MIERCOLES Ť 18 Ť ABRIL Ť 2001

Ť Su historia supera las tesis de Maquiavelo

Con El príncipe reflexiono en torno de la traición: Federico Andahazi

ARTURO JIMENEZ

Mediante un recorrido por los recovecos de la traición, el escritor argentino Federico Andahazi, conocido por El anatomista, presenta ahora la novela El príncipe, una historia realista y a la vez fantástica y apocalíptica que supera los planteamientos mismos de Maquiavelo.

En El príncipe (Editorial Planeta), el protagonista es un personaje construido a la manera de Frankenstein, por medio de ''retazos" de distintos presidentes latinoamericanos como Menem, Fujimori, Bucaram, Collor de Mello o Salinas.

Luego de marcar las diferencias entre El anatomista y El príncipe, Andahazi cuenta que en una conversación con Gabriel García Márquez en París -''un privilegio inesperado"-, Gabo le confió lo que le había significado publicar como segunda novela El otoño del patriarca, una historia política muy diferente a Cien años de soledad.

''Esa charla con García Márquez fue fundamental para decidirme a escribir y publicar El príncipe", dice, y asume: ''Ya no podemos ser complacientes con el público, con los lectores, quienes casi siempre esperan más de lo mismo.

''Por respeto a los lectores no podemos estar pensando o suponiendo todo el tiempo qué querrán leer ellos. Creo que la forma como podemos ser más fieles a nuestros lectores es escribiendo y publicando lo que nos plazca."

Así, aunque Andahazi no deja de tener presente ''al lector", está de acuerdo en que cuando escribe más bien toma en cuenta ''al escritor", a la literatura. ''Creo que el gran lector es la propia literatura. A la hora de escribir uno piensa como lectores a aquellos autores que ha leído".

Y trae a cuenta a Jack London, el escritor que más tempranamente lo marcó. ''A la hora de escribir no puedo evitar el pensar, de manera ingenua, qué pensaría Jack London si leyera esto".

La tan literaria realidad

Andahazi (1963) define a El príncipe en oposición a sus novelas anteriores, en particular El anatomista. ''Quiero decir, El anatomista es una novela situada en el siglo XVI que intenta hacer una reconstrucción de época, toma personajes que efectivamente existieron y que necesitaba una investigación para tornar verosímil esa historia".

En cambio, agrega, El príncipe termina siendo algo muy diferente de la intención que lo motivó. ''En este sentido es un poco la materialización de un fracaso. Yo, modestamente, intentaba reescribir El príncipe de Maquiavelo, pero adecuado a nuestros personajes y circunstancias latinoamericanos, aunque la novela se convirtió en otra cosa".

-Aunque dices que te fuiste alejando de la idea original, de todos modos el protagonista, el Hijo de Wari, el diablo, es maquiavélico.

-Claro, incluso el consejero que aparece en el libro está ciertamente inspirado en Maquiavelo. Lo que sucede es que hoy, a la luz del paso del tiempo, cuando uno relee a Maquiavelo, se da cuenta que es mucho menos maquiavélico de lo que se creía y de lo que ahora es el mundo.

Acerca del Frankenstein de presidentes latinoamericanos que es su protagonista, comenta que precisamente esa fue ''la gran dificultad" a la hora de escribir: ''Cómo tomar a estos personajes tan funestamente literarios, cómo competir con esta realidad tan literaria desde la propia literatura".

-ƑPor qué ubicarlo como hijo del diablo?

-Porque es una novela que gira en torno a la traición. La figura del diablo de alguna forma ya no es tanto la figura de la maldad sino de la traición. Finalmente, este libro no es otra cosa más que una modestísima reflexión en torno de la traición, no solamente en el sentido político sino cotidiano.

"El protagonista llega al poder y obra la gran traición desde el poder, pero llegando a éste precisamente mediante pequeñas traiciones cotidianas. De modo que no se puede diferenciar la traición y la maldad políticas de la traición y la maldad cotidianas."

-Pero además el protagonista se va y entra ahí un aspecto mesiánico, religioso.

-Claro, se retira y todo el mundo espera su regreso, su retorno. Aunque la condición del regreso del Mesías es el apocalipsis. El libro está teñido de esta visión apocalíptica.