VIERNES Ť 27 Ť ABRIL Ť 2001

Ť Es un retroceso, señalan críticos de la política antinarcóticos de Washington

Nombrará Bush a un conservador de línea dura como zar antidrogas de la Casa Blanca

Ť La designación de John P. Walters será dada a conocer pronto, dice el New York Times

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington 26 de abril. George W. Bush nombrará a John P. Walters como zar antidrogas, un conservador que favorece la línea dura, penalizar aún más la lucha a la droga internamente y que apoya un papel prioritario de las fuerzas armadas estadunidenses en operaciones antidrogas en el exterior.

En los últimos días, varias fuentes legislativas y expertos antinarcóticos informaron a La Jornada que Walters, ex asistente del zar antidrogas Willam Bennett en el gobierno de George Bush padre, era el favorito para el puesto, y hoy el New York Times confirmó que su nombramiento está por darse a conocer en calquier momento.

En lo que será un "regreso al futuro", Walters retomaría varias de las posiciones adoptadas durante el gobierno de Bush padre en la lucha antidrogas, entre ellas un mayor énfasis en la criminalización e interdicción de drogas, y menos en programas de tratamiento y prevención, de acuerdo con sus posturas de los últimos años.

Esto representaría un giro, por lo menos el ámbito retórico, de las posiciones del último zar Barry Mccaffrey, quien buscó promover la "cooperación" con los países productores y de tránsito y disminuir conflictos internacionales. También, aunque se registró poco en el uso del prespuesto federal antidrogas, McCaffrey buscó promover una campaña de educación y de tratamiento al señalar como prioridad la reducción de la demanda.

Igualmente, Mccaffrey trató de evitar, en todo momento, usar el concepto de "guerra contra las drogas", al indicar que significaba una guerra contra las propias familias estadunidense (argumento que fue retomado, sin citarlo a él, en la película traffic).

Walters, si llega a ocupar el puesto --es jefe de la Oficina de Políticas Nacionales de Control de Drogas de la Casa Blanca, con un equipo de 150 funcionarios y un presupuesto de 500 millones de dólares--, debe ser ratificado por el Senado y tendrá la tarea de intentar coordinar la política antidrogas del país, manejada por diversas agencias con un presupuesto de unos 20 mil millones de dó-lares anuales, aunque no se ha definido si disfrutará de rango de secretario de gabinete, como lo tenía su antecesor.

Walters, en su función de subzar antidrogas, fue el encargado de la aplicación legal y de oferta bajo el mando de Bennet, el primer zar antinarcóticos de Estados Unidos, puesto creado por Bush en 1989.

Durante un breve periodo fue el zar antidrogas en funciones pero renunció en 1993 cuando Bill Clinton anunció la reducción del equipo de esa oficina y su presupuesto.

Según informó hoy el New York Times, Walters calificó de "inefectivas" las políticas antinarcóticos de Clinton en un testimonio ante el Senado en 1996, y propuso una campaña de educación estigmatizando el uso de drogas y un incremento de la guerra contra el narco en los países productores, particularmente en América Latina.

También ha pedido un papel mayor de la religión en la vida pública, y fue coautor de un libro con John J. Dilulio, el nuevo encargado de la oficina de la Casa Blanca para iniciativas religiosas comunitarias, y su ex jefe Bennet actualmente es presidente de Philathropy Roundtable, asociación conservadora que asesora a donantes filantrópicos.

Las versiones extraoficiales del próximo nombramiento de Walters fueron saludadas por republicanos conservadores que creen que el gobierno de Clinton no fue lo suficientemente firme en el combate de las drogas ilícitas en Estados Unidos.

"Sin duda está calificado para la chamba", comentó una fuente del Congreso a La Jornada, pero advirtió que Walters no goza del perfil de celebridad ni de una base de poder independiente que le facilitaría sus negociaciones con otros poderosos políticos involucrados en la política antidrogas, entre ellos los secretarios de Estado, Colin Powell, y de Defensa, Donald Rumsfeld.

Para críticos de la política antidrogas de Washington, el nombramiento de Walters es un retroceso y contrario a una creciente ola de opinión pública en favor de la descriminalización de la guerra antinarcóticos.

Para el Lindesmith Center-Drug Policiy Foundation, la organización nacional más influyente que pide reformas a la política antidrogas, el nombramiento de Walters promoverá políticas fracasadas.

Esas políticas de línea dura han resultado en 500 mil personas encarceladas, el gasto de miles de millones de dólares y conflictos internacionales. Por el contrario, han dejado drogas más disponibles, más baratas y más puras que nunca en las calles de este país.

Los críticos señalan que en noviembre, los votantes aprobaron cinco medidas mayores para reformar la política antidrogas, entre ellas la descriminalización y la promoción del tratamiento sobre la encarcelación.