lunes Ť 16 Ť abril Ť 2001

Mauro González Luna

IVA a la soberbia panista

Pobre país en manos de soberbios técnicos que subestiman a los ciudadanos que no son ricos y, por lo tanto, según esos fatuos, tampoco seres pensantes.

Las reformas fiscales propuestas por los gobernantes federales son repulsivas porque parten de un presupuesto falso: la falta de conocimiento y la poca valía de los mexicanos pobres y de la clase media. Repulsivas porque intentan rebajar la dignidad de los humildes al reprocharles que se automediquen y por ello gasten, supuestamente, "sumas grandes de dinero".

Repulsivas porque coinciden con el derroche de propaganda en la que se reitera con perversa tenacidad la "bondad" de la gran simulación foxista, y con los gastos millonarios de secretarios de Estado que prefieren despachar en lujosos hoteles que en las "modestas" instalaciones de la Federación. ƑQué diría de esto Vasconcelos, en otro tiempo brillantísimo secretario de Educación?

El gran escritor Umberto Eco ha señalado como una de las características del neofascismo (fascismo eterno), que anida en varias de las modernas "democracias", el desprecio a los débiles. Raymond Aron ya lo había advertido: un gobierno en manos de técnicos representa una gravísima amenaza para los gobernados (recuérdese el salinismo); ahora agréguese a ello la actitud neofascista del desprecio a los sencillos, y el diagnóstico político es prácticamente de muerte ciudadana para las clases pobres y medias.

Dichos técnicos recurren marrulleramente a fórmulas amenazantes que producen temor en la población, afirmando con falsedad que si no se aprueba la reforma sobrevendrán grandes males. La amenaza real la constituyen ellos y sus políticas. A ellos debe temer y combatir el pueblo. Ojalá que nuevos Gracos y Marcos surjan como tribunos de la nación amenazada. Qué triste que los altos prelados de la religión no tengan, como dice Maritain, la capacidad de reconocer a Cristo en los pobres de hoy y en sus reivindicaciones.

El pueblo de México debe reflexionar por sí mismo y ponerse en guardia contra esta gravísima amenaza representada por el panismo y sus cómodos promotores, quienes bajo el velo de la "democracia electoral" ocultan las feroces mandíbulas de sus políticas antipopulares. El destino de los recursos fiscales no hay duda que en su mayoría iría a parar en manos de los ipabianos de arriba.

Los humildes ya demostraron su sabiduría por la palabra y el caminar zapatista. Las clases medias siempre han sido el nervio de las naciones. El PRD de inmediato debe exigir a sus dirigentes que rompan cualquier alianza con ese partido representante en México de la avanzada neofascista, en particular lo pactado en Yucatán. Sería históricamente imperdonable que no vieran con claridad los perredistas la amenaza panista y continuaran aliándose con tal partido con el pretexto de acabar con cacicazgos en vías de extinción. Mucho más virulento y peligroso es el PAN, peligroso abanderado de las castas puras y de los beatos de la política, que mil cacicazgos en plena desintegración.

Volvamos a la fiscal. Lo que sí debe gravarse con IVA e impuesto sobre la renta es la soberbia y la estulticia de los panistas, jinetes frenéticos de una nueva apocalipsis mexicana. Dicha ampliación del objeto gravable es indudable que resolvería todos los problemas de liquidez financiera de este país nuestro, precisamente por lo infinito del objeto. Esta propuesta debiera ser sometida a plebicito por los tribunos del pueblo.