LUNES Ť 23 Ť ABRIL Ť 2001
Ť Titular del INEGI señala deficiencias en Plan de Desarrollo del gobierno anterior
Rezago histórico en política informática: Calvillo
Ť Acortar la brecha digital, uno de los grandes retos del país, asegura el funcionario
NOTIMEX
El INEGI, organismo encargado de diseñar la política informática de México, admitió rezagos históricos en ese rubro, lo que aunado a la falta de visión de futuro y deficiencias en el Plan Nacional de Desarrollo del gobierno anterior, mantiene al país fuera de la "revolución digital".
El presidente del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), Gilberto Calvillo Vives, quien desde hace sólo unos días encabeza la institución, habló sobre el gran reto de colocar a México a la vanguardia del desarrollo informático, para lo cual el organismo será, ahora sí, una pieza clave.
En su oficina, en el penthouse de la torre de 10 pisos que alberga al INEGI, poco después de tomar posesión, Calvillo, quien se había retirado del servicio público el año pasado, medita y sentencia: "dado el rezago de México en materia tecnológica respecto a los países industrializados, no se previeron algunas cosas; hubo una deficiencia ahí".
Calvillo dirigió en 1999 los esfuerzos para que el sector financiero mexicano superara con éxito el llamado "error del milenio", falla informática que causó una alerta global y obligó al mundo a gastar varios miles de millones de dólares para evitar un desastre al llegar el año 2000.
"El Plan Nacional de Desarrollo Informático del gobierno pasado tiene cosas muy positivas, pero dado el rezago de México respecto a los países industrializados en materia tecnológica, no se previeron algunas cosas, tampoco en otros países", agregó Calvillo.
Por razones históricas, explicó, la parte sustantiva del INEGI ha sido la geografía y la estadística, en las que cuenta con prestigio internacional, pero "la de informática jugó un papel menor, se quedó un poco rezagada y se limitó a tratar de dar un panorama general de por dónde debía ir el país. Es esa la que ahora se va a fortalecer".
Aunque por ley el INEGI es sólo un instrumento de medición, la parte informática "no se va a salvar de participar de alguna manera en esta nueva etapa de la revolución tecnológica, de establecer ese vínculo entre una información y lo que se debe hacer para dar el salto hacia una economía basada en el conocimiento", dijo.
"Tenemos una oportunidad única para realmente reflexionar sobre toda esta cuestión de la revolución tecnológica y de la nueva economía (negocios por medio de Internet), y fortalecer esa parte para que pueda ser usada en el gobierno, además de facilitarle las cosas a las empresas para que mejoren sus procesos".
Y el reto es grande. Según cifras del propio INEGI, México tiene una teledensidad (numero de líneas telefónicas por cada 100 habitantes) de 11.2, y sólo hay 65 computadoras por cada mil habitantes, mientras en Canadá y Estados Unidos la cifra es de 260 y 500 equipos computacionales por cada mil habitantes, en forma respectiva.
En un país con casi 100 millones de personas, sólo 9.3 por ciento de los hogares mexicanos cuenta con una computadora, y únicamente en 36.2 por ciento hay teléfono, indispensable para conectarse a Internet, cifras que ilustran la gravedad de la llamada brecha digital, que separa a quienes tienen acceso a la tecnología de los que carecen de ella.
Los niveles educativos y de ingresos están directamente vinculados al uso de computadoras en México. En 81 por ciento de los hogares con acceso a la tecnología, el jefe de familia tiene un nivel académico de preparatoria o superior, y sus ingresos van de cuatro a más de ocho salarios mínimos (de cuatro a 32 o más dólares por día).
Superar todas esas deficiencias es imprescindible para que sea exitoso uno de los proyectos más ambiciosos del gobierno mexicano: meter al país a la era digital. En eso el INEGI jugará el papel estratégico de construir la política informática y coordinar a los sectores público y privado.
Pero hay que ir con cuidado, advierte el especialista: "nuestra primera meta en la parte tecnológica es asimilar la tecnología en el país, sin que ese proceso nos ensanche más la brecha digital; si no hacemos nada aumentarán las diferencias entre los distintos estratos económicos, y esto es un gran reto".
Sin embargo, los seis años que durará el actual gobierno son insuficientes, es por ello, resalta el funcionario, que deben perdurar programas a largo plazo. El papel del INEGI será garantizar que funcionen para disminuir la brecha digital y, después, acortarla. "Hay que empezar en algún momento", señaló.