domingo Ť 29 Ť abril Ť 2001

Guillermo Almeyra

El púlpito de un enterrador viajero

En ciertos sectores que se autocalifican de izquierda son notorias dos características: la falta de coherencia en sus actos y la inconciencia rayana en el masoquismo con que eligen sus referentes. Por ejemplo, la presencia en el Congreso Nacional del PRD mexicano de un Felipe González pimpante y sin complejo alguno y su participación con poses y palabras de magister trasciende la política mexicana, porque es un caso emblemático.

Es notable que se invite a un hombre que más que político parece un pollo rostizado porque, a pesar de estar quemadísimo sigue dando vueltas. Más notable aún es que se le pida consejos sobre cómo reformar o refundar un partido en aguda crisis cuando lo que ha hecho hace muy poco es refundir al suyo propio. ¿Cómo quienes juran ser antineoliberales invitan al artífice de la victoria de la revolución conservadora en España y al enterrador del partido socialista de Pablo Iglesias, que obrero sí era, y después también del mal llamado Partido Socialista Obrero Español, que no es ni partido ni obrero ni socialista pero sí es muy español?

¿Será porque el Felipillo está aliado con los conservadores de Pérez Aznar en el País Vasco, haciéndole así un inmenso favor al terrorismo etarra y reforzando, al mismo tiempo, el antiespañolismo racista de ETA que, en vez de pensar en cómo encontrar aliados entre los otros pueblos de España, cesando sus ataques criminales y en vez de democratizarse, ve a todos los que no son vascos como potenciales enemigos? ¿Será que ese ejemplo de alianza entre una derecha clerical-conservadora y una "izquierda respetuosa" ?que desarrolló la política neoliberal, fomentó el terrorismo y los asesinatos de Estado, transformó al partido en una cueva de burócratas en sentido literal, convirtió a la dirección del mismo en refugio de ladrones y de escándalos? puede ser un ejemplo de flexibilidad y de falta de sectarismo-- ¿Nadie piensa desde cuál púlpito predica el que fue el Salinas de Gortari español y hoy es el agente viajero del mercado libre?

Insisto: lo del Congreso Nacional zacatecano del PRD asombra, entre otras cosas, porque ni en el cónclave ni en ningún lado hubo protestas por la presencia y los consejos interesados de quien es un ejemplo de manual sobre cómo se entierra una izquierda precisamente por falta de principios y de ética y por exceso de centralismo y de oportunismo.

Pero asombra más aún porque los Felipillos y otros ejemplares semejantes --ver lo que están haciendo los italianos de la supuesta tercera vía frente a una derecha que sí sabe lo que quiere y cómo conseguirlo y va a la carrera hacia el gobierno? sigan creyendo que, para conseguir la ficción del control del aparato gubernamental, aunque sea desde un puesto de segunda clase del vagón del poder, es posible y necesario derechizarse aún más y llegar a acuerdos de gobierno con preclaros representantes del capital. Para esa gente la política consiste en las maniobras para acercarse "al cuarto de los botones de comando" y no en el análisis de una situación concreta para encontrar las opciones más aptas para responder a las necesidades de las mayorías trabajadoras.

A esa gente no le interesan las ideas-fuerza que puedan, a la vez, servir para obtener conquistas y cambiar, en esa lucha, la moral de combate, la conciencia de la propia fuerza, la comprensión del mundo de quienes están hoy bajo la dominación del capital financiero, que utiliza la crisis para aumentar su poder. Es gente constructora de derrotas porque teme y no quiere vencer y está cómodamente instalada en el sistema en el que, a lo sumo, pretende un poco más de espacio y de beneficio.

Una izquierda, por el contrario, se funda, se reconstruye o se refunda sin temor a quedar en minoría, con conciencia de que se debe conquistar la mayoría convenciendo, con las luchas y los hechos, a los vastos sectores populares que aún son conservadores. Porque éstos no son ni ciegos ni insensibles si en vez de pura politiquería y pura ideología dicha, además, con un lenguaje esotérico, se les desarrolla el pensamiento crítico, se les da la información para que piensen, se fomenta su autoorganización, sin pretensiones de sacar provecho para los aparatos partidarios.

Deng Xiao Ping decía que no importaba el color del gato si cazaba ratones, o sea que lo importante era la eficiencia tecnológica y no el régimen ni el objetivo. Ese criterio, muy bueno para fomentar a los Felipillos chinos y desarrollar el capitalismo más rapaz, es también el de González, que dice que "hay que dar trigo", sin importar cómo ni con quién ni para quién.

No señorito: el pragmatismo y el oportunismo sin principios no son de izquierda: construyen seres al garete, egoístas, dispuestos a todo con tal de medrar a costa de los demás.

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