DOMINGO Ť 22 Ť ABRIL Ť 2001

Ť Ana Cristina Fox y Emilio Azcárraga Jean acapararon las primeras filas

Entre brassieres y piropos, triunfó el potrillo en el palenque de Texcoco

Ť Una semana antes, su padre fue ovacionado y su hermano abucheado en el mismo lugar

ARTURO CRUZ BARCENAS ENVIADO

Texcoco, EdoMex. El pasado viernes, Alejandro Fernández llegó al palenque de la XXIV Feria Internacional del Caballo Texcoco 2000 para poner en alto el apellido que una semana antes, en el mismo sitio, fue luz y sombra. Ahí se presentaron los dos Vicentes, su padre y su hermano. El primero recibió aplausos, el segundo, silbidos. Los aproximadamente 5 mil espacios para ver al Potrillo fueron vendidos con varios días de anticipación. Los apostadores de gallos no quieren irse, pero un "váyanse enfriando, que va a comenzar la variedad", era la advertencia de que las camominas, las suertes y las loterías, llegaban a su fin, ese día. Ya estaban muertos unos diez gallos, valientes guerreros que acaban en la bolsa de la basura. Entre la sillería, mucha agua tirada; es el líquido de hielos derretidos servidos para las cubas, los güisquis y coñaques.
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Son las 12:10 y ya es tarde. La han hecho cansada. Que ya viene. Hay más elementos de seguridad que de costumbre. Por allá, en cuarta fila, se encuentra Kevin Lawrie, mandamás de Sony Music, la disquera de Alejandro (que también lo es de su padre y de su hermano), tomando un refresco con unos amigos; frente a él, pero en primera fila, Ana Cristina, la hija del presidente Vicente Fox. Ella ha expresado varias veces su admiración por el cantante. Le acompañan unas jóvenes que voltean a su alrededor, como queriéndose dar a notar. Hay más personal de seguridad, algunos de traje, con sus típicos lentecitos a la Kevin Costner en El guardaespaldas.

A un lado, también en las primeras filas, cerca de Ana Cristina, Emilio Azcárraga Jean, el mero mero de Televisa; por ahí, no distante, el subprocurador de justicia del estado, quien ha ocupado más asientos de los que había pedido, según informó gente del palenque. "Fue difícil acomodarlos, además de que eso va haciendo que se desplace más y más gente; es cosa de nunca acabar". Más alla, personal de prensa de Televisa, que llegaron con sus invitados "exigieron buenos lugares", añadió personal de ese sitio donde reina la diosa fortuna, la muerte y la parafernalia farandulera. Hace unos días, miembros de un diario capitalino de reciente creación llegaron a la feria y exigieron trato de dioses. Bebieron y amenazaron a Laura Cortés, responsable de relaciones públicas del palenque, que porque no se les atendía como ellos se merecían.

''Papacito... apachurro... mi rey''
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A las 12:20 entra Alejandro; viste un traje de charro color negro. Las mujeres sueltan gritos, exclamaciones de todo tipo. Los clásicos "papacito", los atrevidos "apachurro", los sinceros "apriétamelo", los cursis "mi rey". Una belleza alza su copa y se dirige a Alex: "Va por ti, cabrón", y se toma el contenido del vaso de un solo trago. Ellas son ya del artista. Las mira con soberbia, como uno de los gallos que dio su vida minutos antes.

Canta dos o tres, hasta que llega a una que sí gusta a todos: Abrázame... "y no me digas nada, sólo abrázame", remake del tema que interpretara hace varios ayeres Julio Iglesias. Antes de esta rola, un ranchero pedía que ya cantara las buenas, que ya estaba aburrido. El palenque no sabe de tolerancias. Pagué para que me divirtieras.

''Con permiso, con permiso'', pide Azcárraga Jean, quien va al baño acompañado de tres o cuatro, dos por delante, los cuales le abren paso. Trastabillea, pero no se cae. ''Oye, yo conozco a ese cuate'', dice un ranchero.

Una dama de carnes maduras compra una docena de rosas. Pretende dárselas personalmente. Pasan varios minutos y Alex ni le lanza un lazo. Por fin. Que la dejan pasar. Se acerca y con ánimo contenido abraza y beza largamente.

Succiona. Alejandro se deja querer, mientras el sudor cubre su frente. Se suelta y se va meneando la cadera. "Oye, ¿no le salió muy femenino ese movimiento?". "Sí, se vio bien puñal".

Viene una andanada de lo mejor del cantante: Como quien pierde una estrella. Si tu te vas... Cuando esto se oye el palenque es un manicomio. Una dama como de 35 se desabotona la blusa. A la vista quedan encantos, montañas de ensueño. Alejandro recibe el brasier número 15 de la noche; todos han llegado de diferentes puntos; son varias las tallas, para todos los gustos y exigencias de los mamíferos. "El que no chilla no mama", dice el tal Galán. Las mujeres tienen sus maneras particulares de decir que un chavo les gusta. Ese Alex les cuadra. "!Nalgón!", le grita una señora de pelo recién rizado, ya medio alegre. Invita a quien se deje a beber de su vaso. "Tú tómale, que ahorita nos arreglamos". No está de mal ver; es más, está preciosa. Venga el traguito, y el otro, qué caray. "Oye vieja, ya no estés molestando a ese muchacho".

Alejandro va cumpliendo su cometido y ha salvado a los Fernandez. La afrenta está pagada. El Potrillo cabalga. Ha triunfado en Texcoco con sus rancheras, nada de rollos estefanianos. ¿Para qué tanto brinco, estando el suelo tan parejo? Lo sabe Alex, quien ya prepara su próximo disco con temas rancheros. Tiene que volver por sus fueros, luego de las recientes cancelaciones de dos conciertos, el primero en Puebla, el segundo en Toluca, por baja venta de entradas. Fue un aviso de que la rueda de la fortuna puede girar.

Todo iba bien

Llegan unos elementos de seguridad para pedir a los reporteros de este medio que se retiren, que ya no pueden seguir ahí. Que los de la disquera ya no quieren que se tomen fotos. Pero los de otros medios no tienen problemas y siguen cómodos. Es más, se están echando sus tragos de cerveza y sus tequilas de a 50 pesos la ración. "Es por Ana Cristina Fox", comenta el elemento del grupo de seguridad Halcón, quien advierte: "Se salen o los saco".

''¿Por qué no sacaron a algunos de los gorrones que ocuparon el área de prensa de "la empresa?'' En este tipo de eventos siempre hay colados; una persona con experiencia en el manejo de prensa, prevé. Cómo que le di los boletos a otros que llegaron antes. Mejor nos vamos. Siempre nos atienden mejor en Aguascalientes.