DOMINGO Ť 22 Ť ABRIL Ť 2001

Ť Se preocupan más por estar en ellos que por sus clases

Los programas de estímulos a profesores universitarios, desvirtuados, señala el CESU

CLAUDIA HERRERA BELTRAN

Los programas de estímulos para docentes universitarios han derivado en una "mercadotecnia académica" porque los profesores están demasiado preocupados por cubrir los puntajes requeridos ya que estos fondos adicionales llegan a representar hasta 70 por ciento de sus ingresos.

El director del Centro de Estudios sobre la Universidad (CESU), Angel Díaz Barriga ,explicó que a 11 años de su creación estos programas han creado problemas graves porque se han convertido en mecanismos para mejorar los ingresos y no para reconocer el desempeño académico.

Aunque los profesores han incrementado sus ingresos porque estos programas llegan a representar más de 100 por ciento del salario directo, señaló que no tienen impacto en prestaciones como fondos de jubilación.

Incluso, en algunas instituciones de educación superior los programas pueden ser considerados violatorios de la Ley Federal del Trabajo porque el docente a pesar de realizar el mismo trabajo puede recibir un salario inferior por no obtener el puntaje necesario.

El otro problema que ha provocado es que los docentes están más preocupados por alcanzar los puntajes que por mejorar su práctica académica y mencionó un ejemplo. "Algún día le preguntaba a un profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana por qué no publicaba su libro y me contestó que el libro le valía tres mil puntos y publicar cinco artículos por separado, siete mil 500 puntos", refirió el investigador de la UNAM.

Consideró que en la política de estímulos a la docencia se ha llegado a excesos porque hay instituciones que premian todo, incluyendo el cumplimiento de las actividades docentes, la asistencia puntual a clase, la entrega de actas a tiempo y no tener reportes negativos de los estudiantes.

Los resultados, dijo, son negativos: "Los profesores parecer estar más preocupados por cubrir 20 aspectos para lograr una calificación que por desarrollar su proyecto académico".

Sin embargo, consideró que esta medida ha tenido efectos positivos porque ha logrado modificar la práctica docente, ya que por ejemplo ahora los profesores están más preocupados por obtener grados académicos, y las instituciones inclusive se han vuelto más exigentes, como en el caso de la UNAM, que solicita maestros con nivel de posgrado.

Así, para el gobierno estos planes de estímulos han sido muy útiles para impulsar la modernización de la educación superior, ya que en la década de los noventa encontró que el financiamiento era una clave fundamental para inducir el cambio real y no el figurado.

Además, indicó, los estímulos pusieron fin a la "homologación salarial". En los ochenta, los profesores de todas las instituciones de educación superior recibían salarios similares en función del incremento que obtenían los académicos de la UNAM, ahora no es así.

"Muchos profesores aprendieron la lección" y mejoraron su trabajo porque saben que de esto depende su remuneración.