compartir nuestro mensaje de alegría con los gobernantes, a quienes les ha sido encomendada la misión de coordinar y conjuntar los anhelos y esfuerzos de esta nación y esta ciudad (del Distrito Federal)", dice el documento, distribuido ayer mismo durante la celebración religiosa del Domingo de Resurrección en la Catedral metropolitana.
Dice además que observan con alegría "algunos signos de esperanza", pues los sectores más necesitados están siendo objeto de atención y promoción, en una tarea en que los cristianos están llamados a comprometerse en todos los esfuerzos que se realicen a favor de los más pobres.
Atención especial merecerán los hermanos de diversas etnias que emigraron a esta gran ciudad y constituye en conjunto el grupo indígena más numeroso congregado en un punto de este país. Su situación --añade el texto-- plantea un gran reto a la tarea de la evangelización.
Señala que desde su responsabilidad pastoral, la Iglesia católica debe colaborar para establecer cauces eficaces que faciliten a los indígenas su aceptación social e incorporación al desarrollo, respetando al mismo tiempo la riqueza y fuerza de sus valores culturales.
No obstante, advierte que junto con los esfuerzos que se llevan a cabo para hacer posible una sociedad justa, fraterna y solidaria, fundada en el respeto de los derechos y obligaciones de cada uno, también es necesario redimir, con el amor de Dios y su perdón, el corazón de los hombres, sin lo cual todo proyecto quedaría incompleto.
En el mensaje pascual, de tres cuartillas y 22 puntos, el cardenal, sus obispos auxiliares y vicarios señalan que uno de los ambientes donde más se necesita la presencia de Jesús resucitado es la familia.
La alegría de la Pascua se celebra en el hogar renovando la unidad entre esposos, y de éstos con sus hijos. La fe se siembra, y el encuentro con Jesús se hace posible en el amor de la familia.
Titulado Dejemos que Cristo, luz del mundo, nos ilumine, el mensaje, que empezó a distribuirse en los casi 700 templos católicos del Distrito Federal, subraya que ante la envidia, egoísmo, irresponsabilidad, deshonestidad y otros pecados que causan la muerte en la persona y en la sociedad, Dios nos ha ofrecido la solución definitiva: su hijo Jesucristo.
Durante la celebración religiosa de ayer en la Catedral metropolitana, el cardenal Rivera pronunció la homilía que dio en la víspera, en la misa de la vigilia pascual, en la que dijo que la Iglesia católica tiene que ser luz que ilumine al mundo, tan lleno de tinieblas y sombras de muerte.