JUEVES Ť 26 Ť ABRIL Ť 2001
Jean Meyer
G como Gaza, G como gueto
"Gueto: abreviatura de borghetto (italiano); barrio en que vivían o eran obligados a vivir los judíos en algunas ciudades de Italia y de otros países". Hasta aquí el Diccionario de la Real Academia. Después de los acuerdos de Oslo, Israel devolvió a regañadientes la quinta parte de sus territorios a los palestinos; es decir, evacuó 20 por ciento de Cisjordania y Gaza, ocupadas por su ejército desde 1967, para dejar su administración a la Autoridad Palestina. No contento con guardar todavía 80 por ciento de los territorios, Israel ha hecho de esa pobre quinta parte un gueto. Sin fronteras más que con Israel, sin viabilidad económica, sin continuidad territorial (se trata de un archipiélago de islas rodeadas por territorio israelí), sin control sobre el agua, la costa marítima y el espacio aéreo, el micro-Estado palestino es el reino de todas las desgracias y de todas las frustraciones. Israel cierra y abre a su antojo el puerto, el aeropuerto, las carreteras; multiplica los puestos de control, deja salir o no deja salir a trabajar en Israel a los numerosos palestinos que salen cada día, para regresar en la noche a dormir en el gueto.
Ese sistema le permite a Israel estrangular económicamente o dar un poco de oxígeno a los palestinos, según su buen placer. Así, actualmente, a consecuencia de la última crisis, adentro de la crisis permanente, el desempleo raya en 60 por ciento de la población palestina activa, y 300 mil personas han perdido su trabajo. El gobierno israelí, además, no transfiere a la Autoridad Palestina los impuestos que le pertenecen. Eso recuerda terriblemente el sistema de apartheid y de bantustanes (esos guetos de donde salían a trabajar cada día los trabajadores negros de Africa del Sur antes de la liberación y de la reconciliación nacional).
De la misma manera, Israel deja o no deja entrar y salir las mercancías y los productos de la franja de Gaza, destruye casas, expropia terrenos, desmonta para establecer perímetros de seguridad o castigar en forma de represalias. Ultimamente, con motivo de la nueva intifada, Israel bombardea duramente los territorios palestinos, incluso ocupa militarmente parte de Gaza. La llamada de atención de Estados Unidos lo obligó a retirarse rápidamente, pero unos días después volvió a golpear en forma relampagueante. Sharon sabe hasta dónde ir demasiado lejos. Y no es sólo asunto de personas: desde que Israel ha evacuado esos pocos territorios, los ha tratado como guetos, periódicamente ha bloqueado a Gaza o a Cisjordania, ha establecido un control militar intensivo, sitiado, encerrado, dividido pueblos, ciudades y barrios hasta hacer de los territorios palestinos una "piel de pantera", multitud de pequeñas "células territoriales" (así dicen los militares). En la vida cotidiana, eso significa que un palestino debe hacer un rodeo de kilómetros cuando la distancia no pasa de 300 metros, o que de repente Gaza se encuentra truncada en tres pedazos, y que la única manera de ir de norte a sur es a pie, siguiendo la playa; que es casi imposible ir al hospital, comerciar, o llamar una ambulancia.
Israel se justifica denunciando la "violencia" palestina, la corrupción y la falta de democracia de la Autoridad Palestina. Olvida que el gueto no es precisamente una escuela de virtudes democráticas, y que sus murallas engendran la desesperación. El Estado de Israel pretende ser y es el heredero del pueblo judío, del pueblo víctima por excelencia; históricamente, el gueto fue el instrumento y el símbolo de la opresión de los judíos. En la actualidad, el Estado de Israel ha levantado guetos para los palestinos y ha hecho de ellos "las víctimas de las víctimas"; yo diría "los judíos de los judíos". Toda proporción guardada -entiéndanme bien: no hay comparación posible entre el exterminio, el genocidio perpetrado por los nazis contra los judíos y la situación hecha por Israel a los palestinos-, la expulsión de los palestinos por los judíos, en 1948, luego la ocupación de los territorios, en 1967, luego el gueto, todo esto que los palestinos llaman "la Catástrofe", funciona para ellos como la Shoah (Catástrofe) para los judíos.
Distingo entre el Estado de Israel y los israelíes, porque siempre hubo y sigue habiendo una minoría de ciudadanos para salvar el honor. Ojalá la mayoría y el gobierno de Israel pueda "reconocerse en el espejo que les enseñan hoy los palestinos: ese judío perseguido, ese judío encerrado en el gueto que fuiste ayer, šsoy yo!". Quizá en ese proceso de gemelización y de reconocimiento se podrá inventar lentamente una solución que ponga fin a un conflicto que empezó hace más de un siglo. Así podrían los dos pueblos vivir en una misma tierra.