DOMINGO Ť 22 Ť ABRIL Ť 2001

Ť Perjudicar a la economía nacional, el objetivo: Juan Moisés Calleja

El cierre, por la recesión en EU, aduce Goodyear

Ť Nos citaron inicialmente para un reajuste de 200 empleados, dice líder sindical

FABIOLA MARTINEZ

En un restaurante del estado de México, el asesor jurídico de Goodyear Oxo se presentó el 6 de abril ante el líder de los trabajadores de esta productora de llantas para informar que la planta de Tultitlán cerraba ese mismo día de manera definitiva.

"El señor Jorge A. De Regil me soltó el universidad-clases-2 papel en la mesa en la que estaba desayunando y dijo que en la decisión de la matriz en Estados Unidos no había reversa. Me quedé helado. Nos habían citado ahí para hablar de un reajuste de 200 empleados, pero no de dejar en la calle a mil 357", relata Gonzalo Ugalde, líder del Sindicato de Trabajadores de Goodyear.

De acuerdo con la explicación oficial, el cierre obedece a la desaceleración de la economía estadunidense y al elevado costo del contrato colectivo, que se ampara a su vez por el contrato ley de la industria hulera, también encabezado por Ugalde.

Sin embargo, el dirigente sindical y su abogado, Juan Moisés Calleja Castañón, asesor de la CTM, esgrimen otras razones: es "para perjudicar a la economía nacional y a los trabajadores mexicanos", por lo que apuestan "el todo por el todo, incluso hasta una problemática social" a conseguir la reapertura o cobrar liquidaciones al ciento por ciento con base en un emplazamiento a huelga que vence la tarde del próximo jueves.

La única alternativa, según la estrategia sindical, es que la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) declare legal la huelga por violaciones al contrato colectivo y por el cierre de la planta sin el proceso previo que la ley establece y, enseguida, demandar la imputabilidad de la huelga; esto es, que la autoridad laboral adjudique la responsabilidad a Goodyear y ordene la reapertura de la planta y el pago de salarios caídos.

Aluden a "los usos y costumbres" en la empresa, cuyos obreros percibían -hasta el 6 de abril pasado- 417 pesos diarios en promedio, aunque los trabajadores calificados, encargados de la construcción del neumático, ganaban 850 pesos al día totalmente libres de impuestos, es decir, la empresa absorbía los impuestos derivados del IMSS y del gravamen sobre la renta.

Los trabajadores de la Goodyear -con antigüedad laboral promedio de 25 años- percibían por nómina 44 días de aguinaldo, pago de 31 días de prima vacacional en Semana Santa, 13 por ciento de fondo de ahorro y vales de despensa, entre otros beneficios. Además, por prestación del contrato se destinaban cantidades específicas para fortalecer el millonario patrimonio del sindicato.

Todo lo anterior se desprende de un convenio firmado hace 50 años entre sindicato y empresa, aunque ahora De Regil, quien desde los años setenta es además representante de los patrones del país en los organismos del sector laboral más importantes, ha señalado que Goodyear cumplió con lo que establece la ley al depositar el finiquito en la JFCA.

A su vez, Ugalde -registrado como trabajador de Goodyear con 46 años de antigüedad- alega que desde Estados Unidos se ha ordenado el cierre de la planta para introducir el neumático de importación en el marco del Tratado de Libre Comercio, situación que afecta ya no sólo a Goodyear sino al resto de las empresas de esta industria: General Tire, Firestone, Euzkadi y Tornel, entre otras, en las que también ya hay bajas de personal.

Por ello, piden "en el último de los casos" liquidaciones como lo establece el contrato colectivo; esto es, una cifra equivalente a 20 días al año con salario integrado (sin descuento de impuestos), y cuatro meses por finiquito, así como prima vacacional. "Todo con salario integrado, porque jamás hemos pagado impuestos", señala una y otra vez el dirigente.

Desde los ochenta, emanaron de Goodyear en Tultitlán presidentes municipales y varias camadas de diputados y funcionarios locales: Guillermo Vargas, Miguel González Ramírez, Francisco Valencia y José Cruz Piña, entre otros. Algunos permanecen al lado de la directiva y otros han armado grupos opositores y disidentes de ese control político-sindical. "Nosotros -expresa Ugalde- manejábamos esto respaldados por el partido y por nuestra central, la CTM, y los candidatos ganaron por el voto popular".

Ahora la "familia Goodyear" está en el desamparo y aun ante la decisión empresarial de carácter irrevocable y cheques entregados por "renuncias voluntarias", se rebelan ante el cierre definitivo de esa planta productora de 18 mil 500 llantas diarias.

A unos días de que venza el emplazamiento a huelga, el abogado de los mil 357 trabajadores y ex diputado federal priísta reconoce: "En estos momentos tememos todo, pero no nos podemos quedar con los brazos cruzados. Si es necesario arriesgar todo, lo vamos a hacer; nos estamos acercando a una crisis social".

En entrevista, Ugalde secunda a su representante jurídico: "Vamos directo a un conflicto social si el gobierno no lo entiende y no lo para". Por lo pronto, el líder cetemista Leonardo Rodríguez Alcaine solicitó la intervención del secretario del Trabajo, Carlos Abascal, "quien prometió exigir el cumplimiento de la ley".