Lunes en la Ciencia, 23 de abril del 2001



 

Los adelantos científicos crean nuevas formas de aprender

Los ciberastrónomos

Antonio Sánchez Ibarra

Es muy difícil pronosticar lo que nos espera en este siglo y más complicado es si nos referimos al campo científico. El increíble desarrollo de la ciencia nos complica pretender adelantarnos a los acontecimiento que sucederán.

No obstante, hay factores reales que sí permiten vislumbrar algunos aspectos. Es el caso de la astronomía o astrofísica y el rol que juegan quienes participan en ella.

CupGTC_04_small-b/n Remontémonos 30 años en el pasado, a la década de los 70. El astrónomo viajaba de su institución al observatorio, propio o cedido por tiempo de observación, para llevar a cabo sus tareas. Utilizaba un cuarto oscuro para revelar sus placas, ya que apenas comenzaban a aparecer las cámaras electrónicas, llamadas comunmente CCD. En ocasiones se utilizaba, si existía, el microdensitómetro. Sus datos tenían que ser llevados en un cristal frágil o en voluminosas cintas.

Hoy en día, el astrónomo tiene la oportunidad de viajar a otro observatorio o tambien puede hacer su observación "a control remoto". No requiere transportar los datos, ya que los puede enviar por internet. Tiene el soporte de satélites meteorológicos para conocer el clima que imperará mientras realiza su trabajo y todo un soporte de instrumentos electrónicos que le facilitan su actividad. Puede estar en comunicación casi instantánea con colegas en lugares remotos y acceder a datos de apoyo de los observatorios espaciales.

ƑQué tanto hemos digerido el entorno en el que ahora nos movemos? ƑCómo trasmitir a las nuevas generaciones de astrónomos una nueva visión de la actividad astronómica ?

Además del flujo incesante de información vía electrónica, flotan en el ciberespacio no megas, sino teras de datos e imágenes disponibles en ocasiones sólo minutos después de ser originadas.

Un caso interesante es el del astrónomo aficionado. Hace menos de 30 años esperaba impaciemte la aparición de revistas mensuales de astronomía para enterarse de sucesos o ver fotografías obtenidas en los grandes telescopios. Ahora, basta sólo pulsar algunas teclas para tener acceso a información e imágenes producidas en los observatorios terrestres y en los espaciales.

Estos avances son muy sugestivos y me lleva a imaginar el surgimiento de un nuevo tipo de astróonomo: el ciberastronomo. Este personaje, profesional o aficionado, sería aquel que desde su computador, teniendo objetivos claros de búsqueda e investigación y armado con paquetería estadística, de procesamiento de imágenes y cálculo, sin moverse un metro de su lugar, podrá recabar datos e imágenes del tema de su interés y podrá hacer ciencia con ellos.

La información que recabe cada astrónomo en los telescopios es utilizada normalmente con un fin muy específico. Sin embargo, estos datos pueden ser apenas una fracción del universo de los conocimientos aprovechables. Por poner un ejemplo, una imagen en ultravioleta del disco solar puede ser muy útil para un astrónomo que estudia una ráfaga solar, pero el contenido en tal imagen sobre la actividad conlleva a un cúmulo de información para otros propósitos.

Quizá cuando dimensionemos lo que puede llegar a nuestro computador, comience a surgir ese nuevo tipo de astrónomo.

El autor es responsable del área de astronomía del Centro de Investigación en Física de la Universidad de Sonora.

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