LUNES Ť 23 Ť ABRIL Ť 2001

Ť "Ya no vienen para acá gente ni el Presidente", dicen

Lamentan comerciantes el fin del efecto Fox en San Cristóbal

Ť Los changarros ya no son negocio aquí, aseguran
 

MARTIN DIEGO CORRESPONSAL

Rancho San Cristobal, Gto., 22 de abril. Se terminaron las aglomeraciones por ver al Presidente de la República. En el atrio de la iglesia de San Cristóbal no se ven más a los Amigos de Fox que llegaban de todas partes para lograr la foto con el hombre de las botas.

"Es que ya terminó el efecto Fox", dice Manuel Mancera, que recoge sus artesanías antes de que termine la misa y que trae todos los domingos de Salamanca. "Ya nadie compra y no costea venir desde allá".

Como él, muchas personas invirtieron en un changarro para hacer de este lugar un punto de encuentro entre la sociedad y el Presidente, imagen sólo congelada en las fotografías que Mercedes Angel expone en su tendido con otros souvenirs del guanajuatense.

Ya ni José Fox recibe documentos, ni le preguntan si vendrá su hermano el fin de semana.

Los puestos de comida, antes atiborrados por reporteros y visitantes, ahora ya no salen. "¿Para qué si ya no viene Fox ni gente...?, si sacamos el changarro vamos a perder, ya no es negocio", dice la mujer de las quesadillas.

Unas fotos desde el tercer escalón del kiosco, donde se entonó El Hijo desobediente en la cumbre Marlboro entre Fox y Bush es el recuerdo para presumir la estancia en este lugar, mientras que más de uno se va decepcionado por no ver al presidente Vicente Fox.

Con un presupuesto alto, ni un certificado ha otorgado el IEP

En tanto, el director de Instituto de Educación Permanente de Guanajuato (IEP), Basilio Cruz Escamilla, informó que pese a que este órgano, nacido en 1998 por decreto del entonces gobernador Vicente Fox Quesada, cuenta con uno de los presupuestos más altos para organismos descentralizados del gobierno del estado (51 millones de pesos para el 2001) no ha otorgado hasta ahora un solo certificado o documento que avale la conclusión de estudios.

Al inicio de este organismo, el Congreso le autorizó 4 millones de pesos; en 1999 45 millones; el año pasado 49 millones, y para 1991 tiene asignados 51 millones de pesos, fondos con los cuales sólo se han logrado "asesorar" a cinco mil personas que, por si fuera poco, son enviadas al Instituto Nacional de Educación de los Adultos (INEA) para que éste "les aplique los exámenes" y los certifique.

No obstante, el funcionario aseguró que el INEA tiene intereses de tipo político y "hemos tenido que remar contracorriente ante un centralizado y agobiante" órgano federal que, sugiere, no les ha logrado abatir el rezago educativo en Guanajuato.

Según la UNESCO, para que alguna entidad pueda declararse exenta de analfabetismo, la población sin acceso a la educación no debe superar 4 por ciento, y Guanajuato tiene 12 por ciento.

El director del IEP dijo que "es imposible que con los recursos estatales y los que puedan venir del gobierno federal podamos dar atención a una buena parte de estos 2.5 millones de guanajuatenses en rezago educativo". Por eso, dice, el IEP solicitará al Banco Mundial una donación por 10 millones de dólares para "terminar en dos años con el problema del analfabetismo".