LUNES Ť 23 Ť ABRIL Ť 2001

Ť Sin su movilización será difícil impulsar los cambios, afirma Martí Batres

Sociedad civil, prioritaria para aprobar la ley indígena

Ť Durante el panel organizado por La Jornada y la Casa Lamm se evaluó la marcha zapatista

MARIA RIVERA

No bastará con bordar fino en el Congreso para lograr la aprobación de la ley indígena, admitió Martí Batres, coordinador de la bancada perredista en la Cámara de Diputados, durante el panel organizado por La Jornada y Casa Lamm, donde se evaluaron los resultados de la marcha zapatista y se concluyó que se necesitará la movilización de la sociedad civil para impulsar los cambios. Sin este apoyo, sostuvo, no será fácil conseguir los votos de las dos terceras partes de los legisladores que son necesarios para sacar adelante la iniciativa.

Explicó que la correlación de fuerzas, dentro del Congreso, es buena cuando también lo es afuera. ''Si a nadie le interesa lo que sucede en las cámaras éstas se convierten en entes clandestinos, pero si la gente se involucra puede contribuir a las transformaciones''. Una vez que tengan el dictamen del Senado, comentó, esperarán la reacción del EZLN, por ser una de las partes involucradas. ''Ellos nos tienen que decir si lo que ha salido resuelve lo que tiene que resolver, porque si no es como si no hubiera sucedido nada; decisiones en materia indígena han existido siempre, lo que queremos en esta ocasión es una reforma distinta''.

También señaló el tour que deberá realizar la iniciativa para su aprobación, un verdadero laberinto de comisiones, subcomisiones, minutas y dictámenes.

En el Senado, la iniciativa de ley fue turnada a tres comisiones: Asuntos Indígenas, Puntos Constitucionales y Estudios Legales, integradas por 70 senadores. Estos nombrarán una subcomisión -compuesta por integrantes de las tres comisiones y de los cuatro partidos representados- que hará un proyecto de dictamen. El documento regresará a las comisiones reunidas en pleno. Ahí se acordará el dictamen que, finalmente, se llevará al pleno del Senado. De aprobarse, se convertirá en la minuta que pasará a la Cámara de Diputados. Esa instancia la turnará a dos comisiones: Asuntos Indígenas y Puntos Constitucionales, que podrán decidir si integran una subcomisión o no, pero tendrán que hacer un informe que se presentará al pleno de la Cámara. Si este documento coincide con la minuta que el Senado envió, los diputados lo aprueban y se envía a los congresos locales. Este es el camino corto.

Pero, en caso de que la Cámara de Diputados decida que lo que se le mandó no es el mejor dictamen, puede transformarlo. Si esto sucede se regresa al Senado, que verá los cambios propuestos. Si asume las modificaciones, ahí termina esta parte y se manda a los legisladores locales, pero si los senadores confirman lo que ya habían decidido, regresará nuevamente a manos de los diputados. Y vuelta a empezar.

En la Cámara de Diputados, comenta Batres, dichos dictámenes tienen que ser aprobados por dos terceras partes de los votos. Y en los congresos locales requieren la mitad más uno. ''Se va a necesitar un acuerdo muy grande, porque no es fácil reunir esos votos. Ni siquiera una alianza entre PRD, PRI y el resto de los partidos reúne las dos terceras partes. Se necesitarán acuerdos con algunos diputados del PAN. Si nos costó trabajo la participación de los zapatistas en la tribuna, porque ganamos sólo por diez votos, mientras que en el Senado se perdió por cinco... quiere decir que estamos ante una labor complejísima''.