LUNES Ť 23 Ť ABRIL Ť 2001

Ť Vázquez Mota

Decisión comunitaria, el uso que se dará a cuarteles desocupados

ELIO HENRIQUEZ CORRESPONSAL

Guadalupe Tepeyac, Chis., 22 de abril. Los cuarteles que el Ejército desocupó hace dos días en Guadalupe Tepeyac y Río Euseba serán convertidos ''en bodegas de granos, en centros de salud, en escuelas, en unidades de capacitación'' o en lo que los habitantes decidan, informó la secretaria de Desarrollo Social, Josefina Vázquez Mota, quien recibió las instalaciones castrenses.

En un documento, la Sedeso afirma que la participación ciudadana ''será el detonante más importante para el progreso y el desarrollo, con la concurrencia organizada y coordinada de los propios pueblos y comunidades indígenas, de las diversas instancias de gobierno y de todas las entidades capaces de aportar apoyos adecuados''.

Explica que, en conjunto, las dos instalaciones suman casi 70 hectáreas y cuentan con diversas instalaciones que se convertirán en ''instancias de encuentro para el diálogo, la concertación, la concepción y la ejecución de las acciones necesarias para lograr el desarrollo sustentable de los pueblos y comunidades indígenas''.

También señala que cada centro para el desarrollo de las comunidades indígenas contará con un consejo de representantes, y los habitantes del lugar no sólo serán interlocutores, sino quienes en última instancia definirán los programas sociales que se aplicarán en cada comunidad.

La Sedeso subraya que su participación en dichos centros será ''fundamentalmente escuchar'', ya que los consejos de representantes serán los que decidan las acciones a realizarse en beneficio de las propias comunidades.

Viviendas derruidas esperan a sus dueños

Mientras tanto, en esta región tojolabal, derruida por el abandono y el olvido, decenas de viviendas aguardan el regreso de sus dueños originales, los simpatizantes zapatistas que desde febrero de 1995 se desplazaron a la selva Lacandona por la ofensiva político-militar ordenada por el entonces presidente Ernesto Zedillo.

En lo alto de uno de los pequeños cerros de Guadalupe Tepeyac se aprecian, casi invisibles por el matorral, las casas que hasta el 10 de febrero de 1995 habitaron Marcos, Tacho y Moisés, entre otros. Abajo, donde durante seis meses estuvo el primer Aguascalientes, que albergó a la Convención Nacional Democrática en agosto de 1994, contrasta la gran construcción de concreto que hasta el 20 de este mes fue ocupada por cientos de soldados.

Los caminos hacia el interior de la comunidad prácticamente han desaparecido y las matas de plátano y los cafetales, que generaban la principal fuente de ingresos de los simpatizantes zapatistas de esta localidad, apenas se distinguen en medio de los matorrales. También la escuela, el templo católico y las tiendas comunitarias han sido tragadas por el zacate y la maleza, cuyo crecimiento ha favorecido una mayor presencia de animales silvestres en los terrenos en que se asienta también el hospital del IMSS, inaugurado por el entonces presidente Carlos Salinas en agosto de 1993.

En los pisos de tierra se aprecia ropa vieja, documentos, utensilios de cocina y otras pertenencias. Recuerdos que han resistido como mudos testigos del tiempo que estuvieron aquí las tropas.