Ť Será difícil armar un consenso, en especial entre las naciones del norte y las del sur
El ALCA sufrirá una muerte prematura por la diferencia de intereses nacionales: opositores
Ť Brasil y EU no tienen objetivos comunes para un acuerdo tan ambicioso, por ejemplo
JIM CASON, DAVID BROOKS Y ROBERTO GONZALEZ AMADOR ENVIADOS
Quebec, 22 de abril. Cuando los 34 presidentes y jefes de Estado reunidos en esta Cumbre de las Américas reafirman su compromiso de promover y lograr un Acuerdo de Libre Comercio de las Américas para el 2005, nadie les cree.
No es que los manifestantes en las calles puedan, por sí solos, descarrilar esta iniciativa. Son las propias dinámicas políticas internas de los principales países que se encuentran aquí, dentro de las cuales tienen que armar un consenso doméstico en que existe algo como un ''interés común'' en las Américas para cada uno. Eso, principalmente entre ''norte'' y ''sur'' será difícil.
Los principales actores que definen si esto avanza o no son, primero, Brasil y Estados Unidos, y siguen otros como México, Canadá y Argentina. Por lo tanto, no fue sorprendente que tanto Brasil como Estados Unidos incluyeran a varios de sus legisladores en sus delegaciones a esta cumbre.
''Esto fue una de las pocas cosas positivas que se lograron aquí, se empezó a hablar con representantes de diversas corrientes políticas dentro de cada país'', comentó un experto estadunidense sobre comercio internacional.
Un especialista brasileño agregó que ''la presencia de estas delegaciones legislativas de ambos países (Brasil y Estados Unidos) por lo menos reconoce que para que esto avance se tendrá que armar el consenso desde ahora entre los intereses políticos internos de cada país''. Expuso que de hecho, la postura de Brasil y la de Estados Unidos cambiaron, poco pero perceptiblemente, en entender este desafío.
Pero son precisamente las diferencias en los intereses domésticos de los principales países aquí que convencen a los opositores de que el ALCA sufrirá una muerte prematura. Lori Wallach, experta en comercio de la organización Public Citizen, opositor al ALCA, señaló que países como Brasil y Estados Unidos no tienen a fin de cuentas intereses comunes que podrían formar la base para un acuerdo tan ambicioso. ''Para los brasileños y los argentinos, sus intereses incluyen más acceso al mercado estadunidense para productos agrícolas'', tal como naranjas, res, vino y trigo.
Pero, señala, resulta que los productores estadunidenses de estos productos, en Florida, California, y los estados del medio oeste lucharan para prevenir esto a través de sus representantes legislativos -los cuales tienen votos claves para aprobar cualquier acuerdo.
Esto, junto con las activas fuerzas sociales que se oponen, o por lo menos cuestionan, el libre comercio, representa un obstáculo político mayor -el mismo que ha obligado al Congreso de Estados Unidos a negarle al presidente de Estados Unidos la autorización de negociación comercial fast track durante los últimos siete años.
Las primeras negociaciones en concreto sobre el ALCA son las que se deben realizar en mayo del 2002 sobre ''acceso de mercado''. Muchos de los gobiernos reunidos aquí señalan que la prueba para el presidente George W. Bush será si logrará obtener la autorización de vía rápida para realizar negociaciones comerciales para esas fechas.
Así, la combinación de estas divergencias entre los países claves en este proceso, junto con la cada día más visible oposición al proyecto del libre comercio en las calles, podría resultar en la principal barrera para que estos 34 líderes logren hacer lo que hoy se comprometieron.