MIERCOLES Ť 18 ŤABRIL Ť 2001
Ť Confirman la abstención respecto a la condena al régimen de Fidel Castro
El gobierno foxista externa su preocupación por la situación de los derechos humanos en Cuba
Ť En nueve palabras, critica que la resolución checa no tome en cuenta el bloqueo estadunidense
GEORGINA SALDIERNA
El gobierno de México se abstendrá de votar a favor de la resolución sobre Cuba presentada por la República Checa en la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas, pero se adhiere a las duras críticas que en ese foro se emitieron en contra del gobierno de la isla por la situación de los derechos humanos.
"A México le preocupa la situación que priva en Cuba", puntualiza la explicación del voto de abstención que será leído por la embajadora especial para derechos humanos, Mariclaire Acosta. Su intranquilidad deriva de dos hechos: el primero, que México no haya "podido formarse una opinión propia sobre la situación que impera en dicho país", debido a que no "contó con la cooperación del gobierno cubano para ese fin, a pesar de que se le solicitó reiteradamente".
El segundo se refiere a la información recabada en foros internacionales, organizaciones no gubernamentales "respetadas y reconocidas" y agrupaciones de ciudadanos como la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, que preside Elizardo Sánchez Santacruz, las cuales coinciden en "señalar la persistencia de violaciones graves a los derechos humanos fundamentales".
En el discurso en el que dan a conocer las razones de la postura mexicana, adelantado a la prensa por razones de horario, la embajadora Acosta no hace referencia explícita al bloqueo económico que padece la isla desde hace más de 30 años y solamente critica, en nueve palabras, que la resolución elaborada por el gobierno checo no haya tomado en cuenta "el entorno que ha conducido al aislamiento del país".
Al explicar por qué no se vota a favor del resolutivo que condena a Cuba, la funcionaria señala que en relación a ese país se "debe favorecer un tratamiento equilibrado y contextualizado sobre bases objetivas y no selectivas". Agrega que debe analizarse la situación real de los derechos humanos y no basarse en "agendas políticas y particulares con respecto a terceros países".
En el discurso se añade que México tampoco puede votar a favor de la resolución que ha sido registrada, "porque el texto negociado es selectivo, sesgado, politizado y de doble rasero, al no tomar en cuenta, por ejemplo, un entorno que ha conducido al aislamiento del país. Si bien ello no contribuye al respeto y promoción de los derechos humanos, de ninguna manera justifica su violación", matiza.
Ya en la justificación de por qué el gobierno mexicano no puede sufragar en contra del dictamen, se muestra la preocupación por la situación que priva en Cuba con respecto a los derechos humanos. Esta se deriva en parte del "hecho de que México no ha podido formarse una opinión propia (...) ni contó con la cooperación del gobierno cubano para ese fin, a pesar de que se le solicito reiteradamente".
Ello "obligó al gobierno de México a recurrir a foros internacionales calificados, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y a organizaciones no gubernamentales respetadas y reconocidas a las cuales el propio gobierno ha invitado para que viajen al país para obtener información veraz y objetiva. De ella se deriva nuestra preocupación", subraya.
Resalta que todos los informes recabados "coinciden en señalar la persistencia de violaciones graves a los derechos humanos fundamentales, así como la falta de garantías judiciales eficaces y suficientes para el respeto y protección de quienes, por disentir políticamente o defender activamente los derechos humanos, son hostigados en forma sistemática y sometidos a penas y castigos excesivos y severos".
Concretamente retoma el informe de la CIDH de 1999, en el que la comisión manifiesta "su preocupación por la persistencia del estado cubano en reprimir en forma sistemática cualquier signo de oposición pacífica a la ideología oficial", y subraya que "sigue mostrando una notoria falta de respeto por las libertades de expresión, reunión y asociación".
También toma el informe anual 2000 de Amnistía Internacional, en el que se afirma que "los disidentes (...) sufrieron acoso severo", y que "aquellos que intentaron organizar reuniones, expresar puntos de vista o constituir organizaciones contrapuestas a políticas gubernamentales, fueron sujetos de medidas punitivas y acoso".
El documento refiere, finalmente, que México no se ha ceñido solamente a estos informes. "En un esfuerzo por obtener información de otras voces de la sociedad cubana, nuestra embajada, entró en contacto con organizaciones conformadas por ciudadanos cubanos que se han movilizado a favor de los derechos humanos en su país y que gozan de credibilidad y reconocimiento internacional".
Algunas como la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, manifestaron en una carta de su director, Elizardo Sánchez Santacruz, entregada a autoridades mexicanas, que en "Cuba no existen mecanismos jurídicos suficientes y transparentes para la protección de cualquier persona ante los apremios sicológicos o la brutalidad policial".
Por último, se destaca que estas lecturas son compartidas por representantes de otras organizaciones conformadas también por ciudadanos cubanos, en comunicaciones enviadas a la cancillería mexicana.