JUEVES Ť 26 Ť ABRIL Ť 2001
Ť Dispararon contra un grupo de jóvenes, acusan
Iban ebrios militares retenidos en La Trinitaria: comuneros
Ť Denuncian en Ricardo Flores Magón hostilidades del Ejército Mexicano contra las bases de apoyo del EZLN
HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO
La Trinitaria, Chis., 25 de abril. Paralelamente al retiro de las posiciones militares en Guadalupe Tepeyac y Río Euseba, en el municipio autónomo San Pedro de Michoacán (conocido oficialmente como Las Margaritas), en las zonas adyacentes la presión y los incidentes debidos a la presencia de las tropas federales se han incrementado esta semana. Como en otros puntos de la zona de conflicto, en la región fronteriza se han reactivado los puestos de control. Es el caso de Amparo Aguatinta, y en general la franja próxima a la frontera con Guatemala.
Hace dos noches Lázaro Cárdenas, en este municipio fronterizo, se convulsionó tras la agresión de soldados federales contra un grupo de jóvenes de la comunidad, pertenecientes a la CIOAC. Según los comuneros, que la noche del 23 bloquearon la carretera inmediatamente después de los hechos, un vehículo del Ejército Mexicano tripulado por una decena de soldados en estado de ebriedad disparó al menos 20 tiros contra los jóvenes. Uno de ellos, Antonio Hernández Hernández, fue arrollado, luego subido al vehículo y secuestrado durante dos horas.
El joven fue liberado en el desvío a El Porvenir, luego de que don Alfonso Hernández, su padre, demandó que le devolvieran a su hijo. Antonio declaró a La Jornada que había sido golpeado en repetidas ocasiones, lo cual era evidente. Centenares de campesinos, de extracción perredista, colocaron piedras en la carretera a Comitán y, algunos enarbolando palos (que nunca usaron), exigían la presencia de los mandos de la 39 Zona Militar para responder por la agresión.
En vez de llegar éstos, lo hizo la patrulla fronteriza de la Policía Federal Preventiva número 699, que pretendió obligarlos a retirar el bloqueo. Los campesinos, indignados, zarandearon la patrulla y exigieron al patrullero que los escuchara. Después, éste se comunicó con su base en Comitán y transmitió la demanda de los campesinos. A éstos les aseguró que los militares venían en camino. En vez de ello, llegaron otras dos patrullas de la PFP, que también fueron retenidas.
Más de doce horas después, el general Federico Juárez Vásquez y su escolta fueron retenidos a su vez. Para entonces, pobladores de Victórico Grajales, Progreso y Carmen Xhan se habían sumado a los de Lázaro Cárdenas. Pedían la indemnización del herido, el castigo a los culpables (entre quienes se encontraba un oficial) y el retiro de la posición militar en Amparo Carmen Xhan.
La base militar se localiza a pocos kilómetros de aquí, en el borde con Guatemala. Y los campesinos gritaban: "Ellos son los polleros; no es cierto que cuidan la frontera". Un campesino de la CIOAC refirió que se han vuelto frecuentes los roces con los soldados, y los acusó de trasladar indocumentados guatemaltecos y salvadoreños a la vista de todos. "Por eso nos quieren ahora amenazar, porque saben que los estamos viendo".
Desde la noche del 23, los patrulleros de la PFP fueron conducidos al lugar de la balacera, y éstos pudieron ver cómo la gente recolectaba al menos 20 casquillos, que al otro día fueron mostrados como evidencia al general Juárez Vázquez, quien ayer estuvo retenido por los campesinos durante cuatro horas. Y no fue sino hasta que los campesinos recibieron una indemnización de 5 mil pesos y la promesa de que sus demandas serían transmitidas a la 39 Zona Militar cuando dejaron marcharse a los militares y a los policías.
"Aquí los respetamos", dice otro hombre, apoyado en su bicicleta, en referencia a los militares. "Pero ellos no nos respetan y se pasan de listos. Seguido molestan a las mujeres; no les importa que estén casadas. Por todo eso vamos a pedir que se vayan de Carmen Xhan".
Otra de soldados y civiles
En el municipio autónomo Ricardo Flores Magón, en el extremo opuesto de las cañadas de la selva, en las zonas vecinas donde se retiró el campamento militar de La Garrucha (municipio autónomo Francisco Gómez), también se ha recrudecido la hostilidad el Ejército Mexicano contra las bases de apoyo del EZLN y los perredistas de dicha región tzeltal.
Las autoridades del concejo autónomo de Flores Magón denunciaron ayer una incursión militar, con tiros y todo, a las comunidades de Nuevo Mariscal y San Jacinto Tzeltal.
De acuerdo con los autónomos, el viernes 21 llegaron a Nuevo Mariscal, "en diferentes carros artillados, más de 30 efectivos militares haciendo disparos al aire; estos soldados federales bajaron en el centro de la comunidad amenazando con sus armas y preguntando por las autoridades de la comunidad; a las autoridades comenzaron a interrogarlas sobre si hay problemas y otras cosas en la comunidad y les informaron que se iban a quedar en el poblado por más de tres días".
Llama la atención la facilidad con que los soldados disparan 20 o 30 tiros contra la población civil; afortunadamente sin heridos en los casos de Lázaro Cárdenas y Nuevo Mariscal.
Más tarde, los soldados se trasladaron a pie hacia la comunidad cercana de San Jacinto Tzeltal, y en el camino nuevamente realizaron disparos. "Entraron a la comunidad con prepotencia y nuevamente informaron sin dar explicación que permanecerían en ese lugar por varios días".
Las autoridades autónomas denuncian que continúa la presencia del Ejército en esas comunidades. "La gente tiene miedo de lo que los soldados puedan hacer, debido a la actitud violenta que han demostrado en el tiempo que han permanecido sin ningún motivo en estas comunidades. Los pobladores no pueden salir a trabajar, ni pueden hacer sus actividades normales, por lo cual este municipio autónomo demanda el retiro inmediato del Ejército federal de estas comunidades y denuncia la violación a los derechos humanos y de nuestro pueblo indígena".
Así transcurren los días de la guerra (de baja intensidad) que los discursos presidenciales en Canadá acaban de dar por terminada. No obstante, sigue habiendo demasiadas balas en el aire; en los últimos tres días, por lo menos 50 de ellas salieron de armas del Ejército federal. Si es cierto, como afirma el Ejecutivo, que la guerra se aproxima a su fin, en la realidad chiapaneca todavía no queda claro si ésta ya empezó a terminar.