MARTES Ť 17 Ť ABRIL Ť 2001

Ť Grandes compañías, acusadas de obstruir el suministro de medicinas contra el sida

Continúa la batalla legal entre el gobierno de Sudáfrica y la industria farmacéutica

Ť Treinta y nueve empresas rechazan que se permita el acceso a versiones genéricas baratas Ť Alegan que las patentes son clave para asegurar fondos y descubrir nuevos remedios

REUTERS

Londres, 18 de abril. La industria farmacéutica mundial se halla en el banquillo de los acusados bajo acusaciones de anteponer las ganancias a las vidas humanas, al obstruir los suministros de medicamentos baratos contra el sida.

Un grupo de 39 compañías farmacéuticas reanudará el miércoles la batalla en los tribunales de Pretoria contra una ley que permitiría al gobierno de Sudáfrica tener acceso a las versiones genéricas más baratas de los fármacos patentados.

La lucrativa industria de los medicamentos está convencida de que el derecho internacional está de su parte, pero la batalla de David contra Goliat constituye un desastre para sus relaciones públicas.

Las compañías que se agrupan bajo la Asociación de Fabricantes Farmacéuticos de Sudáfrica tienen un capital de mercado de más de 1.3 billones de dólares, como diez veces el producto nacional bruto nacional.

La industria, sin embargo, se halla a la defensiva, temerosa de las críticas públicas que podrían minar la confianza en el sistema de patentes, que es como la sangre del negocio.

Presión para que las firmas cedan

El Parlamento Europeo hizo un llamamiento el mes pasado para que retiraran el caso de los tribunales. Otros organismos, como Naciones Unidas, la Organización Mundial de la Salud y la Cruz Roja Internacional, están pidiendo a las compañías farmacéuticas que se esfuercen más para facilitar el acceso a los medicamentos.

Los ejecutivos de las compañías admiten, en privado, que el vilipendio de la industria podría ocasionar una pérdida de control si más gobiernos, especialmente los de los países más ricos, comienzan a cuestionar sus derechos a las patentes de los medicamentos.

La industria argumenta que el sistema global de 20 años de patentes para nuevos medicamentos es fundamental y permite asegurar la costosa inversión que se necesita en la investigación y búsqueda de nuevos tratamientos.

Los críticos, sin embargo, alegan que este sistema constituye un obstáculo para los pacientes en los países en vías de desarrollo que no pueden pagar los precios de las naciones desarrolladas.

No hay ganador

Margo James, directora ejecutiva de relaciones públicas de la firma Shire Hall, en Londres, cree que la industria farmacéutica no está en posición de ganar.

"Estamos viendo cómo compañías occidentales muy lucrativas y exitosas están querellándose con el gobierno de un país pobre de Africa. Esto es una situación terrible para cualquier industria", dijo.

Sin embargo, la postura empresarial permanece inquebrantable con respecto a su acción judicial. La compañía británica Glaxo Smith Kline Ple, proveedora mundial más grande de medicamentos contra el VIH y el sida, dijo que no tenía otra opción que la de oponerse a la legislación sudafricana, aprobada por el ex presidente Nelson Mandela, que otorga al gobierno poder absoluto para rechazar las patentes.

"Es un desafío al principio fundamental de protección de patentes en los países en vías de desarrollo", dijo Vicki Ehrich, directora de relaciones públicas del grupo para cuestiones relacionadas con el VIH y el sida.

"Toda vez que se comienza a decir que hay ciertas zonas del mundo que no deben tener protección de patentes, se erosiona el mismo sistema que se estableció para hacer posible la investigación de nuevos medicamentos", agregó.

Las compañías están especialmente preocupadas de que el bajo precio de los medicamentos para los países en desarrollo pudiera "salpicar" a los países ricos, minando así su política de precios en las naciones desarrolladas.

En la práctica, este riesgo es limitado, según Steve Plag, analista farmacéutico del Credit Suisse First Boston. "La amenaza financiera de exportaciones paralelas desde Africa es muy modesta, porque sería relativamente fácil asegurarse de que el producto vendido allí tuviera una fórmula diferente, por ejemplo, cambiando los colorantes", explicó.

Precio diferencial

Las compañías aceptan el caso del precio diferencial, sistema bajo el cual los países en vías de desarrollo pagan menos con tal de que los límites se establezcan con claridad.

"La industria necesita garantías de que el precio diferencial acordado para los países en vías de desarrollo no será usado como precio límite de costo en los países desarrollados", dijo Ehrich.

Los precios de los medicamentos ya están bajo escrutinio en Estados Unidos y la industria quiere asegurarse de que las concesiones hechas a los países en vías de desarrollo no constituyan una rebaja en los principales mercados occidentales.

Ya se están usando precios diferenciales en productos como las vacunas y los condones. No obstante, aunque disminuyan los precios de los medicamentos, no existe garantía de que llegarán a los que en realidad los necesitan.

El costo de un medicamento antirretroviral contra el sida podría reducirse a 500 dólares por paciente al año si las compañías ofrecieran descuentos especiales, pero este precio es aún inalcanzable para muchos países de Africa.