SABADO Ť 28 Ť ABRIL Ť 2001

¿LA FIESTA EN PAZ?

Dependencia y artimañas

Leonardo Páez

LAS RELACIONES ENTRE los países se parecen a los matrimonios: a mayor dependencia de alguno de los cónyuges, mayores los abusos, el agandalle y las imposiciones que experimenta el dependiente. Se dan excepciones, claro, pero en general dependencia mata equidad.

Ťsanchez-garibay-torosEN EL CASO de las tortuosas relaciones taurinas entre México y España --tema riquísimo que historiadores y especialistas prefieren evitar--, las cosas no son diferentes, y salvo ocasionales etapas de florecimiento simultáneo del espectáculo en ambas naciones y, por ende, de una reciprocidad real, la dependencia de nuestro país con respecto a la península ha sido tradicional.

CUANDO EL neoliberalismo taurino de los indescriptibles empresarios aztecas (como les encanta decirles en la península a los mexicanos) ha alcanzado los niveles más altos de dependencia --vaya un logro original--, al preferir la importación anual de dos o tres llenaplazas a la producción de ases nacionales con capacidad de convocatoria y de competir con los de fuera, las consecuencias no se han hecho esperar.

ASI, MIENTRAS EL dependiente pero previsor encargado de promover la Plaza México --rebautizada por Lumbrera Chico como la plaza muerta--, viajó ayer a España a tratar de convencer a Enrique Martín Arranz, apoderado de José Tomás, Joselito y Pablo Hermoso de Mendoza, de que los miles de dólares que les ofrece son más que suficientes por venir a matar novillotes despuntados en la próxima temporada grande, el medio taurino español ha tomado medidas mucho más concretas.

BASTO QUE EFREN ACOSTA, el extraordinario picador mexicano, fuese declarado triunfador de la pasada temporada española luego de su memorable desempeño en las plazas de Madrid y Valencia, donde el público, puesto de pie, emocionado con su arte como varilarguero lo aplaudió durante varios minutos, para que "de repente" resurgiera una vieja denuncia en contra de Acosta.

SUCEDE QUE EN mayo de 1995, cuando Efrén fue a España en la cuadrilla de Miguel Espinosa, hubo un pleito en un bar, donde alguien salió lesionado y los compañeros de éste culparon al picador, quien por ser inocente y tener testigos, no fue detenido. Todavía regresó Acosta a la península en 1997 sin ningún problema.

SIN EMBARGO, EL año pasado fue notificado de que debía pagar una multa de 2 millones y medio de pesetas --unos 125 mil pesos-- y purgar una condena de cuatro años y medio por las lesiones que supuestamente provocó... hace cinco años. Empero, por falta de pruebas ni pagó ni purgó nada y siguió picando toros, acumulando trofeos y elogiosos comentarios de la celosa crítica española.

HOY, CON UNA orden de aprehensión en su contra por parte de un juzgado de Madrid, seguramente Efrén Acosta ya no podrá continuar su exitosa carrera en ruedos españoles, donde la pujanza del toro en el primer tercio permite que la suerte de varas tenga emoción y belleza espectacular. El espíritu de una sospechosa justicia, tardía pero implacable, se ha puesto taurina  .