JUEVES Ť 26 Ť ABRIL Ť 2001
Ť La Iglesia católica garantiza el derecho a cambiar de religión, afirma Lázaro Pérez
El Estado sólo debe reconocer la libertad de creencia, no reglamentarla, dice la CEM
Ť Condenan obispos de Autlán y Querétaro y auxiliar de Guadalajara actos de intolerancia
JOSE ANTONIO ROMAN
Por ser un derecho natural, la libertad de creencia no debe ser reglamentada, sino solamente reconocida por el Estado, señaló ayer el presidente de la Comisión para la Doctrina de la Fe del Episcopado Mexicano, Lázaro Pérez Jiménez.
Interrogado sobre la defensa que en un viaje pastoral a la India hiciera el papa Juan Pablo II del "legítimo derecho" del hombre no sólo a profesar su fe sino a "cambiar de religión", el obispo de la diócesis jalisciense de Autlán dijo que la Iglesia católica -en un contexto distinto al budismo que existe en aquel país de Asia- "no tiene por qué dar como declaración que hay un derecho para cambiar de religión; si la gente lo hace, como de hecho lo está haciendo, es porque entiende que tiene ese derecho".
Asistentes a la conferencia de prensa del segundo día de trabajos formales de la 71 asamblea plenaria del Episcopado Mexicano, los obispos de Autlán y de Querétaro, Mario de Gasperín, y el auxiliar de Guadalajara, José Luis Chávez Botello, destacaron que el derecho a cambiar de religión forma parte de esas garantías que no deben ser sometidas a reglamentación sino sólo a reconocimiento por parte del Estado.
Señalaron que la doctrina de la Iglesia católica establece la libertad de creencia, por lo que nadie puede ser obligado a profesar una fe o doctrina determinada. "La Iglesia tiene un respeto absoluto a cada persona, pero también pide ese mismo respeto a los otros grupos religiosos, algunos de los cuales atacan las imágenes o símbolos católicos", dijo el obispo De Gasperín, quien preside la Comisión Episcopal de Liturgia.
Los tres obispos condenaron enérgicamente los actos de intolerancia religiosa, pero que en algunos casos se ha magnificado, pues se dan en lugares totalmente identificados, sobre todo en las zonas indígenas, donde regularmente se confunden con hechos partidistas y están muy presentes los usos y las costumbres de las comunidades y los pueblos indios.
"Yo les aseguro que por parte de la Iglesia católica no hay ninguna bendición a quienes realizan estos actos de intolerancia. No conozco ningún caso donde un sacerdote o religioso católico aliente estos actos", dijo el obispo de Autlán.
En tanto, Mario de Gasperín dijo que en muchas ocasiones los propios sacerdotes e incluso los obispos tienen una "enorme dificultad para convencer a los feligreses católicos para ser más comprensivos y tolerantes", principalmente en esas zonas indígenas, debido en gran medida a las tradiciones que tienen en esos lugares.
En distinto grado e intensidad, pero los tres obispos se refirieron con el término despectivo de "sectas" a los nuevos movimientos religiosos, calificativo del que sólo se salvaron las llamadas "iglesias históricas", como la metodista, anglicana y ortodoxa, con las cuales se busca el diálogo ecuménico, porque con las otras "resulta francamente imposible hablar", dijo el obispo Lázaro Pérez, presidente de la Comisión para la Doctrina de la Fe.
El mismo recordó que la Iglesia no ha hecho nada para pedir la reglamentación sobre la libertad de creencia, pues "sencillamente hay un derecho que tiene una persona para profesar su fe y no ser coaccionada a profesar o no profesar; ese es un derecho, no tiene por qué ser legislado. Ahora, obligar a que ese derecho sea reconocido y se pongan algunas leyes de carácter punitivo, coercitivo, para obligar a que ese mismo derecho sea reconocido, es una cosa que tendrán que pensar seriamente los legisladores, pero me parece incongruente que se tenga que legislar algo que pertenece al derecho natural.
Cuestionados sobre los actos de intolerancia religiosa en varios estados del país, como el último ocurrido en Ixmiquilpan, Hidalgo, los prelados reiteraron que la Iglesia es la primera institución que rechaza enérgicamente todo tipo de intolerancia, pero recordó que muchas veces, en aras de defender la tolerancia a los cuatro vientos, hay quienes se comportan de manera más intolerante.
Respetan a las otras iglesias y exigen reciprocidad
Incluso, en forma sorpresiva, el obispo De Gasperín evocó el principio juarista de que el respeto al derecho ajeno es la paz. Dijo que la Iglesia católica respeta al resto de las iglesias y "sectas" protestantes, pero exige de ellos un respeto recíproco.
Citó algunas palabras del ex presidente de la CEM y arzobispo de Jalapa, Sergio Obeso Rivera, quien durante la asamblea plenaria -a la que no tienen acceso los medios de comunicación- dijo que "la Iglesia florece en paz, queremos vivir en paz con mutuo respeto, ofrecer de manera clara y convincente el mensaje del evangelio de Nuestro Señor Jesucristo".
Por su parte, el obispo auxiliar de Guadalajara y presidente de la Comisión de Evangelización y Catequesis, José Luis Chávez Botello, señaló que actualmente el Episcopado Mexicano está en la primera de las cuatro etapas para elaborar un programa nacional de catequesis para adultos, pues la preparación de este sector de la población católica "deja mucho que desear" debido a que regularmente tienen la formación que recibieron de jóvenes, e incluso en su niñez.
Con esto, agregó, la Iglesia católica en México será la primera en América que tenga un programa nacional de esta naturaleza, además de que la idea es que esté listo para finales del año 2003, a fin de llegar a la celebración del Congreso Eucarístico Internacional -que se realizará en Guadalajara en el 2004- con un programa nacional que contribuya a la evangelización y catequesis de los adultos católicos.