LUNES Ť 16 Ť ABRIL Ť 2001
Ť José Cueli
"Acá adentro"
Este Domingo de Resurrección, Curro Romero ya no partió plaza en la Maestranza sevillana, en el inicio de su feria. Durante cuarenta años, Curro fue el eje de la feria, y este año con su ausencia, se hizo más notable su presencia. En la mente, imborrables, las imágenes de Curro con el capotillo descuidadamente recogido en espera del toro y bajo el milagro del encantamiento, la verónica que flotaba a merced del meceo en que lo llevaba envuelto. Y no conforme, el verbo de la torería se daba al revolverse el burel y dibujar la media verónica, desdeñosa, natural, que le surgía de "acá adentro".
El toreo de Curro se volvía escultura y no cabía en ninguna forma conocida al absorber toda la luz sevillana y reflejarla en su querida Maestranza. Se fue Curro y nadie de los toreros actuales tiene el "pellizco" que rasga el vientre de los "cabales", cortado por siete cuchillos, con su torear despacioso, que conseguía adueñarse del alma de quienes lo contemplaban y hacerla vibrar con el ritmo de su arte, inundado de fervor o sumirse en el pánico y enfurecerlos para, minutos después, pasar de la bronca al alarido, de la burla al paseo triunfal con el ramo de romeros en la mano y, en los tendidos, las palmas como gentiles airones rompiendo el silencio, en rumores multiplicados sin final... "Ay mi Curro"...